Las autoridades no se han pronunciado sobre el particular; sin embargo, se ha anunciado una supervisión estricta de todas las unidades de procesamiento de los derivados de la leche.
El tema pone en predicado la eficacia de las inspecciones sanitarias que se supone son realizadas por las dependencias con competencias en esta actividad. ¿Indiferencia, negligencia o pasividad en el tratamiento de la línea productiva de los lácteos?
Un dato que apoya estos elementos críticos es que solamente el 40 por ciento de la producción es obtenida en compra por la industria y el 60 por ciento es destinado al mercado artesanal, donde los controles son pobres y las capacidades de tecnificación son nulas.
Fuera de estas consideraciones, la leche es uno de los rubros de mayor competitividad en Honduras porque registra un buen excedente de la oferta respecto a la demanda.
El país es autosuficiente en la producción de leche, lo que significa que el país no requiere hacer importaciones en esta materia, ya que las necesidades de consumo son cubiertas con buena solvencia.
La demanda de leche alcanza un poco más de 700 millones de litros anuales, de acuerdo con los registros históricos de los ganaderos y de las dependencias estatales que intervienen en el aparato productivo nacional.
En la temporada lluviosa del año pasado, la generación del alimento fue de alrededor de 2.4 millones de litros, superior en 600,000 litros a lo que se había registrado en igual período de 2015.
La industria de la leche tiene características peculiares. Y es que, a pesar de que en las últimas décadas el hato ganadero disminuyó sustancialmente, la producción de leche se ha mantenido entre 700 y 900 millones de litros.
Los expertos dicen que el país tiene más capacidad para elevar la producción de leche y fortalecer la auto-sostenibilidad en esa actividad económica.
A nivel nacional funcionan hoy día unas 94,000 fincas ganaderas, de las cuales el 90 por ciento son de doble propósito; es decir, para la producción de carne y leche, y el 10 por ciento restante son unidades especializadas.
Hay muchas debilidades que tienen que ser superadas. Entre estas flaquezas anotadas por las autoridades del sector público y por los mismos productores tienen relación con fortalecer la industria de procesamiento con fines de incrementar las exportaciones.
El cumplimiento de estos retos pasa por una organización más efectiva de la cadena en todos sus componentes, sobre todo en la integración del sector ganadero.
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