El aumento en la oferta interna se traducirá en una baja en las importaciones de leche en polvo, señaló el reporte GAIN del USDA publicado la semana pasada.
La producción de leche alcanzaría las 23,980 millones de toneladas frente a 23,550 millones en 2017. El consumo interno de leche fluida continuaría en niveles bajos, similares al 2017, con una demanda interna que seguirá débil pese a que algunos indicadores empiezan a mostrar una recuperación de la economía brasileña.
En cuanto a la producción de lácteos, puntualmente leches en polvo (entera y descremada), el USDA prevé un aumento de 2% interanual para 2018.
Hay tres factores que dan soporte a este aumento la producción, según el USDA. La restricción de las importaciones de lácteos desde Uruguay que se llevo adelante en octubre de este año; compras por parte del gobierno para programas sociales; y la puesta en marcha de una planta productora de leche en polvo ubicada en Rio Grande del Sur.
Argentina y Uruguay son los principales proveedores de lácteos de Brasil. “Ese escenario puede cambiar en 2018 si Brasil decide continuar con la suspensión de las importaciones de lácteos de Uruguay”, apuntó el reporte.
