La crisis por la que atraviesan actualmente los tambos no es de ahora. El problema es que hoy se agudizó. La falta de un mercado transparente hace que el productor y el consumidor paguen los platos rotos. El Estado hace caso omiso para que la industria sean controlada. Por lo pronto se siguen cerrando establecimientos que a agosto suman más de 600 en lo que va del año. Esa es la visión de Andrea Passerini, Coordinadora de la Comisión de Lechería de Carbap, que dialogó con BAE Negocios sobre la problemática del sector en tiempos de definiciones claves.
—¿Quién decide el precio de la leche?
—En la Argentina en un 100% el precio de la leche lo fija la industria de manera unilalateral. Se lleva el producto y luego te informa calidad y composición que tiene, y en función de eso debería pagarte. Pero hoy no hay una instancia arbitral para comprobar lo que dicen.
—¿Y cómo son los tiempos de pago?
—Según el Código Civil y Comercial en su artículo 1176 en donde se habla que por el tipo de transacción dentro de la figura «suministro», se entiende que la industria debería estar pagando a los 10 días de entregado el producto, pero eso no se cumple. Es decir que impone los tiempos de cobro.
—¿Qué dice el Gobierno al respecto?
—El argumento que esgrimen es que están trabajando por la transparencia y por un precio real, pero en los hechos no hay nada de eso.
—¿El tambero está atrapado sin salida?
—Sí. La Constitución Nacional garantiza el libre comercio, pero siempre y cuando se garantice que haya un contexto de equidad entre las partes. Si va a negociar el lobo con el cordero y no tenés a nadie atrás para frenar al lobo, este se termina comiendo al cordero. Agroindustria dice que generó un precio de referencia. Eso es a partir del Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina (Siglea), este obliga a todas las industrias vía factura electrónica a informar todos los meses que precio le paga a sus remitentes, de lo que se trata es de un precio promedio de lo que se paga en el país cuando se sabe que ese producto es distinto en cada rincón del país a partir de su composición.
—¿Cómo están los costos en el tambo?
—Un trabajo de Caprolecoba señaló que el costo de alimentación tuvo una suba del 116 por ciento. Este no es ni mas ni menos que dólar puro. Es el mismo porcentaje de la devaluación que hubo en todo el año. En esa línea nosotros no podemos trasladar costos como hace la industria o el supermercadismo, dado que nos imponen el precio.
—¿Hay mercado externo?
—Hoy con los pocos mercados de exportación que tenemos y la endeblez del interno, la realidad muestra que la lechería argentina toque fondo produciendo sólo lo que necesita la plaza local y para eso todavía tienen que cerrar más tambos y pymes queseras, que también están complicada. En todo esto que el secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere venga a decir que ahora están abriendo mercados, pero por el otro lado se impone retenciones, el discurso es un discurso que tiene patas cortas.
—¿El tambero esta mejor hoy que durante el kirchnerismo?
—Se han conjugado muchas variables para que estemos peor, pero no por mérito del Gobierno anterior sino por temas externos a cualquier administración. En pocas palabras el tambero mediano y chico y más en este 2018, están peor.
—¿Hacen falta subsidios?
—Este Gobierno entrego subsidios en el 2016 a los tambos que sufrieron inundaciones, pero nunca fueron una solución. Nosotros no queremos esa ayuda, lo que se pide es que la actual gestión se erice en arbitro para que genere las herramientas de forma tal que el mercado funcione de manera equitativa.
