Por Elida Thiery – Ayer por la tarde muchos se ilusionaban. Así como el Gobierno Nacional reconoció las falencias del esquema tarifario y se anima sin pruritos a replantearlo, quizá también lo pueda hacer con las cuestiones adeudadas ligadas al campo.
Después del jueves, cuando los representantes de los tamberos se levantaron de la reunión convocada por el Ministerio de Agroindustria y la Subsecretaría de Lechería, por no considerar pertinente ponerse a planificar una lechería color de rosa, cuando hoy y desde hace mucho el panorama es muy oscuro, parece que algo se movió en el espíritu de los funcionarios.
Con grandes internas de poder en el edificio de Av. Paseo Colón, con la conciencia puesta en que hubo ya muchas decisiones mal tomadas y algunas declaraciones a destiempo, parece que será Ricardo Negri el que tome la iniciativa de acudir a la Comisión de Defensa de la Competencia para repasar los precios de los lácteos. El adelanto de La Nación, deja en potencial la cartelización de los números y la influencia de las industrias y el comercio, hecho fácticamente comprobado y reclamado por varias décadas. Aunque «Ricky» dice que la información confiable «recién ahora empieza a aparecer», lo cual no es certero, porque hace mucho que las entidades manejan cifras concretas de la dispersión en toda la cadena, con este movimiento puede avanzar varios casilleros en su fortalecimiento y en el mensaje concreto que se emita para el sector.
Más allá del comunicado que sobre el cierre de la semana anterior se conoció desde las organizaciones tamberas, reunidas con el objetivo común de trabajar por los productores, en el que se asegura que se está en un «estado terminal», el pedido de compensar a toda la leche y por 1,50 pesos por litro, habla de una circunstancia desesperante por la que muchos dejan la vida.
Luego de aquel 7 de abril en el que se habían planteado las necesidades concretas de la lechería y con toda la influencia del clima en el centro del país en marcha, dos meses después se volvió a convocar. Esta reacción demuestra para Julio Aimar, titular de la Cuenca Abasto Sur de Buenos Aires, que «nosotros venimos a llamar a los bomberos porque se nos quema el rancho y nos dan turno para fin de año».
Sin reuniones, sin negociaciones, sin mejoras en el mientras tanto, lo que se decidió es «crear un fondo de reparación histórica como se hizo con el petróleo, como se dice que se precisa para el sector energético, de una vez por todas estamos pidiendo disponer de un colchón, algo que no es más que lo que venimos diciendo desde fines desde el año pasado, en base a lo que venía trabajando esta administración desde la Fundación Pensar. Estamos en una situación tan terminal que lo único que tenemos que hacer ahora es tratar de que la mayor cantidad de productores quede en actividad y así prepararnos para que cuando la situación cambie, sigamos vivos». El tambo es sin duda la actividad agropecuaria que más gente emplea en el sector agropecuario.
«La creación de este fondo significaría un volumen tal de dinero que permitiría estar muy por encima de los $ 4,50 que la industria promete pagar por la leche que estamos entregando ahora en julio. Queremos llegar a fin de año, pero además de tener asegurado este piso de precio, contar con el compromiso de tocar los temas estructurales, implementar las medidas que hagan al mejoramiento y corrección de la lechería, que viene desde hace 18 meses perdiendo rentabilidad y que con el sinceramiento económico reciente, sobre el cual no estamos en desacuerdo, pero necesitamos que se atienda nuestra urgencia. Para salir de la terapia intensiva, dijimos basta», le comentó a CASTELLANOS.
Después del jueves, cuando los representantes de los tamberos se levantaron de la reunión convocada por el Ministerio de Agroindustria y la Subsecretaría de Lechería, por no considerar pertinente ponerse a planificar una lechería color de rosa, cuando hoy y desde hace mucho el panorama es muy oscuro, parece que algo se movió en el espíritu de los funcionarios.
Con grandes internas de poder en el edificio de Av. Paseo Colón, con la conciencia puesta en que hubo ya muchas decisiones mal tomadas y algunas declaraciones a destiempo, parece que será Ricardo Negri el que tome la iniciativa de acudir a la Comisión de Defensa de la Competencia para repasar los precios de los lácteos. El adelanto de La Nación, deja en potencial la cartelización de los números y la influencia de las industrias y el comercio, hecho fácticamente comprobado y reclamado por varias décadas. Aunque «Ricky» dice que la información confiable «recién ahora empieza a aparecer», lo cual no es certero, porque hace mucho que las entidades manejan cifras concretas de la dispersión en toda la cadena, con este movimiento puede avanzar varios casilleros en su fortalecimiento y en el mensaje concreto que se emita para el sector.
Más allá del comunicado que sobre el cierre de la semana anterior se conoció desde las organizaciones tamberas, reunidas con el objetivo común de trabajar por los productores, en el que se asegura que se está en un «estado terminal», el pedido de compensar a toda la leche y por 1,50 pesos por litro, habla de una circunstancia desesperante por la que muchos dejan la vida.
Luego de aquel 7 de abril en el que se habían planteado las necesidades concretas de la lechería y con toda la influencia del clima en el centro del país en marcha, dos meses después se volvió a convocar. Esta reacción demuestra para Julio Aimar, titular de la Cuenca Abasto Sur de Buenos Aires, que «nosotros venimos a llamar a los bomberos porque se nos quema el rancho y nos dan turno para fin de año».
