El funcionario consideró que para estar óptimos hace falta más financiamiento para el productor y bajar los impuestos, entre otras cosas.
La reunión del Consejo Federal Lechero organizada por la Subsecretaría de Lechería de la Nación se llevó a cabo ayer en la ciudad, con representantes de siete provincias argentinas.
En el auditorio del Hotel Le Parc, el intendente Martín Gill participó de la apertura de la reunión, junto al ministro de Agricultura y Ganadería de la Provincia, Sergio Busso, y el subsecretario de Lechería de la Nación, Alejandro Sammartino.
Al dar la bienvenida, Gill agradeció tanto a la Subsecretaría de Lechería de la Nación como al ministro de Agricultura de la Provincia que hayan decidido que Villa María cobije la reunión periódica de la mesa nacional lechera.
“Estamos en el corazón productivo de la leche y la industrialización láctea, por lo que para Villa María es importante ser la sede para este espacio de debate y articulación de las provincias que tienen actividad lechera”, destacó Gill.
Tras reconocer que la actividad todavía sigue esperando esquemas de reactivación profunda porque tiene un proceso crítico que viene desde hace varios años, valoró “la buena predisposición de todos los actores, Nación y provincias, para dar una solución que supere la coyuntura actual”.
“La actividad lechera es la que más trabajo genera en el campo, todo lo que se pueda trabajar en este sentido es muy valioso”, señaló el intendente.
Busso, por su parte, también le dio la bienvenida a las delegaciones de cada una de las provincias que componen el Consejo Federal Lechero.
“Este fue un año especial, fue difícil encontrar respuestas que pudieran paliar la situación del productor, porque nos encontró con una doble situación negativa, la baja rentabilidad y las condiciones climáticas, pero estamos en esta mesa para buscar soluciones, consenso, para ver cómo salimos de esta coyuntura y para mostrar que el Estado está acompañando esta situación”, remarcó.
Aunque recordó que la provincia está en emergencia agropecuaria en las tres cuencas lecheras, se mostró optimista para el año próximo.
En tanto, Sammartino consideró que el Consejo Federal Lechero debería abrirse a todas las provincias. Reconoció el esfuerzo de productores que aún están en problemas y dijo que es necesario recuperar la confianza para que se entienda que en Argentina puede haber reglas claras y a largo plazo.
“Tenemos que tener una agenda en común y desde el Consejo Federal Lechero darle honestidad de las cosas que podemos y de las que no podemos hacer”, afirmó.
Tras las palabras de Sammartino y antes de dar paso a la reunión técnica, Gill entregó presentes al funcionario nacional y a Busso.
Durante alrededor de tres horas, los representantes de las siete provincias productoras debatieron y establecieron criterios para definir políticas sobre lechería con una agenda conjunta, sin descuidar las problemáticas específicas de cada una.
En la reunión estuvieron presentes miembros de las áreas de lechería e integrantes de los equipos técnicos de Córdoba, San Luis, Entre Ríos, Santiago del Estero, La Pampa, Buenos Aires y Santa Fe.
Optimismo
Al dialogar con la prensa, Busso aseguró que aún hay que resolver varios temas que preocupan al sector, como el de la circulación, los caminos rurales, los anegamientos, pero reiteró su optimismo para 2017.
“Tenemos por delante temas coyunturales que tenemos que atender, pero eso no nos tiene que quitar de vista el tener una agenda mucho más sustentable que haga que la producción lechera pueda recuperarse y producir mucho más. Obviamente que si tenemos un precio que es más acorde con la realidad va a ayudar mucho, si no hay rentabilidad en la producción va a ser difícil que podamos plantear de cara al futuro políticas importantes para el productor”, advirtió.
“La agenda no es distinta entre lo que pensamos en el Gobierno provincial, lo que piensa el Gobierno nacional y lo que piensan los productores”, agregó.
“Soy precavido a la hora de hacer valoraciones, ha sido complicado todo el año, sobre todo en la lechería porque afectó no sólo el precio, sino también otros factores que han hecho que muchos productores bajen los brazos. Pero creo que más allá de si la ecuación económica es eficiente o no, lo que nos preocupa es que cada tambo siga existiendo, porque eso es arraigo de la población y desarrollo en cada pueblo”, aseguró.
“Creo que ha pasado lo peor, este año fue dificultoso para el tambo sobre todo por falta de precio, algo que no es rentable es difícil llevarlo adelante, y si algo que no es rentable encima se encuentra con una coyuntura complicada a la hora de producir es un cóctel muy difícil de sostener. Soy optimista por lo que viene, porque tenemos un escenario distinto, no sé si es el mejor para el productor, pero es distinto del primer semestre”, remarcó.
Luego defendió el revalúo de los campos y dijo que desde 1993 no se efectuaba sobre las propiedades rurales.
“Lo hicimos a tono de una revaluación gradual aproximándonos a valuaciones de referencia que puedan tener otros campos en zonas similares. Y eso no tiene nada que ver con el impuesto que fijó el Gobierno con un aumento del 35%, eso había que hacerlo porque necesitábamos que ese aumento fuera al Impuesto Inmobiliario Rural base para que pueda ser coparticipado con los municipios. Por lo pronto, nuestros productores siguen pagando el Impuesto Inmobiliario Rural más barato de la región pampeana”, destacó.
Reconstruir confianza
También Sammartino al hacer un balance de la situación de la lechería ante los medios, dijo que luego de enfrentar “un año muy difícil en términos de quebranto económico y social, al que se sumaron las inundaciones y la caída de los precios internacionales, el mayor desafío es la reconstrucción de la confianza en la cadena”.
“Hablo de la reconstrucción y la generación de reglas claras de juego, de previsibilidad, para que el sector tuviera más claridad hacia dónde pensábamos ir. Creo que en ese sentido el Gobierno planteó la visión de una lechería en crecimiento, más leche, más tambos, ser protagonistas de los mercados, en ese desafío hemos avanzado mucho, pero falta un montón, hemos recuperado el precio del productor, venimos recuperando la producción, se están creando nuevos mercados, aparece el mercado internacional, la demanda, tenemos la promesa de que el productor va a recibir los beneficios del mercado internacional, pero falta mucho, falta trabajar en la marginalidad, en el financiamiento del pequeño productor que no tiene acceso a buenos créditos, en infraestructura, caminos, canales, tenemos que eliminar burocracia”, enumeró.
“Hay una agenda grande de desafíos, entendemos que para el primer año estamos conformes, pero no satisfechos. El precio para el productor se ha recuperado claramente, estamos hablando en términos interanuales de más del 65%, un precio que se recuperó en términos de pesos y de dólares, estamos hablando de un precio de 4,5 o 4,6 pesos para noviembre cuando se pedían 3 pesos, con excelente relación con el maíz y la soja, pero entendemos que hay que separar el precio de la adversidad que ha sido el financiamiento. No vamos a compensar con precios lo que ha sido la pérdida de la producción por las inundaciones, en eso se necesita ayuda financiera y hay que reconocer que no estamos dando toda la respuesta que deberíamos dar”, aclaró.
“Para que estemos satisfechos faltaría mejor financiamiento para los productores, mejorar la burocracia para que no pierdan tanto tiempo, simplificarle la vida, brindarle mejor infraestructura y bajarle los impuestos locales, provinciales y nacionales. Lo que pasa es que hay un problema de caja de las provincias y de la Nación que hay que cuidar, porque no podemos solucionar el desfinanciamiento del desvarío de una década en meses”, finalizó.
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