Antier fue entregado un centro de acopio lechero en Arjona por parte de la Gobernación de Bolívar, con una capacidad de 9 mil litros de leche diarios. Fue el primero de cuatro que el ente territorial entregará en Bolívar entre septiembre y octubre, según le informaron las autoridades a El Universal.
En la Costa Caribe las lecherías existen en condiciones precarias, especialmente ahora que hay una sequía debida a El Niño, que tiene a muchas fincas en emergencia por falta de agua y pasto para el ganado.
En condiciones normales el promedio diario de una vaca típica del Caribe colombiano no pasa de 4 litros de leche, especialmente en las fincas de los ganaderos pequeños, que son la mayoría. Si aceptamos esta producción, que es optimista por la situación climática y la poca tecnificación del agro, tendríamos que cada centro de acopio podría contener la leche de 2.250 vacas.
Y si suponemos que un pequeño ganadero promedio de la zona no ordeña más de 10 vacas, la estación de acopio podría guardar la producción de 225 pequeños ganaderos.
No conocemos el inventario ganadero de Bolívar ni la producción estimada del departamento, pero consideramos que estos centros de acopio son un paso en la dirección correcta en el sentido de que son una manera de mejorar la calidad de la leche que le llega al consumidor y también de los derivados lácteos que se hagan con ella.
El verdadero sentido de estos centros de acopio sería que ayudaran a educar a los pequeños ganaderos a trabajar juntos no solo al compartir el almacenamiento refrigerado de su leche, sino que llegaran a compartir también maquinaria para arar, rastrillar y cultivar la comida de su ganado, incrementando la producción por hectárea y por cabeza sin tener que usar más tierra en ganadería.
Es decir, los centros de acopio se prestan para inducir el cooperativismo en los pequeños ganaderos, que puede extenderse a recursos comunes: almacenes de insumos agropecuarios cooperados, agrónomos y veterinarios.
No conocemos mayores detalles de quién administrará estos centros de acopio de leche, pero ojalá no corran la misma suerte de los acueductos que entregó la Gobernación a algunos municipios, cuyos alcaldes han sido incapaces de ponerlos a funcionar. Estos equipos de enfriar leche requieren un buen mantenimiento diario, incluido un aseo perfecto, necesitan cambios de repuestos cada cierto tiempo, no pueden sufrir altibajos en la energía y deberían tener generadores eléctricos para los frecuentes apagones en las áreas rurales. Todo eso requiere conocimientos, disciplina y dinero.
Esperamos que estos equipos sean el inicio de una nueva era de tecnificación y mayor productividad de la pequeña ganadería, y que no terminen parados y destrozados en poco tiempo por un manejo inadecuado.
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