Nuevos lineamientos hacia 2018 para el PEL

En un encuentro en el INTA Rafaela, la cadena lechera por completo debatió los desafíos para poder avanzar en políticas proactivas, desde las bases de un sector que representa al dos por ciento del PBI nacional.
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Por Elida Thiery – Era diciembre de 2009, cuando en el INTA Rafaela el Plan Estratégico de la Lechería organizaba una jornada de validación. En aquel encuentro, se realizaron las charlas programadas, pero también se había sufrido la intervención del entonces Gobierno, intentando boicotear el espacio del que forman parte instituciones de la cadena, con principal preponderancia de los productores y de la industria.
Superada esa herida y perdida la chance de alcanzar los 18 mil millones de litros a 2020, intención fallida en el Plan Estratégico Agroalimentario los objetivos del PEL “mal-mencionados”, en esta nueva etapa y de la mano de la fundación que promueve al Plan, parece que los trabajos están mejor orientados.
Fue por eso que ayer, repitiendo lugar, en el SUM del INTA en Rafaela se volvieron a reunir los principales referentes de la lechería, incluyendo al subsecretario de Lechería de la Nación, Alejandro Sammartino, los industriales de mayor nombre en la región, dirigentes de entidades de productores, pero también representantes de pequeñas cooperativas, de pymes, e incluso tamberos.
Con la invitación a repensar la cadena láctea y con tarea para hacer hasta el próximo encuentro en 2018, Jorge Giraudo fue el encargado de presentar al Observatorio de la Cadena Láctea Argentina. “Tratamos de difundir al OCLA como herramienta de información para la toma de decisiones del sector primario e industrial, porque sabemos que no es una herramienta comercial sino que se difunde en el boca a boca. Este es un elemento objetivo y neutral de acceso a información”. Giraudo comentó a EDairyNews que “vemos que hay discusiones sobre datos que no coinciden y se pierden los principales datos lecheros por la discusión sobre la veracidad de los números, que sobre las políticas que hace falta aplicar”, en un sinceramiento que tiene que ver no con el uso de cifras directamente, sino con la reinterpretación que ensucia esos valores. Esto sobre todo se refleja en cuanto a costos de producción de leche, que a veces cuando no conviene se lo hace endeble, más allá de las validaciones que tenga cada número por detrás. Según Giraudo, el avance en cuanto a datos oficiales es que “podamos favorecer a todas las partes y que la cadena crezca”, porque justamente está en el espíritu del PEL “crear herramientas para la transparencia de la cadena y la mejora de la competitividad, por lo tanto debemos promover ideas que se puedan plasmar en acciones de gobierno concretas, tanto a nivel provincial, como nacional”.
Teniendo en cuenta que la lechería representa el dos por ciento del PBI nacional, se puso énfasis en este encuentro en el hecho de relevar datos numéricos y conocer más la realidad del sector en ese aspecto.
Con un convenio entre el INTA y el IAPUCO, se relevan los datos de referencia en los tambos, mientras que por otra parte se calculan los valores en la industria. Con el relevamiento en diez cuencas y con tres modelos de producción -chico, mediano y grande- permiten captar las diferentes realidades, que permiten acceder a la necesidad de precio para cubrir los costos de producción en cada estrato. En tanto, las industrias no permiten acceso a sus datos directamente por cuestiones de competencia entre sí, por lo tanto con informantes calificados, se desarrollaron más de 500 modelos que trabajan de forma modular, por escalas y especificidades que abren a la posibilidad de modular escenarios pasados, presentes y futuros para generar vectores de precios, de acuerdo a los perfiles industriales, para la posterior capacidad de pago.
En junio, tambos e industrias hubieran podido aprovechar una renta generada de 451 millones de pesos, repartiéndose de ellos 246 para la segunda variable, sin embargo se remarcó que “de ninguna manera se está ganando dinero”, en ninguno de los dos segmentos, pero sí se podría lograr un número positivo de ajustar definiciones a nivel político, tanto en los ámbitos provinciales, como en la Nación.
Claramente hay un cambio de tendencia que vienen mostrando los números, lo cual aún no asegura rentabilidad y mucho menos, certezas en las políticas para promover tal fin. Generar nuevas lecturas de mercado es el paso siguiente para la lechería, esto lo reconoció el propio Sammartino ante un auditorio muy concurrido, donde admitió el trabajo que se hace para la “apertura de mercados”, pero sobre una base de trabajo que abarque a la competitividad en todo su sentido.
Con mesas de trabajo se cerró este encuentro que es el primero en Santa Fe, gobierno con el cual falta cerrar un acuerdo con FunPel, tal como ya está hecho con Buenos Aires y Córdoba.
Gustavo Mozeris, gerente general de la institución explicó que en la tarea de retroalimentar el trabajo interno estas reuniones marcan el rumbo para las tareas pendientes para el año próximo. Sobre la consigna de cómo mejorar el negocio de la cadena, surgieron propuestas de acción en cuanto a generar avances en representatividad de la cadena, mejorar el vínculo de producción e industria con el Estado; mejorar la eficiencia desde el eslabón primario hacia la innovación, cambiar el espacio de transacción, la relación entre industria y producción, incluyendo la mejora en el sistema de pago de leche cruda; avances en infraestructura lechera por cuenca; y finalmente la reducción en la presión fiscal.
Elida Thiery

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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