Según la Encuesta Nacional Agropecuaria 2015, el mayor precio de transacción pagado en finca fue el del fríjol verde, alcanzando en el mes de junio un precio promedio de $1.071 por libra.
El impacto del fenómeno metereológico de El Niño más la fuerte devaluación del peso frente al dólar fueron los principales causantes del difícil año 2015 que atravesó el sector agrícola, que, sin embargo, no terminó en negativo, al aumentar apenas 0,3% respecto al 2014, lo que se evidencia en las cifras definitivas de la Encuesta Nacional Agropecuaria, revelada esta semana por el Dane.
Entre las caídas más dramáticas está la del maíz blanco, con una reducción de producción de 40,9% en relación a 2014, y destacan, aunque menores, las de maíz amarillo (-14,2%), fríjol (-16,5%) y hortalizas (-10,6%). Sin embargo, también estuvieron rubros en positivo como la papa (23,2%) y los frutales (13%).
En total la producción agrícola registró un aumento de 0,3% al obtener 34.231 toneladas más que en el año 2014 y del total de la producción agrícola del año 2015 el 49,3% correspondió a los cultivos transitorios y el 50,7% a permanentes.
El área total de los principales cultivos transitorios, reportada por el Dane para 2015, fue 802.050 hectáreas (ha) , con una variación positiva de 5,7% frente a lo registrado el año anterior. Los cultivos que registraron la mayor área sembrada son: maíz con un total de 313.820 ha y papa con 165.733 ha. Por su parte, la canasta de las hortalizas registró 82.088 ha. La mayor disminución la registró el tomate al cultivar 1.875 ha menos que el año anterior.
En 2016 se espera que la agricultura se estabilice para volver a crecer.
El área total plantada de cultivos permanentes reportada para 2015 fue de 1’530.527 ha, con un aumento de 0,2% frente a lo registrado el año anterior.
“El 2014 fue muy diferente al 2015. En este todo los productores agricultores fueron afectados por la devaluación, por el fenómeno de El Niño, con las heladas en el altiplano cundiboyacense, los cambios climáticos en general, por la caída de los precios internacionales de muchos de los comodities”, reflexionó ante las cifras del Dane, Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC).
Indicó el agremiado que todos esos hechos se tradujeron en pérdidas, las cosechas se alteraron y las fechas de las siembras se corrieron, entre otras cosas. “Pero a pesar de eso el balance general no estuvo catastrófico. No se puede hablar de un momento negativo cuando se logran superar todos los escollos que se han logrado superar”, aseveró Mejía.
Sobre el futuro inmediato el experto admitió que el primer semestre “va a ser duro” así como va a ser difícil en términos de inflación. Sin embargo, espera que la situación se estabilice en términos productivos para la segunda parte del año, con un PIB agropecuario de alrededor de 1,5%.
A pesar de las dificultades Mejía no deja de ser positivo: “Hay que mirar no sólo la radiografía que hay ahora del país sino el potencial que se nos está presentando en la demanda de alimentos en todo el mundo”.
Sobre el paro agrario
En opinión del presidente de la SAC, Rafael Mejía: “En el paro que llaman agrario la mayoría son indígenas, afrodescendientes y muy poco campesino”, pero de igual manera considera que hay que ser muy prudentes en llevar adelante este proceso de diálogo.
Considera Mejía que este paro está perjudicando es al productor, al campesino, porque “no le recojen sus productos”. De tal manera que estas acciones alteran todo y dificultan la recuperación del agro colombiano.
Autor: Igor Eduardo Torrico Silva
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