Se busca una urgente diversificación de mercados ante la retirada de los negocios bolivarianos.
Los precios de exportación de leche en polvo entera argentina siguen siendo bajísimos. Retraso cambiario. Colocaciones bolivarianas en retirada. Y escasas facilidades para poder encontrar nuevos mercados. La situación de la industria láctea exportadora constituye una suma de problemas pesados.
Las exportaciones argentinas de leche en polvo entera a granel declaradas en noviembre pasado (sin considerar las colocaciones realizadas en Venezuela cuyos valores presentan factores ajenos a cuestiones propias del mercado) fueron de 18.616 toneladas a un valor promedio ponderado de 2499 u$s/tonelada. Se trata de un valor similar al FOB promedio registrado en octubre de este año (2479 u$s/tonelada).
En noviembre de 2014 se habían declarado ventas externas genuinas –sin considerar a Venezuela– por 4306 toneladas a un precio promedio de 3557 u$s/tonelada.
En las últimas semanas comenzaron a descender las colocaciones realizadas en Venezuela ante el temor de que el nuevo contexto político argentino promueva un pagadiós por parte de las autoridades bolivarianas. La mayor parte del volumen declarado se destinó a Brasil y Argelia (dos mercados tradicionales).
Los operadores de comercio exterior de las principales industrias lácteas argentinas están haciendo grandes esfuerzos para intentar ampliar los mercados de exportación, pero no se trata de una tarea fácil al no disponer de una política de integración comercial (que hace que el producto local ni siquiera pueda competir en Chile).
Buena parte de la competitividad perdida seguramente regresará con el sinceramiento de la devaluación kirchnerista que planea realizar el gobierno de Mauricio Macri (no manifestada en la economía gracias a diferentes cepos y restricciones de facto) y la posibilidad de exportar sin limitaciones (como las implementadas durante la era K a pedido de algunos industriales lácteos con operaciones concentradas en el mercado interno).
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