En un encuentro organizado por la fundación Imagen de Chile, el vicerrector de la Universidad de Santiago, Claudio Martínez, presentó el trabajo de un grupo de científicos encabezados por el doctor Renato Chávez y del que forma parte José Luis Palacios.
Chávez expuso la enorme incidencia en el mundo de la intolerancia a la lactosa, que se da básicamente en países del sur de América, Africa y Asia.
La explicación a este fenómeno, que en Chile afecta a más del 40 por ciento de la población, se debe a que los pueblos originarios no conocieron la leche hasta después de ser colonizados.
En el caso del Lejano Oriente, sus ciudadanos se familiarizaron con los lácteos y sus derivados también por influencias coloniales y relativamente reciente, comentó el director del programa chileno.
‘Estudiamos los productos del mercado y vimos la ausencia o dificultad de hallar algunos determinados, como la leche en polvo, y nos propusimos buscar alternativas para deslactosar la leche’, apuntó.
El doctor Chávez indicó que con un equipo de trabajo se fue a la base que posee la Universidad en la Antártida chilena y allí comenzó el estudio de las esponjas que permitiera la betagalatosidasa.
‘Aplicamos el elemento obtenido a temperaturas extremadamente bajas para deslactosar. Hicimos el test colocando tres vasos diferentes de leche y las personas invitadas no encontraron diferencias’, señaló.
El especialista comentó que los retos actuales son producir una cantidad de enzima betagalatosidasa a mayor escala y facultada igualmente para aplicarse en las leches en polvo y los yogurts para las personas intolerantes a proteína.
Esperamos que este aporte permita en el futuro además coadyuvar en el sabor y la calidad de los lácteos a los que se les deba eliminar el componente de la lactosa, concluyó.
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