Los productores de leche de Nariño se sienten afectados por el bloque de carreteras. Estiman pérdidas de $ 5 millones.
Gustavo Veloza Posada, corresponsal en Bogotá El paro agrario que ya cumple 5 días en Colombia tiene mucho ruido en las zonas rurales, pero calma en las principales ciudades del país.
Tal vez por esto es que muchos ciudadanos creen que las protestas de los campesinos e indígenas suceden en otro país, pero no a 600 kilómetros de Bogotá. Al sur de Colombia, lo que para Ecuador es la región norte fronteriza de los departamentos de Nariño y Cauca, es donde el ruido y el accionar de las organizaciones indígenas y campesinas se sienten con fuerza. No en vano ayer ya se presentaban situaciones de desabastecimiento de alimentos en los principales centros de acopio de esas zonas.
Incluso en la frontera, las autoridades comenzaron a registrar que aumentó el paso de colombianos hacia Tulcán para abastecerse de alimentos y productos de primera necesidad. En medio de ese panorama transcurre el paro agrario en el suroeste del país.
Justamente se espera que haya una solución entre el Gobierno e indígenas. De hecho, entre los puntos principales que ya se acordaron está la conformación de una Comisión Humanitaria (ONU, Fiscalía y Defensoría del Pueblo) que acompañe la investigación de la muerte de los tres indígenas, supuestamente, a manos de policías. Además, se confirmó que 5 indígenas y un menor de edad también resultaron heridos, entre ellos tres que se encontraban manipulando artefactos explosivos que utilizaban en las protestas, mientras que al menos 31 policías resultaron heridos.
EL TELÉGRAFO conoció que las comunidades indígenas se reunirán con el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo. En este encuentro, que se realizará hoy en la mañana, se examinarán las exigencias de las comunidades en materia de tierras, claridad de su participación en el postconflicto, la lucha contra la minería criminal en sus territorios, la seguridad por las amenazas y el cumplimiento de los acuerdos pactados hace 17 años. Los lecheros temen por producción Los productores de Nariño están preocupados por cierre de la carretera Panamericana que une a Pasto con el norte de Colombia. Indicaron que el bloqueo de la carretera que limita el norte de Nariño y el sur del Cauca incidirá en el transporte de alimentos básicos, como la leche.
El titular de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Nariño (Sagan), Eudoro Bravo, manifestó que si bien en el departamento de Nariño las dignidades agropecuarias no cerraron el paso vehicular, los productores de leche temen los daños económicos que les puede provocar el bloqueo de la vía. “En el caso de que los manifestantes cierren por completo ese paso nacional en el departamento del Cauca, se dejarían de movilizar alrededor de 480.000 litros diarios de leche, los cuales corresponden al 52% de la producción total del departamento de Nariño”, argumentó.
El dirigente gremial agregó que esa situación afectaría la economía de los cerca de 39.000 pequeños productores de los municipios de la región. De otra parte argumentó que el cierre parcial de la vía que comunica al interior de Colombia con Pasto genera la escasez de alimentos terminados y procesados en los principales almacenes de cadena de la región. El vocero de la mesa departamental de conciliación agraria, étnica y popular de Nariño, Carlos Ortega, expresó que el bloqueo de las carreteras a consecuencia del paro agrario dejaría millonarias pérdidas para los pequeños ganaderos del sur.
El vocero añadió que ante las millonarias pérdidas que las movilizaciones de 2013 dejaron a Nariño, las comunidades indígenas Quillasingas y Pastos asentadas en Cumbal, Guachucal, Aldana y Pupiales, entre otros, aseguraron que siguen afectadas. Ortega manifestó que cada día los productores perderían toda la producción de leche, que supera los $ 5 millones. “Es importante tener en cuenta que ese alimento no se puede almacenar por más de 3 días y la mayoría de los productores de los más de 10 municipios lecheros carecen de plantas de frío. Lo que siempre hace el comercializador, bien sea grande o mediano, es recargar las pérdidas sobre el pequeño”, explicó.
El dirigente comunitario Alberto Pastás explicó que en 2013 el mandatario dejó $ 15 millones para la compra de cupos de leche que favorecieron a los niños de los hogares infantiles, del programa Más Familias en Acción y de comunidades vulnerables. “Esos dineros se acabaron y ahora no hay subsidio para la leche, cosa que la situación para los productores es crítica”, anotó. Sostuvo que una rebaja del 20% o 30% en los insumos en Colombia es factible. “Eso quiere decir que un bulto de abono que actualmente cuesta más de $ 100.000 se lo puede vender en $ 70.000”.
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