Un tambero de Serrano debió “migrar” con sus vacas para seguir produciendo

Con el 60% de su campo bajo agua, Osvaldo Campana tuvo que decidir entre liquidar su trabajo de décadas o irse. Optó por seguir luchando y trasladó su tambo a un campo que alquiló en Adelia María.
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Osvaldo Campana dedicó toda su vida a trabajar en el tambo. Cuando cumplió 60 años decidió volcar toda su experiencia en un libro que tituló “Crónicas de un tambero”, en la que narró su experiencia personal. Hoy la inundación lo expulsó de sus tierras, y lo obligó a sacar sus animales y llevarlos a otro lugar para poder seguir trabajando.
“Durante 46 años ordeñé yo cada vaca, nadie me lo contó. Si habré visto salir el sol en mi vida”, dice con un dejo de nostalgia. Y recordó aquellos madrugones para llegar a la “planchada” a entregar la producción antes de la salida del astro rey.
Este hombre de voz firme, se quiebra cuando a su memoria llega la imagen de las vacas cruzando por lagunas de más de 70 centímetros, para luego subirlas a un camión y trasladarlas a otras tierras.
De las 150 hectáreas de campo que tiene Campana, a unos 10 kilómetros al sur de Serrano, 85 están sepultadas bajo agua, y sin caminos por donde sacar la producción. En esta zona cerraron una veintena de tambos, pero este productor decidió lucharla, y a pesar de los costos migró su tambo a 160 kilómetros de su terruño, en Adelia María, donde alquiló un campo para seguir trabajando.
“Yo, la verdad, por mi edad y con mi mujer podría haber tirado todo, y vivir de la jubilación. Tenemos la casa paga. ¿Pero sabe qué me impulsó a seguir?: que mi hijo con su familia trabajó toda su vida en el campo. En él pensé, si no qué me quedaba, mandarlo a trabajar en otra cosa”, reflexiona este productor.
Al tiempo que dijo que en medio de la desesperación recibió ofertas para alquilar los animales a un valor que arrojaría un ingreso mensual de $ 18 mil.
“Y si hubiese decidido vender, con suerte podría haber sacado 10 mil pesos por cabeza, y en total unos 3 millones de pesos. ¿Para cuántos departamentos me alcanzan? ¿Después qué hago, los alquilo? Es doloroso ver que todo el trabajo de una vida se reduce a eso”, se lamentó Campana.
Por otra oportunidad
En los últimos 4 meses resistió en las pocas tierras que quedaban secas allá en Serrano, con los 130 animales, produciendo alrededor de 2.500 a 2.700 litros diarios. “En todos estos meses tuve que llevar la producción en tanques hasta la ruta. Pero ya no hay más caminos. No se entra más. Y no me quedó otra que irme”. A esta altura del relato la emoción le gana y su voz se quiebra.
Campana soportó varias inundaciones en su campo: las de 1978, 1982 y 2002, “pero nunca una como ésta. Acá no se salvó nada”. Y además de la pérdida en los cultivos, las cosechas guardadas en tres bolsones hoy parecen flotar sobre las lagunas. “No sé si vamos a poder sacar algo de eso. De última será alimento para recría, para que `puchereen´ las vaquillonas chicas”, señaló.
Para llegar a su campo, hoy Campana debe atravesar tierras de vecinos que permiten el paso, pero es imposible trasladar la producción por la falta de caminos.
La “migración” del tambo desde Serrano hasta Adelia María insumió altísimos costos para este productor que, además, debió alquilar instalaciones en la última localidad para seguir trabajando. “Sacamos por arreo los animales unos 10 kilómetros, pasando por una gran laguna, después al camión. Estuvieron casi 14 horas sin echarse las vacas”, dice con dolor Campana, que en estos animales ve reflejado el resultado de décadas de trabajo.
Mientras tanto, alquiló tierras en Adelia María para dar continuidad al tambo. “El alquiler está fijado en una cantidad de litros de leche por día. Era lo que nos quedaba por hacer. Confío en que nos va a ir bien, son otras tierras, están mejor que acá en Serrano. Pero bueno, veremos”, dijo el productor.
Campana quien tiene en promedio unas 300 cabezas de ganado, entre terneritos y vacas en producción, y espera poder seguir trabajando y dejarle el legado a su hijo.
Sobre la crisis de la industria lechera indicó que existe, pero también admitió que hoy son éstas las que se quedan con el mayor margen de ganancia, ya que el productor sólo recibe $5,50 pesos por litro, cuando debería ser de más de $ 7 pesos.
Aun en esta difícil situación, don Osvaldo no pierde las esperanzas de que su campo se seque y pueda volver con su tambo. “Hoy el gran problema es la falta de caminos, y no es el agua de lluvia sino la napa, que está en la superficie. La Provincia está haciendo algunas obras, pero no alcanza. Está muy complicado”.
Y sin perder las esperanzas, Campana sigue confiando en que va a seguir viendo salir el sol cada mañana, como hace décadas, al pie de los corrales, produciendo el “oro blanco”, que hizo grande a esta región.
Patricia Rossia
prossia@puntal.com.ar
http://www.puntal.com.ar/noticia.php?id=246135

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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