Todo lo que tenga que ver con la realidad de SanCor, en el último año genera intriga y especulación. Con muchos intereses de por medio, las informaciones cruzadas que se dieron en las últimas semanas respecto al futuro y el presente de la Cooperativa.
El viernes se aprobó en una asamblea extraordinaria la venta de la pieza más preciada, la mitad de la sociedad que se poseía con Arla Foods. Afisa será toda del grupo sueco-danés, por unos 33 millones de dólares. Parece que son varios los que pregonan no tocar esos fondos hasta que se defina el destino accionario de la Cooperativa que busca un destino, muy torcido por la voluntad de quienes la condujeron en las últimas décadas y de quiénes influyeron externa e internamente, como es la cabeza del gremio lechero, como ejemplo más saliente.
Este dinero que no pagará deuda, se dispondrá con mayor comodidad para la compra de materia prima. Esto ya se está dirigiendo no a productores sino para la compra de leche cruda de pooles u otras cooperativas lecheras, a un precio de 6,20 pesos el litro, con un plazo de pago a siete dias, lo cual es en absoluto inusual en el mercado. Por esto los jugadores del sector vienen quejándose de esta actitud, del movimiento que habla de una competencia desleal si se tienen en cuenta los sucesivos incumplimientos impositivos de SanCor, que le dan a la cooperativa una ventaja ante AFIP, por ejemplo, que no ejecuta acciones a pesar de las deudas acumuladas. Por tal motivo, no son pocos los que dentro del rubro lechero ya hacen el paralelismo entre la que fuera empresa de Cristobal López, el Grupo Indalo –que llegó a abarcar desde corderos patagónicos a medios de comunicación, concesiones de rutas, casinos, petroleras y una fábrica de dulce de leche- y la cooperativa con sede central en Sunchales. Con préstamos oficiales en marcha, la cooperativa lechera se afianza más en el sector y pudo recuperar en menos de un año el terreno perdido.
Mientras en el centro-oeste santafesino se respira cierta tranquilidad con respecto al futuro de la empresa, incierto aún, nuestros lectores estuvieron posteando durante toda la semana acerca de la actitud de SanCor. Los entrecomillados dejan a simple vista las críticas.
Aqui debajo algunos de los posteos de nuestros bloggers:
“Es simple muchachos, ningún productor normal y en sus cabales le vende un litro directamente, entonces recurren a pooles o empresas y estas sólo le venden de contado. En resumen, cómo siempre muchachos el romanticismo es para la esposa, no para los negocios y la lechería es un negocio”.
“Asociación Estratégica”???, les van a permitir poner un kiosco de choripan a la entrada de las plantas?. Si deben diez veces lo que tienen, que verseros…”.
“Me contaron eso, no le pagan a ningún acreedor, no le pagan al estado los impuestos, le pagan en cuotas a los empleados, le deben a los productores un par de meses, y compran leche a 6,20…”.
“Dejense de joder…..a mí como productor aún de Sancor…me pagan como quieren….recién terminamos de cobrar julio…..y el precio que quieren….y Sancor está buscando leche en Ceres a $6,20…y pagando de contado (ofrecen pago semanal) y con contrato!!!!…..es una verdadera tomada de pelo!!!! este señor Mondino, Juan Carlos y Raúl Avila me van a tener que dar explicaciones….porque somos varios los que nos quedamos a poner el pecho y ahora nos co………nuevamente!!! con esta jugada van a perder más leche todavia!!!! Fonterra no se va a meter con 300.000 litros o menos”.
“La venta sin retrotraer la operación de venta simulada de los frescos traba toda la operación. Sobran 2.000 empleados que cuestan 110 palos verdes, pero falta sumar a la lista los más de 500 retiros voluntarios anticipados. No veo que se pueda cerrar una operación con tantas dificultades. Mucha gilada cree que soplar y hacer botellas, y encima los cararrotas quieren ser socios de la nueva empresa, socios de qué?”.
Más allá de las opiniones y versiones del tema, hay realidades que SanCor debe afrontar antes de llegar a un acuerdo con un posible comprador, de quizá el 80 por ciento de las acciones de la cooperativa, que puede ser Fonterra, como puede ser también algún otro grupo que ya esté operando en el país y conozca las mañanas nacionales, pero también sectoriales.
Intrigas
Los interrogantes principales parten de quién se hará cargo de esos dos mil empleados que van a quedar dentro de SanCor al momento de vender su mayoría accionaria. Suena lógico que el nuevo dueño no los quiera, porque significan 120 millones de pesos por mes de costo, unos 1.500 al año, sumado esto a que SanCor pierde en promedio 2.500 millones de pesos en los últimos dos años. Se debe contar que despedir a toda esa gente costaría unos dos mil millones de pesos, por lo que se puede estimar que cualquiera sea el nuevo dueño mayoritario se preferirá invertir ese caudal de dinero en inversiones y actualización de líneas de producción o simplemente en recuperación de materia prima y no en personal ocioso o a despedir, con lo cual este punto tiene un final abierto.
La segunda clave está en el retorno al negocio de “productos frescos” que pasó a Basf/Vicentín. Hay interesados en la Cooperativa que están en lo cierto al cuestionar que fueron los compradores por cien millones de dólares los que se canjearon por parte de una deuda preexistente. En caso de mediar un concurso de acreedores (aunque la Justicia no se meta en semejante sacudón), esto sería fácilmente objetable por el síndico ya que no se pueden privilegiar a acreedores en detrimento de otros. Por este punto es el que se insiste en recuperar al negocio de frescos en el que Vicentín sólo prestó el nombre.
Pero el Gobierno no se mete, aunque SanCor le deba algo así como 1.500 millones de pesos en préstamos, aportes, contribuciones, retenciones, donde se incluyen los ínfimos 400 millones prometidos en el último año y efectivizados en parte, luego que se elaborara el Plan SanCor, ese ajuste de variables que ahora pareciera tomar forma a partir de la venta de Afisa.
La novela tendrá capítulos interesantes y definitorios en los próximos meses. Lo bueno será ver de cerca el desenlace de la historia que arrastra años de desajustes, malas administraciones y todo el peso social de la mayor cooperativa argentina, salvada una y otra vez del peor destino.
