Walter Casalis es uno de los productores de Pavín que tuvo que tirar miles de litros de leche por no poder entregarla. “En 15 días va a ser peor porque se acabará el alimento para los animales”, asegura.
Walter Casalis siente la impotencia y se quiebra cuando cuenta la difícil situación por la que atraviesa con su campo, en un 90% bajo agua -tuvo que tirar la producción del tambo-, y con su familia y empleados aislados.
Este productor, cuya propiedad se encuentra sobre ruta E86, en el paraje Pavín -unos 17 kilómetros al sur-, se suma a otro puñado de vecinos que son los más comprometidos por la masa hídrica que baja de la zona de Adelia María y Monte de los Gauchos, que anega los campos y ha convertido en ríos los pocos caminos rurales que estaban en condiciones para circular.
“Es muy grave el problema porque el agua nos llega por todos lados. No hay caminos, yo tuve que tirar la leche por no poder sacarla, y cuando quise hacerlo con una cisterna quedé empantanado”, relata a PUNTAL Casalis, quien no puede contener el llanto al ver todo el trabajo de su vida tapado por las aguas. Aunque no es la primera vez que sufre una situación de estas características, no se resigna a perderlo todo y está dispuesto a seguir luchando.
“Tengo un tambo, o mejor dicho, tenía hasta hace pocos días un tambo de 5.000 litros diarios. Lamentablemente tuve que tirar la producción porque no tengo forma de sacarla. Ayer (por el martes), a la tarde después de un largo periplo pude sacar algo, pero la situación es grave”, insistió Casalis. De las 121 hectáreas que tiene dedicada al tambo, 90 están totalmente bajo agua.
Al problema de la leche se suma, el no tener suelo seco donde los animales puedan estar, y el forraje para alimento comienza a humedecerse y pudrirse.
“Dentro de 15 a 20 días el problema va a ser peor porque la reserva de los alimentos que tenemos se acaba o se pudre”, advirtió este vecino. Su situación es una de las más graves, pero Casalis se detiene y también expone lo que viven otros productores vecinos que ante este panorama no saben qué hacer. “Hemos estado hablando para ver cómo encontramos una salida. Nos preocupa mucho nuestras familias que están en el campo y la de los tamberos. Hay bebés y niños, si llega a pasar algo, una enfermedad o lo que sea no hay cómo salir”.
Buscar un helicóptero
Tal es la dimensión del problema que Casalis indicó que evaluaron la posibilidad de buscar un helicóptero para usar en caso de emergencia.
Consultado sobre qué tipo de ayuda hoy necesitan los productores en la zona, indicó que en lo inmediato poder contar con algún camino por donde sacar la producción, y por otro lado, buscar alguna ayuda financiera para afrontar los problemas que dejará el agua cuando se retire de los campos.
“Necesitamos una asistencia financiera, algún préstamo blando. En este momento uno se maneja, pero sobre que no tenemos precio en la leche y cobramos a 45 días de entregada, estoy viendo a futuro que esto se va a complicar y mucho”, aseguró el productor quien además integra la Cooperativa de Tamberos de Huanchilla.
“Hay momentos que es tremendo esto, y lamentable. Hoy tuvimos una reunión con funcionarios de la provincia y ofrecimos hacer una recorrida por la zona pero nos dijeron que la Provincia no tiene como cargar combustible a un helicóptero, que si nosotros teníamos la posibilidad se hacía. Decidimos que no, y que ese dinero se use para hacer obras”, sostuvo Casalis.
Este productor junto a un hijo y los puesteros trabaja a diario para salvar su propiedad. “Viví esto en el 2002, fue una inundación muy grande. En aquel momento tuve ganas de tirar todo. Hoy con algunos años más y con la ayuda de mi hijo aguanto, pero es difícil, es bravo, muy bravo”, reitera y el llanto le gana la voz. Pide disculpas, respira profundo y agrega: “Pero no hay que bajar los brazos, hay que seguir”.
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