Un pueblo cordobés, afectado por la crisis de SanCor

Se trata de Coronel Moldes, de 11.000 habitantes, donde se fabricaban quesos de pasta dura. Más allá del empleo directo, la actividad comercial está resentida.
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A casi 300 kilómetros al sur de la capital provincial, Coronel Moldes fue históricamente una zona tambera. La planta de Sancor es uno de sus símbolos. Se inauguró en 1976 y, desde entonces, es una parte importante de la dinámica de esta ciudad de 11.000 habitantes. Ahora todo el pueblo vive la incertidumbre del futuro de las instalaciones
La empresa es la tercera empleadora de Coronel Moldes, detrás de dos frigoríficos. Ocupa a 56 personas, pero su impacto indirecto es mucho más amplio. Por el momento, están de vacaciones por un mes (antes estuvo parada otros 15 días) y a la expectativa de las consecuencias de la reestructuración de la láctea.
El intendente Jorge Constanzo dijo a LA NACION: «Hay toda una dinámica y dinero que gira alrededor de la planta, otros empleos y servicios». De hecho, hay familias en las que dos generaciones trabajaron en el lugar. «Es parte del lugar y ya se perciben en el resto de la ciudad sus problemas», describió.
En Coronel Moldes se producen quesos de pasta dura, el sardo y el reggianito. Llegó a tener 150 trabajadores y los puestos, con el tiempo, se fueron perdiendo. Sí hubo inversión en tecnología. Los operarios, además de la inquietud por su futuro, sienten desazón porque no hay diálogo directo con ellos y van siguiendo las novedades por los medios.
Constanzo señala que desde el despacho de combustible a talleres que trabajan para la fábrica, pasando por los comercios que se benefician del movimiento permanente que tenía la empresa hoy están con su actividad resentida. «Los efectos colaterales exceden largamente a las 56 personas que viven directamente del salario de Sancor», señaló.
Aunque no es la mayor empleadora, la láctea paga salarios más altos que los frigoríficos y las empresas ligadas al campo que hay en Coronel Moldes. La preocupación de los afectados -directa e indirectamente- es qué podría reemplazar la dinámica que genera la planta.
Daniel Brarda, delegado gremial, señala que en los últimos dos años ingresaron sólo dos personas en la fábrica e insiste en que hay muchas versiones sobre lo que va a pasar, pero no tienen datos concretos. Comenta que hasta el 31 de diciembre trabajaron bien, entonces les avisaron que paralizarían el trabajo por falta de amoníaco y, después, se desencadenó la crisis.
La fábrica está en la ruta E86, a 5 kilómetros del centro de Coronel Moldes. El movimiento es mínimo, algún camión que entra por día y dos empleados que se encargan del mantenimiento. Hay stock de quesos en las cámaras.
«Los tambos de la zona fueron cerrando o achicándose como pasa en otras regiones; por supuesto que la crisis en la planta complica todavía más la situación. Todos estamos siguiendo lo que pasa por la importancia que tiene Sancor para nosotros», indicó Constanzo.
En esta provincia tiene una planta de productos frescos en la ciudad de Córdoba; otras de quesos en La Carlota, Balnearia y Pozo del Molle; en Devoto, leche en polvo, manteca y crema; en Brinkmann y Morteros, quesos y leche en polvo.
Gabriela Origlia
PARA LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/1994685-un-pueblo-cordobes-afectado-por-la-crisis-de-sancor

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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