El presidente de la Cuenca Lechera Mar y Sierras, Alejandro Stefano, realizó una evaluación de la actividad durante este año, el cual transitaron con complejidad pero con una actualización del precio que percibe el productor por litro, que en diciembre de 2015 era de 2,60 pesos y en la actualidad se encuentra en el orden de los 4,50 pesos, que permitió sobrellevar un poco mejor la situación.
En diálogo con el ciclo radial “Buenas y santas” (104.1 Tandil FM), el dirigente marcó que la recomposición lograda, que ronda el 65 por ciento, “tampoco alcanza”, ya que “veníamos con un precio con el que nos estaban matando”.
“Ha sido un año muy duro. Algunos tendrán que achicarse, no podemos hacer las inversiones que queremos pero hay mucha gente que está mucho peor que nosotros”, evaluó.
Con más de 25 años ligado a la actividad, aseguró que el sector cierra un año “muy duro”, en el que no estuvo ajeno a “todos los problemas” a nivel nacional vinculados al trabajo y la producción.
En líneas generales contextualizó que “comenzamos muy mal” el 2016 luego de dos años de “malos precios y una rentabilidad negativa”, escenario que se complejizó en diciembre de 2015.
“Los primeros dos meses de este año fueron los más duros de todos hasta que, por una desgracia a nivel nacional como lo fue la inundación en la zona de Santa Fe y Córdoba, comenzó a hacer falta leche”, precisó el dirigente.
En paralelo, algunas medidas correctivas para productores y para empresas lácteas que implementó el Gobierno nacional colaboraron con la actividad, al igual que el “repunte” que mostró en los últimos dos meses el mercado internacional. “Si bien la realidad es que todavía estamos en una situación bastante crítica, lo peor ha pasado”, valoró y proyectó una mejora más significativa “si nos hubiera acompañado un poco más el clima”.
En ese sentido indicó que la falta de agua que azota a esta zona hizo que se modificaran los números para la adquisición del alimento balanceado, el “mayor costo” de los productores lecheros.
Valor por cada litro de leche
En cuanto a la recomposición del valor de venta de la leche puntualizó que alcanzó el orden del 65 por ciento, pese a que reconoció que “hubiéramos querido que sea mayor”.
A más datos, Stefano señaló que el precio del litro en esta región se vende a 4,50 pesos en promedio, aunque marcó que en otras zonas “está mejor”.
En el caso de Tandil “la leche está repartida en muy pocas fábricas, una fundamentalmente recoge más del 50 por ciento, está lejos de nuestra zona y eso implica mucho costo de acarreo”.
“A precio constante, desde el año pasado deberíamos estar cobrando 5,50 pesos”, dijo basado en los cálculos que se realizan, incluso desde las entidades gubernamentales.
Con expectativas de alcanzar una mejoría en ese sentido, el dirigente ratificó que “los que más sufren son los tambos más pequeños”, que son los que “menos pueden atenuar estas cosas”, mientras que los más grandes, con la circulación del capital, la venta de animales, o los ingresos que generan en establecimientos con otra actividad además del tambo, “sufren mucho menos esta crisis”.
Cierre de tambos
Sobre el desarrollo del año en la ciudad, advirtió que “se han cerrado tres o cuatro tambos”, pero estimó que “no se van a cerrar más”, que se va a “mantener” el número actual.
Y trasladó sus expectativas al especular que “si esto se revierte y vuelven los precios, la tendencia es siempre al crecimiento”, y en esa línea apuntó que “lamentablemente con el sistema que tenemos en todos los países emergentes, si uno no crece desaparece”.
Representatividad y el problema de la cadena
A propósito de la zona Stefano detalló que trabajan en lograr mayor representatividad del sector. “Actualmente las cámaras y las asociaciones de productores de la provincia nos estamos juntando para ver si el año que viene podemos todos juntos hacer una sola representación a nivel provincial para poder discutir los temas gremiales con mucha más fuerza”, para después trasladar el planteo al nivel nacional.
Valoró la importancia de avanzan en esta dirección ya que permitirá diferenciar lo que sucede en el territorio bonaerense en comparación con otras provincias. “Hasta que no se mejore el tema de la cadena, el productor y el consumidor son los que más sufren porque el producto cuesta poco y es difícil comprarlo”, remarcó y anunció que en eso están abocados.
Y agregó que “todas las presentaciones que hacemos al Gobierno son en ese sentido”, en referencia a la cadena de producción, a la vez que dedicó un párrafo aparte a la presión impositiva. “El Gobierno se lleva el 17 por ciento de nuestros impuestos de la comercialización, algo que no es menor”, reveló el titular de la Cuenca Lechera Mar y Sierras.
Centrado en ese aspecto, y lo que sucede entre el productor y el consumidor, el dirigente del sector se respaldó en las estadísticas elaboradas para graficar la situación.
Así, dijo que “la participación del sector de la producción el año pasado, en meses interanuales, bajó en noviembre tres puntos en porcentuales lo que cobró el productor dentro de la cadena. Y el mayor aumento lo tuvo el supermercado, aumentando tres y cuatro puntos”, mientras que la industria subió un dos por ciento su participación en el impuesto y el Gobierno “se mantiene entre un 15 y un 17 por ciento”.
En definitiva lamentó que “lo único que fue para abajo es la participación del productor” y manifestó que, “cuando uno plantea este tema en una cadena láctea es una de las cientos de cadenas que están con problemas en el país”, lo cual lo convierte en un tema coyuntural.
“Hace falta un eje económico que estabilice la inflación como el verdadero costo argentino para que la cadena empiece a normalizarse”, concluyó Stefano.
Tras un año “muy duro”, desde el sector lechero aseguraron que el precio por litro aún no alcanza
