La presión lechera de campesinos y de Lafaurie a Duque

Hoy el Gobierno, a través del consejo superior de comercio exterior, comenzará a definir si Colombia sigue en las negociaciones de un nuevo acuerdo comercial con Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Singapur, en el marco de la Alianza del Pacífico, de la que el país hace parte desde su entrada en vigencia en 2015.
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Las negociaciones, que arrancaron el 22 de septiembre, incluyen la entrada de productos lácteos y cárnicos provenientes esos países a Colombia sin aranceles.
El asunto tiene molestos desde entonces al movimiento de las Dignidades lecheras y a los gremios, encabezados por líderes uribistas visibles, como el presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos, José Félix Lafaurie.
De hecho, por la presión conjunta desde todas esas orillas es que el Gobierno del presidente Iván Duque paró las negociaciones el pasado 20 de septiembre para decidir si continúa o no adelante.
Las decisiones que comience a tomar podrían afectar tanto sus relaciones con los campesinos, como con sus aliados en los sectores económicos, que Duque ha querido incluir en su Gobierno; y con Lafaurie, a quien el Presidente no apoyó en su reciente intención de llegar a la Contraloría.
Todos ellos le recuerdan a Duque su promesa de campaña -que ha reiterado como Presidente- de que no firmará más Tratados de Libre Comercio.
La presión
Esta negociación prende alerta en el Pacífico, sobre todo en Nariño, porque la economía de ese departamento depende en gran medida del sector lechero, con una producción diaria de 982 mil litros a julio de este año, según datos de la Sociedad de Agrocultores de Nariño, que junto a otras actividades agropecuarias representa el 14,9 por ciento del PIB de allá.
Solo en ese departamento hay 43 mil productores de leche, de los 350 mil que hay a nivel nacional, y es uno de los que más leche produce en el país junto a Antioquia, Cundinamarca y Boyacá.
El argumento de los que se oponen como la Secretaría de Agricultura de Nariño es que la producción nacional es suficiente, e incluso excede, la demanda de todo el país. De entrar más leche y derivados sin aranceles habría una sobre oferta que bajaría los precios aún más de lo que están hoy.
Además, los productos lácteos colombianos no cumplen con las normas sanitarias para ingresar a otros países y el país acaba de perder su certificación como país libre de fiebre aftosa, lo que le impide exportar carne. Lo que deja a estos sectores en desventaja frente a otros mercados.
Cada sector se ha movido por su lado. Las Dignidades lecheras tienen como principales aliados políticos al gobernador nariñense Camilo Romero (Verde) y al representante a la Cámara por Boyacá, César Pachón (Mais).
Romero se ha manifestado en varias ocasiones en contra de esta negociación. Y anunció que convocará una jornada académica y de movilización para defender el ambiente y el agro en el departamento.
Y Pachón citó el pasado el 18 de septiembre a un debate de control político al Ministro de Agricultura, Andrés Valencia, y al de Comercio, José Manuel Restrepo.
Ese debate fue clave porque fue allí donde los dirigentes de las Dignidades y la Secretaría de Agricultura de Nariño pidieron excluir de las negociaciones al sector lácteo y cárnico y el Gobierno anunció que no iría a la siguiente ronda sin analizar primero esas peticiones.
Los gremios, por su lado, se han movido directamente con el Presidente Duque.
Por ejemplo, Lafaurie nos detalló que se reunió personalmente con el Primer Mandatario para pedirle que excluya los productos lácteos de la nueva negociación de la Alianza del Pacífico.
Según el dirigente ganadero, Duque se comprometió con él a hacerlo.
“Este es un tema de la mayor importancia estratégica para el comercio del país, yo tengo la plena certeza que Duque no lo hará”, aseguró a La Silla Pacífico.
Lafaurie no es el único empresario que le ha metido presión al Presidente manifestándose en contra del nuevo acuerdo comercial.
A él se suman las críticas de otros sectores como el que representa el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, y los gremios Analdex, Fenavi, Asocaña, Fenalco, entre otros.
Mac Master nos dijo que “no existe razón de que entren esos productos (lácteos) a Colombia. Acá hay una buena industria láctea. No creo que haya productos que el país pueda venderle a Nueva Zelanda que amerite poner en peligro al sector lácteo colombiano”.
Las razones
Según Richard Fuelantala, miembro de las Dignidades lecheras y subsecretario de agricultura de la Gobernación de Nariño, la entrada de leche y productos derivados de países potencia como Nueva Zelanda sería un golpe para el sector porque Colombia no cuenta con las mismas condiciones de producción industrial que ese país y no podría competir con los precios bajos de los lácteos importados.
Por ejemplo, Colombia produce 4,8 litros de leche por vaca al día (casi cuatro veces menos que Europa, que produce 25 litros).
Nueva Zelanda y Australia, de hecho, producen el 41 por ciento del total de exportación mundial.
“El riesgo es que ellos son muy eficientes, tienes costos de producción bajos, a Colombia le quedaría imposible competir”, dijo el funcionario.
Además, según cifras de la Secretaría de Agricultura de Nariño, ha habido un repunte en la producción en el último año lo que ha generado una sobre producción y una disminución en los precios de la leche.
Hoy un litro de leche un campesino lo vende en 600 pesos cuando su costo de producción está alrededor de 800 pesos.
En 2016 en el país se produjeron 6.500 millones de litros de leche al año y en 2017, fueron 7.100.
Ese aumento en la producción contrasta, no obstante, con el hecho de que la importación de lácteos se ha multiplicado en el país desde el inicio de la década, un 760 por ciento, mientras la exportación solo ha crecido un 15 por ciento y es volátil.
Así, mientras en 2010 se importaron 5,596 mil toneladas de lácteos, en 2017 la cifra ya iba en 43 mil. En ese mismo periodo de tiempo, Colombia pasó de exportar 4.833 toneladas a solo 5.561 el año pasado, según cifras de Asoleche.
La decisión
Lo que nos dijo la viceministra de Comercio Exterior, Laura Valdivieso, es que el recién llegado Gobierno Duque encontró la negociación adelantada por parte de la Presidencia de Juan Manuel Santos, y no había claridad de los pro y los contra. Por eso se reunió con los diferentes gremios, para escuchar sus preocupaciones frente al tema.
Si bien de la reunión de hoy con el consejo superior de comercio exterior saldrán recomendaciones, éstas no son vinculantes para el Ministerio que es el encargado de negociar y, en últimas, la decisión final la toma el Presidente Duque.
“Quiero dejar planteada que la Alianza tiene que hacer una reflexión profunda: antes de agresivamente seguir creciendo, tenemos que empezar a resolver muchos temas entre nosotros cuatro que nos hagan llegar fuertes como grupo y hablar de grupo y llegar individualmente como países”, había dicho el Presidente en Nueva York en un encuentro el 26 de septiembre con sus homólogos de Perú, Chile y México, que son los otros países de la Alianza del Pacífico.
El lechero y cárnico no son los únicos sectores que quieren que se excluyan sus productos.
Gremios de los azucareros y autopartes también le han pedido al Gobierno que no permita la entrada al mercado nacional de productos de los Países Asociados sin aranceles.
Habrá que ver si Duque cumplirá la promesa de campaña que hoy le exigen desde orillas en donde no lo apoyaron, hasta sectores que aspiran a gobernar con él.
Si cumple, podría desalinearse de sus socios internacionales (que están sentados negociando). Y si no lo hace, se arriesgaría a enfrentar protestas internas de varios colores.

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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