Con un orgullo que no pretende disimular, Javier Barroso Fernández explica a Tiempo21 cómo los 268 miembros de la cooperativa campesina que él dirige han logrado ubicarse y mantenerse entre los altos productores de leche en Cuba, aún cuando no cuentan con reses de elevados rendimientos y viven en Omaja, municipio de Majibacoa, Las Tunas, provincia más seca del país, situada a unos 700 kilómetros al este de La Habana.
Tiempo21: ¿Cuándo se integraron al llamado movimiento millonario que promueven la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y el Ministerio de la Agricultura (Minag)?
Javier Barroso Fernández: «Es una batalla que libramos desde hace tiempo y ya llevamos dos años consecutivos obteniendo más de un millón de litros de leche. En 2016 esperamos repetir el éxito y estamos convencidos de que podremos lograrlo».
Tiempo21: Esa cantidad equivale a unas 100 toneladas de leche en polvo, que, según los precios actuales en el mercado internacional, le costarían a Cuba alrededor de 317 mil dólares, en caso de importarla. ¿Tus campesinos saben eso?
JBF: «Como todo campesino, mi gente es muy práctica: no se enreda con los números. Lo importante es que esos hombres y mujeres conocen perfectamente la necesidad de producir más alimentos para ayudar al pueblo y a la Revolución, y además saben cómo conseguirlo. Por eso también le vendemos al Estado crecientes cantidades de carne vacuna y de ganado menor. Al mismo tiempo hemos aumentado la cosecha y venta de viandas, granos, frutas y hortalizas».
Tiempo21: ¿Y cuál es la fórmula para conseguirlo?
JBF: «La unidad. Somos una familia, integrada no solamente por los asociados a la cooperativa sino también por nuestros parientes y demás vecinos de la comunidad».
Tiempo21: ¿Sobre la estrategia frente a la sequía, la escasez de algunos recursos, el bajo potencial productivo de las razas vacunas con que cuentan…?
JBF: «Aumentamos la siembra de pastos y forrajes, la apertura de pozos y el aprovechamiento de otras fuentes de agua y alimento animal, a la vez que impulsamos la inseminación artificial para mejorar genéticamente el rebaño».
Campesinos de Las Tunas entre altos productores cubanos de leche