Ganaderos en diferentes regiones de Colombia opinaron sobre lo que consideran más importante. Factores como el mal pago que reciben por el producto y la inestabilidad en los niveles de producción hacen que muchos prefieran cantidad y que otros le apuesten a una mayor calidad.
Juan Carlos Sarmiento, productor de leche en Simijaca, provincia de Ubaté, en Cundinamarca, señaló que su negocio fluye con la visión de generar altos volúmenes del lácteo en una Colombia que en épocas de sequía se afecta por la disminución de su inventario, por lo que trabaja en producir más leche.
Para Sarmiento, dueño de un hato Holstein, las células somáticas y las Unidades Formadoras de Colonia, UFC, siempre deberán estar en el estándar exigido por la industria, de manera que no se afecte bajo ningún motivo la inocuidad. A pesar de ello, está convencido de que es más importante para su negocio producir más leche por animal y hectárea que apostarle a la calidad, en cuanto a sólidos totales.
Por su parte, Mauricio Olaya Forero, productor de leche especializada, en Tausa, Cundinamarca, manifestó que el país requiere de una producción láctea de alta calidad en sólidos totales y en composición bacteriológica reducida, lo que no sucede con frecuencia.
Su argumento radica en que la baja calidad e inocuidad de la leche genera sobrecostos al productor, la industria y consumidor. Justificó que el alimento cumple una función clave en la población que la adquiere y por eso el país se debe enfocar en producir la mejor leche.
Pese a eso, admitió que normalmente el ganadero busca generar volúmenes altos porque “son pocas las empresas que valoran con precio los sólidos totales. La industria tiene sus propios laboratorios y al productor le reportan resultados de calidad según les convenga”.
Olaya Forero, quien manejo un hato de Holstein y Simmental, aseveró que el país tiene una producción favorable en cuanto a cantidad y puede generar más, pero también hay que analizar que los mercados internacionales reconocen hoy en día la calidad y a eso se le debe apuntar.
Guillermo Echeverry, productor en Valle de Cauca, le apuesta a mejorar la calidad de la leche en sólidos totales y por eso tiene animales de la raza Girolando: ¾ de Holstein por ¼ Gyr.
Con base en ello, cree que la producción de un lácteo con mejores porcentajes de proteína y grasa beneficia a la industria en la generación de los productos que saca al mercado y esa ventaja debería verse compensada en un mejor pago otorgado al ganadero que trabaja por alcanzar promedios eficientes en calidad.
Sin embargo, en la realidad del país, el ganadero aunque crea que debe producir leche de mejor calidad, no recibe reconcimiento económico de parte de la industria.“Es mejor producir calidad, pero si a la gente no le dan un beneficio no va a tener interés en producir mejor leche y el industrial sí va a sacar un mejor resultado”, apuntó Echeverry.
De igual forma recalcó que la industria debe hacer partícipe al productor de la calidad de leche que produce, para que el campesino y el ganadero a gran escala hagan modificaciones en su hato y se opte por el mejoramiento genético como un incentivo, que no puede ser indiferente al reconomiento económico que los ganaderos deben, por ley, recibir cuando sus fincas están certificadas en Buenas Prácticas Ganaderas y como libres de tuberculosis y brucelosis.
Andrés Hernández, productor de leche en Puerto Berrío, Antioquia, indicó que en el trópico bajo se genera un lácteo con altos contenidos de sólidos totales a menos costos de producción, si se compara con el trópico alto, y eso hará más productivo al negocio en el país.
Ante eso defiende la idea de que se produzca leche de alta calidad, proveniente de animales cruzados entre bos indicus y bos taurus, adaptados a zonas calientes del país, los cuales puedan producir volúmenes buenos del alimento mientras conserva sólidos totales eficientes.
Esta premisa es de “doble filo”, según Hernández, porque aun cuando se produce leche de alta calidad, no todas las empresas reconocen en dinero que haya buenos sólidos totales en el producto, lo que desmotiva al ganadero.
“Cuando hay leche de buena calidad, buscan (industria) la forma de no pagarla mejor. Por eso, es necesaria una política de Gobierno que obligue a pagar mejor esa leche, una política fuerte, si no todo seguirá igual”, aseveró el productor de leche de Puerto Berrío.
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