Las primeras convocatorias se realizaron ayer en Presidente Roca y Ramona, donde se atendió a tamberos de diferentes distritos del departamento Castellanos.
Formalmente, cada productor tiene que presentarse con la certificación de emergencia, ya sea de este año o del año pasado, ya que los certificados de emergencia del 2016 fueron automáticamente prorrogados para este año, dadas las características del fenómeno hídrico, de similar o mayor magnitud al ocurrido en abril de 2016.
Lo que se vio ayer es que hubo muchos problemas administrativos que deberán ser subsanados. Hubo productores que no tenían los certificados de emergencia en orden. En las carpetas de otros aparecieron algunos errores inexplicables, como por ejemplo el hecho de que tenían todo correcto, pero el nombre del titular de la cuenta de CBU en el que deberían depositarse los aportes estaba a nombre de otro productor, aunque el número registrado era correcto.
Este tipo de situaciones se repitieron en varios casos, pero los técnicos del Ministerio de la Producción encargados de la tarea de atender prometieron resolver a la brevedad los inconvenientes surgidos, aunque los productores deberán tener algo más de paciencia.
Una vez completada la tramitación correspondiente, se firman los mutuos. Se trata de un compromiso de cumplimento que realizan los productores, ya que los créditos van por fuera del sistema bancario: el banco sólo recibe el depósito y lo pone a disposición en la cuenta de cada productor. La relación contractual es directa entre el Estado provincial y los productores, por lo cual el compromiso el tambero lo adopta con la provincia y no con un banco en particular.
Como se sabe, los créditos se canalizan a través de un Fondo de Inversión y Desarrollo de Santa Fe, creado con 150 millones de pesos que aportó la provincia y otros 250 millones que puso el Estado nacional. Se trata de créditos blandos que se ofrecen a razón de 2 mil pesos por vaca, por un máximo de hasta 200 vacas. Para el cálculo del número de vacas se toman los registros de la vacunación antiaftosa del año pasado. Las condiciones son sumamente ventajosas, ya que el crédito es a cuatro años: uno de gracia y otros tres años para devolverlo en cuotas mensuales, con una tasa simbólica de 3%, para cubrir gastos administrativos. Firmados los mutuos, el dinero se depositaría en unos 15 días. «En mi caso tengo cien vacas y en mi carpeta hay un problema con el CBU que espero se solucione pronto. Mi campo está la zona de Saguier, en una de las partes más afectadas. Ahora estamos resembrando algunas pasturas: la inundación se llevó todas las reservas que estábamos preparando, sólo logramos hacer 50 rollos. Lo peor es que ya veníamos de una inundación como ésta el año pasado. Dos inundaciones aguantamos, si hay una tercera no la vamos a resistir», contó a CASTELLANOS uno de los productores presentes.
Otros coincidieron en que en la zona se están resembrando pasturas. Algunos tamberos esperan «repatriar» a las vacas que debieron trasladar a otros campos o directamente alquilar a terceros. Pero sólo será cuando tengan pasturas disponibles, lo que podría ocurrir hacia mediados de mayo, si el clima acompaña.
Mientras tanto, la caída de la producción láctea hace que muchas empresas estén «picoteando» la cabeza de los productores con ofertas para captar leche. «Han venido desde Entre Ríos a hacernos ofertas», contó un productor que entrega, todavía, a SanCor. «Le estamos entregando la poca leche que estamos produciendo a SanCor, pero ya están advertidos que ante el primer cheque rebotado que tengamos, nos vamos todos», dijo el mismo productor, asociado a una cooperativa de la región asociada a SanCor.
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