Las industrias lácteas homologaron una paritaria láctea por el 40%

Las pequeñas y medianas empresas del sector rechazaron el acuerdo que se selló ayer en el Ministerio de Trabajo de la Nación, por imposibilidad de cumplimiento.
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Por Elida Thiery – Cada año, el tema de las paritarias se transforma en un tópico escabroso para todos los sectores. Con el avance de una gran capacidad de confrontación planteada por las gremiales en la historia reciente, en la cual cualquier desacuerdo desencadena medidas de fuerza con todo tipo de intensidad, en vez de negociar por los derechos de los trabajadores de una forma más apacible, siempre se terminan perjudicando los intereses de todas las partes, con lo que es consecuente, la pérdida de ingresos concretos, más allá de los condimentos inflacionarios, políticos, sociales que hacen a la realidad de un país que no encuentra un cause de calma.
Si bien el Gobierno Nacional se muestra preocupado por esto, no exhibe las herramientas para contener el caso y así no se esperan nuevos acuerdos más calmos en adelante.
Tal como lo adelantábamos días atrás, la negociación entre las industrias lácteas de todos los tamaños se terminaba con disparidades. Las grandes con una cuerda más larga para enlazar los números pretendidos por la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina, pero no con más confort, porque es todo el sector procesador el que atraviesa una crisis que no es «uniforme», como bien se define desde el sector, pero que si toca a muchas empresas. Claro que las de menor envergadura encuentran otras alternativas que no permiten un cumplimiento de voluntades como en otros momentos.
Fue así que en el primer momento de la tarde de ayer, el Centro de la Industria Lechera puso la firma al lado de la de los representantes legales de la gremial, aceptando un incremento que terminó trepando a los 40 puntos porcentuales. Al mismo tiempo, la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lacteas presentaba una nota en la que expresaba la imposibilidad de cumplir con ese rango tan alto y rechazó la homologación, esclareciendo que en su segmento el impacto de lo económico y productivo no permite cumplir con el deseo muchas veces desmedido de la conducción sindical.
Si bien se entendía que el número final podía ser del 36,9 por ciento, el valor sellado fue del 40 por ciento, tal como lo deseó la conducción de Etín Ponce, ya que los valores de abril a abril llegarán a ese valor, repartido en dos semestres, por lo tanto, el ajuste en los meses de febrero, marzo y abril será del 4,6 por ciento para completar la paritaria con un aporte no remunerativo de tres mil pesos, que llevan al básico más ínfimo cercano a los 23 mil pesos y con una ventaja considerable, como siempre, respecto a otros gremios, pero sobre todo en la ecuación entre las tareas iniciales en la industria láctea y los demás rubros, respecto a la remuneración. De todas maneras, no es una situación sencilla la de la industria nacional hoy, que en el sector lechero tiene condimentos de arrastre muy especiales, que no dependen solo de las decisiones políticas de esta administración, de las proyecciones ilusas de los funcionarios actuales, sino que se sazona con temas como la sucesión de dos crisis hídricas y del arrastre de más de una década de contracción, ante una paralización de decisiones que podrían haber transformado algunas variables de una realidad que llevan a la evaluación de una «situación muy complicada» por delante.
Mientras, «el mercado vive una demanda retraída», según sus propios protagonistas, con temas inflacionarios influyendo, pero también en este pleno verano, no se permiten pronósticos muy favorables teniendo en cuenta el alza de los lácteos en estas últimas dos semanas del 1,3 por ciento, dejando a la leche entera en polvo, como commodity principal en 3.314 dólares por tonelada, con una suba de tan sólo el uno por ciento, con un estancamiento preocupante, que aplasta todo tipo de negocios.
Todos los sectores de la industrialización ven con preocupación la falta de materia prima, los negocios que no se concretan afuera, lo que cuesta traccionar al mercado interno, pero sobre todo ir limando las asperezas internas, en una industria que tiene un peso del costo salarial que hoy es la principal variable a corregir, sobre todo por la condición fija de la plantilla de trabajadores, por la falta de flexibilidad y la imposición de Atilra. La complejidad para lograr un equilibrio depende de todos los eslabones y hoy es el del comercio y la gremial lechera las de mayor ventaja en la cinchada que en breve vuelve a comenzar.
http://www.diariocastellanos.net/noticia/las-industrias-homologaron-una-paritaria-lactea-por-el-40

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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