Por Elida Thiery – ¿Cómo se debe leer el mercado lechero?, esta es una de las grandes preguntas de un negocio que fluctúa de manera constante, a pesar de que las variables no sean entendidas del todo por muchos de sus protagonistas.
Están los eternos optimistas, los que aunque lejos ven siempre la oportunidad, el cambio y la mejora, tanto en la producción como en su contorno, es en la industria, por los negocios a mediano plazo donde se encuentran miradas más certeras en tiempos como este, de absoluta fluctuación. Sin embargo, el entusiasmo por llegar a un 2017 mucho más alentador y apacible hace ilusionar a la mayoría, que ayer se sorprendió con las nuevas cifras del mercado internacional.
Si bien desde nuestro país se estuvieron haciendo negocios por más de 3.500 dólares por tonelada recientemente, según los datos del Global Dairy Trade, desde marzo de 2015 la leche entera en polvo no supera los tres mil dólares en la cotización internacional desde marzo de 2015, cuando empezó el derrumbe más abrupto de los últimos cinco años.
El evento 173 de los que quincenalmente organiza virtualmente la cooperativa neocelandesa, determinó ayer que la LEP cotice en 2.681 dólares por tonelada, como referencia, llegando a parámetros similares a los de hace un año atrás. Este es el segundo descenso consecutivo del commoditym en un mes y luego de cuatro ascensos.
Aunque desde algunos sectores del Gobierno la ilusión haya sido muy superior a los valores, hace pocos días, la realidad de los lácteos demuestra otra cosa.
En general hubo un descenso de precios del tres por ciento, con un promedio por tonelada de 2.880 dólares. Salvo la manteca en polvo, que subió 9,3 por ciento, hasta 2.408 dólares, el resto fueron todas bajas. En manteca el precio promedio fue de 3.891 dólares (-0,3%), la grasa anhídrida 4.954 (-1%), el queso cheddar quedó en 3.430 dólares (-2,3%), la lactosa promedió los 744 dólares (-9,7%), la caseína 6.574 (-3,7%) y la leche descremada en polvo se cayó a 2.209 dólares (-3,9%).
Aunque la caída no es preocupante, es un indicio más del comportamiento general de la lechería, que si bien muestra algo más de estabilidad respecto a lo sucedido durante 2015, sin embargo aún no se supera la contracción en la producción en los principales mercados, incluida Argentina, salvo por la expansión de Estados Unidos.
Si bien hay convencidos de que el optimismo atrae al éxito, cuando las variables son tan fluctuantes, tan diversas y extendidas en el mundo, demuestran que agregarle un poco de realismo a los hechos no hace más que tender a una factibilidad concreta. Mucho de esto precisa y no como ínfima cuota la lechería argentina, en su gestión, en su política pero también en su capacidad de lobby para lograr precios, posicionamiento y nuevos mercados sólidos.
http://www.diariocastellanos.net/noticia/nueva-baja-para-la-leche-en-polvo-a-la-que-se-sumaron-los-lacteos