La semana pasada fuimos testigos del diálogo que se dio en la última reunión entre el Director de Lechería y un productora, allí quedó claro que no habrá ningún tipo de intervención por parte del Estado para fijar un precio de referencia o intervenir en la cadena de manera directa.
Pero más allá de ese contrapunto puntual, lo que preocupa es que no se avizore un camino claro cuando la actual coyuntura pase, porque como todo, va a pasar, pero después qué?
Para después no se ve nada claro el panorama, casi como una réplica de lo que le pasa al país, la lechería ha transitado las últimas dos décadas sobreviviendo a crisis y dejando pasar las oportunidades de mejoras coyunturales por situaciones exógenas y endógenas.
Hace años escuchamos hablar de las potencialidades de la lechería argentina, pero hasta el momento sólo hemos logrado destruir ese ¿relato?, y lo seguiremos haciendo, porque no hemos podido, sabido, o querido desarrollar el negocio lechero.
Producimos, sin saber para qué, y esa consecuencia la sufrimos cuando el clima o una devaluación aparece en el horizonte, el mercado interno está saturado y avizorando la recesión, nuestro plan exportador se limita a aprovechar la coyuntura brasilera, y después, veremos.
Y mientras tanto? Mientras tanto, como dijo el productor de Villa María, Gustavo Paschetta, no quedará más que producir leche barata.
Autor: Damián Morais
Fuente: EDairyNews
