Cabe señalar que la producción lechera de Panamá aumentó en 8 millones de litros durante el 2014, alcanzando los 193 millones de litros.
“El sector pecuario representa un gran potencial para contribuir a la erradicación del hambre, al desarrollo rural y al crecimiento económico de Panamá” destacó Pilar Santacoloma, Oficial de Sistemas Agroalimentarios de la FAO para América Latina y el Caribe.
Al realizar el cierre oficial del proyecto de fortalecimiento del Instituto Panameño de Ganadería de Leche (IPAGAL) que desarrolló el MIDA con el apoyo de FAO, Santacoloma se refirió a la necesidad de promover políticas diferenciadas y coordinadas entre los distintos ministerios para impulsar la innovación tecnológica y el desarrollo productivo del sector lácteo, mejorar los ingresos de los productores familiares y los niveles de consumo de leche y productos lácteos en Panamá.
Por su parte, Jorge Arango, Ministro de Desarrollo Agropecuario de Panamá destacó la coordinación y el trabajo conjunto que el sector lechero panameño ha desarrollado “por primera vez, técnicos, instituciones, productores y organismos internacionales nos hemos unido en Panamá para alcanzar una meta, incrementar de manera sostenible la productividad del sector”.
Al agradecer el apoyo de FAO y la coordinación del MIDA para fortalecer las capacidades del Instituto, Juan Silvera, Presidente de la Junta Directiva del IPAGAL destacó que como resultado de este proyecto hoy en día es posible dar mayor acompañamiento técnico a los productores.
Cabe señalar que la producción lechera de Panamá aumentó en 8 millones de litros durante el 2014, alcanzando los 193 millones de litros. Asimismo el consumo de lácteos pasó de 374 millones en 2013 a 414 millones de litros en 2014.
A pesar de este crecimiento, el sector lácteo en Panamá presenta una fuerte dependencia de las importaciones de alrededor del 45% del consumo nacional.
La FAO señala que garantizar el acceso de los productores pecuarios familiares (de pequeña escala) a la tecnología y los mercados no solo ayudará a satisfacer la demanda de productos lácteos, sino que también abrirá mayores oportunidades para establecer vínculos con la economía rural no agrícola.
Asimismo, un buen sistema de gobernanza de las cadenas agroalimentarias que promueva el desarrollo de mercados locales y el diseño de mecanismos de apoyo a la comercialización, permiten que la agricultura familiar se articule con los mercados nacionales, regionales o globales.
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