La devastadora inundación sigue complicando el norte del partido de General Villegas que ya afecta al 70% de la superficie, anegando caminos, campos y ahora, desde hace un tiempo con especial velocidad, obligando a la gente a vender sus tambos o, como en este caso, a abandonarlos, incluyendo la casa en la que vivieron toda la vida, informó Distrito Interior.
Ese es el caso de la familia Giordana que ayer estuvo por última vez en su campo y tambo hasta que el agua se los permita.
Oscar quien nació en el año 1956 en el lugar, el mismo año en que su padre automatizaba el tambo tuvo que salir con lo puesto con la ayuda de los Bomberos Voluntarios de Bunge lo rescataron porque ya no hay nada que hacer.
Con esas palabras Gabriel, hijo de Oscar, describió en una nota con Fernando Cisarello lo que les toca vivir.
Hace un año aproximadamente que la situación comenzó a agravarse hasta llegar al extremo de tener que dejarlo todo.
Un Futuro incierto
El campo está a 25 kilómetros del casco urbano, ubicado en la zona conocida como Julio Mandrile; para llegar hasta allí los bomberos en un tractor tirando un carro debieron recorrer 50 kilómetros, mientras que él, hizo los 25 a pie por el agua para estar antes y ayudar a su padre a empacar lo que pudieran.
Hoy es cuestión de vivir el día a día, el futuro es incierto y a eso hay que agregarle la tristeza de tener que cambiar de ambiente sin que se pueda hacer nada porque la situación lo superó todo.
El agua está estancada y cada vez hay más, sostuvo y comentó que también ayer cerraron los tambos de Actis y Carello.
Lo ocurrido no es un hecho aislado, por el contrario, es preocupantemente cada vez mas frecuente en esta región que fue una importante cuenca lechera.
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