Los productores aseguran que alimentar al rebaño con pasto es la única forma de abaratar costos, versus el concentrado. Muchos han recurrido a créditos debido al mal momento y se han autoimpuesto plazos para analizar la situación.
Aumentar la cantidad de hectáreas con praderas para así proporcionar más alimento más barato a sus vacas es parte de la estrategia que tres productores lecheros de la comuna han implementado para lograr sobrellevar el mal momento del rubro marcado por los bajos precios que reciben de las plantas lecheras ($175 por litro en promedio en la zona) y los efectos de la sequía que se ha registra en los últimos veranos.
Eso sí, esperan que este mal momento se solucione, tal como ha ocurrido en años anteriores y así continuar con la tradición familiar que les ha permitido formar y mantener a las nuevas generaciones.
Tormenta sin fin
La compleja situación por la que atraviesan las lecherías tiene preocupados a los representantes del gremio, según lo confirmó esta semana el presidente de la Asociación de Productores de Leche (Aproleche) Osorno, Dieter Konow, quien aseguró estar realizando una especie de catastro para conocer el estado actual de los productores lácteos.
Así también lo constató el director ejecutivo de la Asociación Gremial de Productores de Leche de la Región de Los Ríos (Aproval), José Luis Delgado, zona donde el mes pasado dos lecherías con larga tradición ya anunciaron su cierre.
El panorama fue confirmado además esta semana en la Región por Rodrigo Lavín, presidente de la Asociación de Empresarios Agrícolas de la Provincia de Llanquihue (Agrollanquihue), quien sostuvo que “un último informe da cuenta que 10 lecherías están cerradas y que otras seis se encuentran en proceso”, especificó al diario El Llanquihue de Puerto Montt.
La caída en los precios de la leche que las empresas procesadoras pagan a los productores, sumado a la sequía que ha afectado por dos años consecutivos a la zona, ha sido para el rubro como una verdadera “tormenta sin fin”.
Nolberto Vega, de 55 años, quien toda su vida se ha dedicado a la producción de leche en el fundo “Santa Ana”, ubicado a un costado del Camino Real, lo ha vivido en carne propia.
El productor junto a su familia tiene un campo de más de 300 hectáreas donde mantiene 300 vacas lecheras que le permiten mantener a su familia y dar trabajo a nueve personas que viven en el mismo predio.
Nolberto cuenta que este último año ha sido muy difícil de sobrellevar, porque la baja calidad del pasto ha afectado a la producción y a eso se suma el bajo precio pagado por las plantas, todo lo cual le ha obligado a buscar alternativas para acotar los costos.
“Antes tenía 100 hectáreas destinadas para silos, pero ahora estoy trabajando para hacer 50 hectáreas más porque la calidad del pasto ha bajado y necesito tener más para sobrellevar todo el año y así no tener que comprar concentrado”, detalló Nolberto Vega, como una fórmula para subsanar en parte las bajas en las ganancias.
Según cuenta, en septiembre hizo un último balance y constató que respecto al mismo mes del año pasado sus ganancias disminuyeron en $7 millones.
“Ahora no he querido hacer más mis cuentas para no seguir asustándome”, dijo el productor, quien vende su leche a la empresa Watt’s que desde inicios del año pasado a la fecha le ha reducido el valor del litro de leche en $40.
Uno de sus pares en la comuna de Purranque, Luis Urzúa, de 50 años, mira la situación de una forma más optimista, ya que espera que las lluvias que se han presentado durante la primavera puedan mejorar la calidad del pasto y así poder guardar más alimento para sus 370 vacas.
“Hay que reconocer que hemos tenido una mala temporada y que el invierno fue uno de los más complicados de los últimos años, pero tengo confianza en que iremos superando de a poco los obstáculos”, confirmó Urzúa.
Eso sí, reconoce que ha debido dejar de invertir en maquinaria y aumentar la superficie de praderas para poder enfrentar la crisis que lo obligó a prescindir de tres trabajadores este año y a bajar sus niveles de producción que superaban los 200 mil litros mensuales a entre 150 mil y 170 mil litros con una disminución del valor de venta de $50 por litro.
Convenio bancario
Dieter Konow explicó en una entrevista con El Austral, que Aproleche estableció un convenio con el Banco Estado para entregar una tasa de interés preferencial para los créditos de consumo de los asociados, crédito que Luis Urzúa y Nolberto Vega han debido solicitar.
“No hay muchas opciones y uno tiene que hacer sacrificios para invertir porque así es el campo, todo lo que ganas tienes que volver a invertirlo y si no tienes hay que buscar alguna alternativa, por eso antes estuve vendiendo algunos animales y también pedí un crédito para renovar la pradera ahora en la primavera”, relata Vega.
La crisis lo ha afectado, pero gracias al trabajo diario que realiza junto a sus empleados ha logrado pasar lo peor que fue el invierno y ahora se aprontar a lo que venga en el verano.
Distinta es la situación de otro productor lechero de la zona, quien prefirió mantener su nombre en reserva, pero que hace un par de meses decidió cerrar la lechería y vender su propiedad.
Según cuenta, ahora el predio está siendo utilizado por una empresa santiaguina que cultivará en invernaderos, por lo que ya ha invertido cientos de millones de pesos para nivelar y construir las estructuras.
El principal motivo de su decisión se basa en la dificultad que enfrentó con la constante baja en el precio de venta de la leche y decenas de requerimientos que debió solventar para mantener el rebaño.
Plazo límite
Andrés Follert es otro productor de Purranque, quien mantiene 250 vacas en su predio y trabaja con 9 personas. Su situación es similar a la de los otros productores, sin embargo Follert se ha establecido una especie de plazo límite para decidir qué hacer en el futuro.
“Creo que esta situación puede mejorar de alguna forma si aumentan los precios que pagan las empresas, pero hay que ir evaluando. El clima es un factor que influye mucho y ya hemos visto los últimos años que cada vez es más extremo, por eso voy a esperar hasta marzo o a más tardar mayo para saber si sigo con la lechería o no”, confirmó Andrés Follert, quien durante sus 47 años de vida ha estado vinculado a la producción lechera.
Y es que para pesar de él y el resto de los productores la fluctuación de los precios es regulada por el mercado y a pesar de que el precio de la leche en los supermercados sigue en alza ($750 en promedio por litro en caja), los productores no ven ese valor reflejado en sus ganancias y aseguran que son las empresas quienes delimitan el costo final.
Esa inestabilidad es la que hace dudar a los productores respecto a la continuidad de las pequeñas y medianas lecherías en la zona, ya que según cuentan ven difícil que sus hijos o familiares sigan con la tradición láctea en este contexto.
“No sé lo que vaya a pasar en el futuro, pero la experiencia de otros países da cuenta de que las lecherías pequeñas y medianas como las nuestras terminan siendo consumidas por las grandes”, reflexionó Luis Urzúa.
$40 y $50menos por litro reciben los productores de lecherías en la zona durante el último año, lo que les ha generado complicaciones en los costos.
150 hectáreasde pradera deberá renovar el agricultor Nolberto Vega para prepararse de mejor forma para el invierno y así obtener alimento a menor costo para su rebaño de vacas.
Un año y mediose presentó una demanda al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia para lograr transparentar los precios del litro de leche que pagan las empresas.
Fuente: Diario Austral Osorno
