Los tamberos en estado de alerta y movilización

Los productores lecheros protestaron en la ciudad de Trenque Lauquen y pidieron medidas urgentes para salir de la crisis que los envuelve.
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Carbap se hizo eco del reclamo de un sector que viene pidiendo cambios en las reglas de juego desde hace mucho tiempo. La lechería atraviesa su presente más complejo, en gran medida por un hecho sencillo: el precio por litro de leche que perciben los tamberos está lejos de compensar los costos de producción a campo. Con esta simple ecuasión es imposible construir nada hacia el futuro, situación por la cual en los últimos años han seguido cerrando establecimientos, se concentra la producción en pocas manos y claramente cierran tambos.
Con este contexto, Carbap convocó a los descontentos a reunirse el jueves pasado en una asamblea realizada en las puertas de ingreso de Trenque Lauquen, zona referente como cuenta lechera del oeste bonaerense. Allí se definió mantener el estado de “alerta y movilización”. Además alegaron que: “Las devaluaciones y la falta de un mercado institucionalizado nos dejan una vez más expuestos
a la dominancia del supermercadismo y la industria en su conjunto”.
Entre los tema que exigieron tratar a futuro luego de haber sido analizados por la asamblea fueron llevar a las mesas de diálogo la necesidad de hablar de precio y plazo (de la leche) en forma urgente. Ademas. lograr mercados institucionalizados con precios de referencia y contratos en la comercialización entre productor e industria. Otro de los puntos en los que insisten trabajar es en la baja de la carga impositiva y la mejora de las tasas de préstamos de trabajo y tarjetas agrarias.
Finalmente, definieron que “de no tener respuestas rápidas y favorables, articular fechas y puntos de encuentro para
profundizar las medidas de la protesta”. Recienteme, Coninagro publicó un estudio en el que se hace eco del mal momento que atraviesa la lechería y allí sostiene algunos puntos que explican esa coyuntura: “Las principales causas y consecuencias de la problemática de la lechería, son: la concentración de la producción, falta de la transparencia en la formación de los precios, alta presión fiscal, inundaciones seguidas de sequías, reducción en los reintegros y aumento de las retenciones, altas tasas de financiamiento, prórrogas en las cadenas de pagos, falta de infraestructura de caminos y de comunicaciones, baja incorporación de nuevas generaciones, menor actividad económica que no tracciona el consumo, marginalidad, alto valor de la energía, ineficiencias productivas y laborales, falta de planificación de las inversiones y de innovación tecnológica de procesos, entre otros”.
En ese mismo informe de Coninagro, los especialistas de la entidad analizaron el comportamiento que ha tenido el precio de la alimentación, principal insumo que se utiliza en la lechería. “La relación insumo-producto, desde mediados de 2017, ejemplificada mediante el indicador leche-balanceado, ha decrecido y se ubica según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina en 0,92, cuando el promedio de la serie supera la unidad. Es decir, que el costo de alimentar a las vacas sube más rápido que el valor de su producto, la leche”, analizaron. Entre las propuestas de la entidad aparece “el pedido de una política de Estado con concreto apoyo de proyectos asociativos con forma de proteger a toda la cadena integral, además de beneficios impositivos y financieros y la tan mentada refinanciación de deudas”.
NÚMEROS DE REMATE. La liquidación de los tambos es una de las situaciones más tristes que se pueden vivir en el campo. Duele ver cuando se desmantela un plantel de animales ante la incapacidad del tambero que no puede sostenter al rodeo de vacas que aún están en estapa productiva. Pero es la postal que circuló y que muestra a las hembras lecheras en corrales de espera de Liniers antes de salir a remate. La foto habla por si sola de un proceso que lleva sucediendo desde hace mucho tiempo. Para dejarlo bien en claro al resto de la sociedad, el jueves pasado algunos tamberos en señal de protesta, mandaron unas 450 hembras lecheras a remate, algunas de las cuales todavía estaban en etapa productiva. Cabe tener en cuenta que estos lotes representaron casi la mitad de los animales que se remataron el jueves en el mítico mercado de Liniers.
Respecto al rodeo lechero, los números del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA) indican la evolución del número de vacas. Según registra el Senasa hay 1.595.920 cabezas para 2018 lo que representa un -7,2% respecto al dato disponible del año anterior. Además desde el Observatorio indican que “salvo para el período 2006-2007 y 2012-2013 el número de cabezas siempre fue en descenso (1,3% anual en los últimos 13 años)”. Respecto a la localización de las existencias bovinas consignadas, el Observatorio de la Cadena Láctea muestra que un 34% se encuentra en establecimientos de Córdoba; un 30,3% en Santa Fe; un 26,1% en Buenos Aires; un 4,9% en Entre Ríos, un 1,7% en Santiago del Estero, un 1,6% en La Pampa y un 1,4% en el resto de las provincias. El número más temido es el de la cantidad de tambos. El OCLA registra 10.722 unidades productivas en 2018. Y las cifras marcan una caída permanente. Mientras que 2017 se registraban 11.326 tambos; en 2016 11.531; y así siempre se evidencia un retroceso desde 1998, año en el que se registraban más de 30.000 unidades productivas. Un dato no menor es que para 2002 ya había sólo 15.000.

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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