La leche se tiñe cada vez más de rojo

La crisis lechera se propagó a todos los sistemas productivos. La industria tampoco esta exenta. ¿Los paliativos?: ajustes y diferimientos en los pagos.
Share on twitter
Share on facebook
Share on linkedin
Share on whatsapp
Share on email

La crisis lechera se propagó a todos los sistemas productivos. La industria tampoco esta exenta. ¿Los paliativos?: ajustes y diferimientos en los pagos.
La crisis que vive la lechería no discrimina; alcanza a todos por igual, ya sean productores grandes o pequeños, eficientes o no tanto, con producciones pastoriles o intensivas. La escena en la cual la producción de leche lograba mantenerse sobre las espaldas ya encorvadas de la agricultura, que le proveía de maíz y subproductos baratos, desapareció de la película.
De un día para el otro, el tambero que pagaba 800 pesos la tonelada de maíz pasó a abonarla 2.000 pesos. Lo mismo ocurrió con el expeler de soja, cuyo valor trepó de 2.350 pesos la tonelada a 3.200. Si bien era algo inevitable, el sinceramiento de los precios agrícolas llegó en el peor momento de la producción lechera, cuando acarrea en el último año una baja de casi 30 por ciento en el precio por la materia prima.
“En enero de 2015, me pagaban 3,34 pesos el litro; en enero de este año, el valor fue 2,40 pesos”, comparó con preocupación un productor de la zona de Ballesteros, en la cuenca de Villa María.
Con 380 vacas en producción bajo un modelo intensivo, el tambero admite tener un costo diario (por todo concepto) de más de 30 mil pesos. Con una producción de 13 mil litros diarios, la facturación apenas supera los 30 mil pesos.
Para colmo, en diciembre el estrés calórico le hizo caer de manera significativa la producción. Hubo días en que lo recolectado apenas superó los ocho mil litros diarios. Y, mientras tanto, el mixer siguió suministrando raciones y el brete funcionando. Cada 21 días, el camión con 30 toneladas de expeler de soja le exige un pago de casi 100 mil pesos. La ayuda oficial de hasta 36 mil pesos mensuales (40 centavos para los primeros tres mil litros diarios) no alcanza para mover la aguja.
Hacer el ajuste
Desde que en septiembre pasado el precio de la leche se planchó en el valor actual (2,40 pesos), el ajuste es la palabra más escuchada en los tambos.
Reticentes a tocar el alimento al rodeo, sabedores de que luego recuperar la producción lleva tiempo, las tuercas se ajustan por el lado de las existencias. Las ventas de las invernadas y de las vacas que quedaron secas en los últimos servicios ayudaron a la caja chica. La recuperación que tuvo el precio de la hacienda en pie también contribuyó a mejorar el número. La vaca gorda, que en agosto se pagaba a seis pesos el kilo, se llegó a vender en 17.
Mientras tanto, la industria láctea tampoco la pasa bien. El sobrestock de mercadería que aún tiene complica sus números y, en muchos casos, la obliga a diferir el pago a los productores, que llegan hasta 120 días. La exportación no emite buenas señales. Al contrario: el actual precio internacional de la leche en polvo es el cuarto más bajo de los últimos cinco años. Las expectativas de la cadena están puestas en poder reducir la actual oferta de leche que deprime los precios. Una salida que, a juzgar por el comercio exterior, no tiene fecha precisa de concreción.
Alejandro Rollán
http://www.agrovoz.com.ar

Mirá También

Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

Te puede interesar

Notas
Relacionadas