Por Federico Conforti, presidente Ateneo Sociedad Rural La Plata.
Como en repetidas oportunidades, los tamberos enfrentan una nueva crisis que los coloca al borde del abismo. La cuerda está demasiado tensa como para no actuar. El gobierno saliente en diciembre pasado tiró tanto que dejó fuera de la actividad a 5000 tambos entre 2002 y 2015.
La escena se repite una y otra vez a lo largo de la historia. No es la primera vez que el sector protesta contra la industria y el supermercadismo. El tambero es el eslabón más fácil por donde ajustar la renta de quienes agregan valor y comercializan.
La producción láctea argentina es capaz, según un informe de Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), de proveer un vaso de leche diario para 120 millones de niños. Es también una fuente de divisas, sólo el año pasado exportó por más de U$S 1.124 millones según datos del Ministerio de Agroindustria.
La crisis actual es resultado de una compleja combinación de factores, principalmente la diferencia entre el precio de la leche cruda y el costo de producirla. Los costos oscilan según la región, pero superan con creces $4,5; la industria paga hoy entre $3,5 y $3,7 . Durante abril, entre $2,6 y $3,5, tal como revelaron en su último informe desde la Cámara de Productores de Leche de la Cuenca Oeste (CAPROLECOBA). El producir a pérdidas pone no sólo en riesgo la supervivencia de la empresa sino también el normal cumplimiento de obligaciones.
La industria y los supermercados, aprovechan el río revuelto y comercializan a $13 y $17,5 el litro respectivamente. No se puede negar que agregan valor, y que los siguientes pasos en la cadena desde que la leche sale del tambo tienen un costo. Lo que es realmente cuestionable es la manera en la que se conducen repetidamente, dejando a cientos de tamberos y familias fuera de la actividad. Algunos eslabones tienen la posibilidad de pedir el rescate al Estado cuando la situación empeora, no así el sector primario. Es entonces, objeto de análisis si la industria es víctima o victimaria de la situación actual.
El apoyo del Gobierno Nacional, a través del pago de un compensatorio, es una medida paliativa para el sector y costosa para un Estado quebrado. En el contexto nacional, sería más importante que se destinasen esos fondos a los sectores más desfavorecidos de nuestra sociedad.
Es imprescindible que la cadena láctea logre cerrar este capítulo de crisis para evitar un desastre mayor. La solución vendrá del consenso entre todos los actores, repetido slogan, pero siempre vigente. Avancemos hacia una Argentina, donde primen los valores y no los códigos de sobrevivencia que nos impone la coyuntura.
Por Federico Conforti / @FedeConforti
Presidente del Ateneo Sociedad Rural La Plata / @AteneoSRLaplata / Fanpage
Miembro de la Comisión de Lechería de Ateneo CARBAP / @AteneosCARBAP / Fanpage
http://infocampo.com.ar/nota/campo/80285/otra-vez-los-lecheros-argentinos-en-crisis
