La falta de oferta forrajera, la gran pérdida en el maíz, los bajos niveles de preñez y el mal estado corporal de las vacas tendrán efecto directo en los niveles de producción durante los meses del otoño y el invierno.
La sequía ha golpeado fuerte a la mayoría de los sistemas productivos del país y los tambos de Santa Fe no quedaron exentos. Técnicos del INTA realizaron un relevamiento para saber cuál es la realidad del sector lechero en toda la provincia donde consensuaron que la falta de oferta forrajera, las pérdidas en maíz y el mal estado corporal de los animales repercutirá en la producción durante el invierno.
La situación es muy variable. La zona norte de la provincia es la más castigada, mientras que en el centro el panorama es un tanto más positivo. De todos modos, es claro que una consecuencia de esta sequía es que se aumentaron sensiblemente los costos de alimentación y el productor va a tener que invertir más.
El ingeniero Gustavo Almada, técnico INTA Carlos Pellegrini detalló que si bien se ha acomodado un poco la situación de los tambos con las lluvias de febrero, “de todos modos en los campos no llueve pasto”.
Los datos obtenidos por los extensionistas revelaron la ausencia de lluvias durante diciembre y enero, más las altas temperaturas, impactaron directamente sobre la oferta forrajera. “Las más castigadas fueron las pasturas de primer año que se sembraron en 2011 que son las que deberían estar produciendo mayor pasto en este momento”, indicó el ingeniero, quien comentó que “han quedado muy afectadas, con pérdidas de plantas y disminución del volumen de forraje”.
Sin lugar a dudas, el recibió el mayor impacto de la sequía fue el maíz, ya sea para silo como para grano. “Los rendimientos del granífero son muy bajos y en muchos lugares se han perdido totalmente”, explicó. En tanto, para los de silo, en muchos casos se tomó la decisión de picarlos y embolsarlos. “Al tomar esa decisión lo que se guardó son materiales que tienen mucho volumen de fibra pero muy poco granos”, indicó.
Otro de los impactos que se registraron fueron los abortos, la pérdida de estado corporal de las vacas y problemas para obtener preñez que va a tener un impacto directo en el otoño-invierno. “Va a haber una disminución de vacas en condiciones de ser ordeñadas”, aseguró Almada.
Por ultimo, el ingeniero recomendó “ajustar la alimentación con los distintos productos disponibles en el mercado para que no se disparen los costos”.
http://www.cadena3.com