Sin reuniones, sin negociaciones, sin mejoras en el mientras tanto, lo que se decidió es «crear un fondo de reparación histórica como se hizo con el petróleo, como se dice que se precisa para el sector energético, de una vez por todas estamos pidiendo disponer de un colchón, algo que no es más que lo que venimos diciendo desde fines desde el año pasado, en base a lo que venía trabajando esta administración desde la Fundación Pensar. Estamos en una situación tan terminal que lo único que tenemos que hacer ahora es tratar de que la mayor cantidad de productores quede en actividad y así prepararnos para que cuando la situación cambie, sigamos vivos». El tambo es sin duda la actividad agropecuaria que más gente emplea en el sector agropecuario.
«La creación de este fondo significaría un volumen tal de dinero que permitiría estar muy por encima de los $ 4,50 que la industria promete pagar por la leche que estamos entregando ahora en julio. Queremos llegar a fin de año, pero además de tener asegurado este piso de precio, contar con el compromiso de tocar los temas estructurales, implementar las medidas que hagan al mejoramiento y corrección de la lechería, que viene desde hace 18 meses perdiendo rentabilidad y que con el sinceramiento económico reciente, sobre el cual no estamos en desacuerdo, pero necesitamos que se atienda nuestra urgencia. Para salir de la terapia intensiva, dijimos basta», le comentó a CASTELLANOS.
Un sinsentido
Lo que este tambero bonaerense destaca es que «no tiene sentido seguir hablando del futuro, si no sabemos si vamos a llegar». Claramente esta administración para cambiar el rumbo tiene que tomar decisiones claras, novedosas y concretas, para no repetir los errores consabidos de los predecesores.
Entonces, «la expectativa que tenemos es que tienen que dar como Gobierno una respuesta positiva sobre nuestro pedido, porque si lo hicieron para el petróleo, por ejemplo, con la plata adentro de la cadena lechera y que con el ajuste de algunos puntos del IVA sobre los productos lácteos se puede salvar a los tamberos».
El reparto de la renta en la cadena se da entre cuatro partes, producción, industria, comercio y Gobierno, siendo el tercer segmento el de la renta indiscutida. «Nuestro precio hoy es una inmoralidad, porque se pretende que cobremos por debajo de los costos y desde hace meses, lo que nos lleva a una situación miserable. O se tiene una respuesta sobre la creación del fondo o vamos a tener cada vez menos tambos y menos vacas Holando, que preferimos mandarlas al gancho, para cobrar en un mes y no ponerlas a producir. Son 20 años de genética que se pierden, hay cada vez más células somáticas en los análisis y por supuesto, ya no podemos comprar selladores post-ordeñe, lo aplicamos de vez en cuando», la inversión desaparece.
Aimar concluye que «los funcionarios están en la postura de hacer lo que se puede y tendrían que estar haciendo lo que se debe, porque concretamente no han vivido el dolor del tambo. Eso es lo que les pasa. Espero que reaccionen y tengan a bien ocuparse como se debe. Con el optimismo no hay ningún inconveniente que se tenga, se debe ser cordial, pero la gravedad del tema hace que tengamos que tratar esto de manera diferente».
Con un maíz más caro, con insumos dolarizados y sin precio, los tamberos se debilitan litro tras litro. «Ojalá que este período no sea el que más tambos dejó afuera del sistema», finalizó el dirigente, con la esperanza puesta en la decisión.
Entonces, «la expectativa que tenemos es que tienen que dar como Gobierno una respuesta positiva sobre nuestro pedido, porque si lo hicieron para el petróleo, por ejemplo, con la plata adentro de la cadena lechera y que con el ajuste de algunos puntos del IVA sobre los productos lácteos se puede salvar a los tamberos».
El reparto de la renta en la cadena se da entre cuatro partes, producción, industria, comercio y Gobierno, siendo el tercer segmento el de la renta indiscutida. «Nuestro precio hoy es una inmoralidad, porque se pretende que cobremos por debajo de los costos y desde hace meses, lo que nos lleva a una situación miserable. O se tiene una respuesta sobre la creación del fondo o vamos a tener cada vez menos tambos y menos vacas Holando, que preferimos mandarlas al gancho, para cobrar en un mes y no ponerlas a producir. Son 20 años de genética que se pierden, hay cada vez más células somáticas en los análisis y por supuesto, ya no podemos comprar selladores post-ordeñe, lo aplicamos de vez en cuando», la inversión desaparece.
Aimar concluye que «los funcionarios están en la postura de hacer lo que se puede y tendrían que estar haciendo lo que se debe, porque concretamente no han vivido el dolor del tambo. Eso es lo que les pasa. Espero que reaccionen y tengan a bien ocuparse como se debe. Con el optimismo no hay ningún inconveniente que se tenga, se debe ser cordial, pero la gravedad del tema hace que tengamos que tratar esto de manera diferente».
Con un maíz más caro, con insumos dolarizados y sin precio, los tamberos se debilitan litro tras litro. «Ojalá que este período no sea el que más tambos dejó afuera del sistema», finalizó el dirigente, con la esperanza puesta en la decisión.
