Desde la Mesa de Productores Lecheros de Santa Fe aseguraron que unos 1000 tambos se encuentran en una situación terminal. Reclaman un salvavidas financiero para paliar crisis.
Las abundantes lluvias de los últimos días de 2016 y los primeros de 2017 le dieron un golpe de knock out a productores lecheros. El sector volvió a quedar en jaque y los números asustan. En diálogo con Maldito Despertador – programa que se emite de lunes a viernes de 9 a 12 por Radio Cronos FM 107.1 – Marcelo Aimaro, presidente de la Mesa de Productores Lecheros de Santa Fe (Meprolsafe), especificó una cifra alarmante. “Hay 1.000 tambos que pueden desaparecer si no hay un salvataje urgente”.
El temporal de abril del año pasado había dejado una profunda huella en el agro. Pérdida de cosechas, abandono de alquileres de campo, mortandad de ganado y hasta el cierre definitivo de pequeños establecimientos lecheros. La producción se había estrellado con un nuevo escollo. Es que el sector ya venía siendo castigado por la nula rentabilidad producto del bajo precio que se le pagaba al productor por litro de leche en tranquera. Y en ese mismo período el tiempo no tuvo piedad y castigó duro.
Un leve repunte de los precios parecía dar indicios de un encarrilamiento de la actividad. Sin embargo, el clima volvió a la carga y profundizó la crisis. “Hasta abril del 2016 existían 4100 tambos, de los cuales quedaron 3600. Cuando bajen las aguas hay que ver cuántos quedan. Calculamos que muchos no van a poder seguir. Esto es una catástrofe. Hay 1000 establecimientos comprometidos seriamente y, si no les tiramos un salvataje económico, muchos van a cerrar las puertas definitivamente”, sentenció Aimaro.
El pasado lunes el presidente de Meprolsafe estuvo presente en el encuentro que reunió al gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, y al ministro de Agricultura de la Nación, Ricardo Buryaile, entre otros. Y allí las sensaciones del representante de productores lecheros de la provincia no fueron las mejores. “Expliqué que esta es una situación extraordinaria, por eso pedimos soluciones extraordinarias. Esto excede a la Provincia, con lo cual le pedí al ministro que Nación tome dinero del exterior como se hace para tantas otras cosas y lo destine al sector”, señaló Aimaro.
Desde la Mesa de Lechería reclamaron recomponer las estructuras productivas a los productores para brindarle la posibilidad de continuar en actividad. Es que de acuerdo a lo sostuvieron, la solución no se arregla con un mes de apoyo financiero, sino con un salvataje a largo plazo que se extienda a 8 o 10 meses. “Quienes están en una situación critica no pueden tomar crédito. Es algo lógico. Si no producen no generan recursos para pagar los préstamos. Esto lo venimos arrastrando desde abril. Alertamos sobre la desaparición de tambos y no nos equivocamos. Por eso pedimos por soluciones que no llegan”, explicaron.
La semana pasada el ministro de Lechería de la Provincia había arrojado sobre la mesa que Santa Fe pierde 1,2 millones de litros diarios como consecuencia de la inundación. A ese dato, Aimaro le agregó que los tambos que no fueron afectados “han bajado la producción un 30%”.
Sin embargo, sostuvo que no habrá faltante de productos derivados de la leche en góndolas. A pesar de eso, se vaticinó que “siempre están los oportunistas que van a trasladar los precios a supermercados”.
En tanto, desde Meprolsafe se sumaron a los sectores que reclaman obras hídricas para evitar futuros desastre como los que atraviesa parte del país. “Si no se soluciona el tema con construcciones y trabajos necesarios, vamos a terminar transformando la provincia en una laguna improductiva”, concluyó.
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