El sector agropecuario tiene el silencio luego de las promesas de ayuda, pasado el temporal de abril.
Por Elida Thiery – «Cuando las cámaras se vayan, nosotros vamos a estar». Esto lo decía el Ministro de Agroindustria en el INTA Oliveros hace ya varias semanas y algo similar repitió en su visita a Rafaela y la región el Presidente de la Nación. Hoy hay menos agua en los campos, las cámaras de canales nacionales claramente ya no están, hasta los portales de noticias agropecuarias que se escriben desde Buenos Aires dejaron de lado las fuertes pérdidas productivas y desde la Nación no se obtuvo nada.
Más allá de la firma del acuerdo de la emergencia, para varias provincias, entre ellas Santa Fe, de alguna entrega menor de dinero como son 41 millones de pesos que se utilizarán en este territorio para la ayuda a los tamberos de hasta cien vacas, con una entrega de 400 pesos para el alimento de cada animal, no hay más indicios de reacción por parte de la Nación.
Los productores se sienten estancados, muy complicados, porque han perdido cualquier tipo de instancia a corto plazo, porque el mediano plazo no será sencillo para quien sobreviva y quizá exista un futuro mejor, pero hoy no se ve.
Cuando lo que había solamente era crisis lechera y una amplia productividad granaria, en nuestra zona ya se decía que del caso sólo se saldría con dinero, hoy está todo agudizado y se demandan más respuestas.
Hay créditos, muy orientados al sector tambero, certificados de emergencia y desastre en curso, postergaciones de pago de impuestos provinciales, llegarán nuevos plazos para compromisos económicos pre adquiridos, financiación de facturas de energía eléctrica, pero no hay pistas de la llegada de fondos de manera directa y ni siquiera de nuevas reuniones para hallar alternativas, entre Nación y Provincia.
De los nuevos pagos de subsidios tampoco hay novedades y la espera se hace eterna para los que necesitan lo que se pueda dar.
Algunos creen que a fines de la semana próxima el Subsecretario de Lechería de la Nación podría estar por aquí, pero con otras intenciones lejanas a las respuestas pendientes, incluso lo que el propio Alejandro Sammartino planteara a comienzos de febrero, por lo tanto los ánimos no repuntan. Mientras tanto, la preocupación de Agroindustria tiene más energía invertida en el debate entre Monsanto por la soja Intacta y el sector al que todos atienden, más hoy con la revalorización de la oleaginosa, justamente por la faltante de granos a causa de las inundaciones, que por los temas pendientes, deudas que vienen desde la asunción del nuevo Gobierno, refrendadas en un acuerdo del mes de enero, que jamás se pudo cumplir por completo o en gran parte.
Por otro lado, muchos dirigentes, responsables de empresas, organizaciones, temen salir a hablar en concreto sobre las necesidades de sus sectores. A más de un mes del inicio de las inundaciones, lo que más hubo, además de agua y barro fueron ausencias, de dirigentes nacionales, de los propios funcionarios y una falta absoluta de reacción ante pérdidas de miles de millones de pesos, que se sentirá durante mucho tiempo, no solo con el cambio de estación o de campaña.
Por suerte, no están las cámaras, pero sí estamos los periodistas agropecuarios que seguimos batiendo el parche con el tema, reclamando y siguiendo la situación compleja de la región, atentos a cualquier reacción, pendientes de las respuestas y listos para detallar cualquier novedad, que ojalá sea pronta y positiva.
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