Más de 10 años lleva Augusto Grob liderando los destinos de la Cooperativa Agrícola y Lechera de La Unión -Colun-, por lo tanto, gran parte del éxito de la organización, que es reconocido por todo el rubro, es atribuible también a su manera de dirigirla.
Colun es hoy vista como un ejemplo del camino cooperativista en el mercado lechero, el mismo donde otras ya fracasaron, como la Calo o Loncoleche.
-El ejemplo de Colun es reconocido entre los productores lecheros, incluso los que no son parte de la cooperativa…
-Sí. Y la verdad es que la gran cualidad de una cooperativa es que los dueños son los mismos productores y son los que generan las utilidades de la empresa. Por lo tanto, todo peso que gana la empresa en definitiva revierte hacia sus cooperados. Y obtienen ventajas al ser productores de leche y procesadores de leche.
-¿Qué ha convertido a Colun en ese modelo tan exitoso?
-Una de las características principales es que siempre hemos apostado por la calidad del producto. Cuando hablo de calidad pienso en los productos lácteos que obtenemos de la leche de las vacas, pero también en las campañas publicitarias, en la forma de administrar la empresa, en compartir los ingresos y los riesgos con los cooperados y, en definitiva, estar tirando todos para el mismo lado. Armando un círculo virtuoso que va girando y teniendo ventajas para los socios en general.
Industria
-¿Cómo ve el comportamiento de la industria en los últimos meses?
-Estamos saliendo de una situación muy compleja que está dada fundamentalmente por el mercado internacional. Durante muchos años hubo una cuota de producción fijada a los productores, fundamentalmente europeos, que tenían frenada la producción. Por lo tanto, cuando esta cuota de producción se liberó esa producción a nivel mundial aumentó en forma muy importante. Eso trajo como consecuencia directa una baja de precios. Hizo a las empresas competir con precios reales de mercado a una oferta también real. Eso es complicado, sin duda. En ese sentido las cooperativas tienen una ventaja muy importante, en la manera de que los dueños son los que producen la leche. Les permite racionalizar costos y producción y lograr un ingreso apropiado y suficiente para ellos, lo cual no quiere decir que siempre sea bueno.
-Precisamente uno de los reclamos de los productores es que la industria se demora mucho en traspasar las alzas del precio internacional…
-Lo que pasa es que no es achacable a una empresa determinada. El mercado en términos generales funciona por un lado con los productores de leche, que producen todos los días y entregan leche todos los días a las plantas que la transforman en muchos productos distintos. Esa producción de las plantas lecheras, especialmente las que exportan, tiene que colocarse en el mercado. Y la forma de hacerlo es normalmente cerrando contratos a largo plazo. Una empresa cierra contratos con su mercado a dos, tres o cinco meses plazo y de repente el precio sube o baja por condiciones externas al negocio. Pero las empresas que tienen amarrada su producción no pueden hacer mucho. Si el precio sube, nosotros o cualquier otra empresa ya tiene vendida buena parte de su producción a precios antiguos y no los puede cambiar de la noche a la mañana.
-Colun ha optado por mantener un precio que incluso es más bajo que el promedio de la industria. ¿Cómo han resistido la natural presión de los cooperados por subirlo?
-Los precios que fija la cooperativa son aquellos que le permiten vender en el mercado su leche. Nosotros no podemos comprar leche más cara que lo que somos capaces de vender. Compramos leche fresca a precios que nos permitan procesar esa leche y colocarla en el mercado chileno y externo.
-Porque es tentador para una cooperativa pagar los precios que los cooperados consideran justos por su leche…
-Es una política que de hecho se puede producir. En el pasado ocurrió con mucha frecuencia y por eso las cooperativas que lo hicieron han quebrado. Así de simple. Nosotros somos una de las tres que quedan después de las 30 que había hace años en Chile, hasta que cedieron a la presiones de los cooperados a pagarse precios por sobre las condiciones de mercado. Eso es algo en lo que Colun ha estado permanente y tajantemente empeñada en que no se produzca. Tenemos que generar precios e ingresos a niveles de mercado. Lo otro anuncia una muerte rápida.
-¿Cómo ve la industria para los meses que vienen?
-Hay expectativas de que la situación de precios mejorará. Estamos confiados en eso y permanentemente monitoreamos el mercado, colocando nuestra producción y manteniendo contacto con el mercado. Seguimos, porque nos va la vida en eso, en las fluctuaciones del precio, y tratamos de mantenernos en el top de los valores que podemos pagar para no afectar el desempeño de la cooperativa como un todo.
-¿Cuántos cooperados tiene hoy Colun?
-Alrededor de 750. Abarcamos las provincias de Valdivia, del Ranco, Osorno y parte de Llanquihue.
-El precio quizás es el síntoma, pero hay muchos otros factores. El climático, por ejemplo, es una amenaza emergente…
-La agricultura, en términos generales, depende de las precipitaciones y el clima. Una de las cosas que los agricultores vemos incidir en la producción, aparte de la eficiencia, es el clima. La sequía baja la producción de leche, aumenta los costos y no es fácil de manejar. Pero no nos puede hacer perder el norte, que es producir y mantener los costos más bajos posibles. Tenemos que tener un ojo permanente sobre eso, pero también sobre nuestra gestión como agricultores.
Sólidos y campaña
-Empresas como Prolesur están cambiando la pauta de precios ligada al contenido de sólidos. ¿Cómo lo hace Colun?
-Hace muchos años que incentivamos fuertemente el pago en base a sólidos. Y por una razón muy simple: son los sólidos, con la grasa y con la proteína, que producimos lo que producimos. Si me entregan leche sin sólidos, es muy poco lo que puedo hacer. Lo sólidos que se transforman en leche, en mantequilla, en yoghurt son los que le dan el valor a leche. Si yo a usted le pongo en el supermercado un pote de leche sin gusto a nada y aguachenta, usted no la va a comprar. La política de pagar por sólidos es fundamental para el desarrollo de la actividad en términos generales.
-¿De qué más depende?
-Básicamente de la matriz productiva que tenga la empresa. Nosotros, por ejemplo, somos grandes productores de queso. Para eso necesitamos mucha materia grasa, proteínas, que son sus componentes fundamentales. Y si no incentivamos eso, no nos irá tan bien. Pero a una planta lechera que venda sólo leche líquida probablemente le va a dar bastante lo mismo cuántos sólidos tenga la leche. Pero para producir mantequilla o queso, tiene que tener proteína o grasa. Si no, no funciona.
-Colun también es conocida por una exitosa campaña publicitaria que pone al sur de Chile como la cuna de la leche…
-Lo que estamos haciendo es una campaña que trata de difundir entre sus consumidores productos de calidad. Lo que nos interesa es mostrar el producto que tenemos a nuestro público. Tenemos una definición que es de un antiguo director: la calidad no se controla, se fabrica. Eso es en lo que hemos estado empeñados: fabricar productos de calidad. Y eso es lo que queremos mostrar a nuestros consumidores. Queremos que el consumidor sepa que nuestra leche la producimos acá en el sur, la envasamos en el sur y la vendemos en el sur o en el norte. Pero producida en el lugar donde están las vacas. Y eso lo queremos diferencias, porque es distinto concentrar leche y hacer leche en polvo.
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