«La improductividad la paga el consumidor»

Alejandro Bertin es director y gerente General de San Ignacio, una Pyme láctea que desde Sauce Viejo se consolida como la principal exportadora de dulce de leche y queso azul de Argentina. Anticipa cambios de fondo en una cadena “improductiva”.
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En un mano a mano con Campolitoral, brindó su mirada sobre la actualidad lechera, anticipó una “purga” en toda la cadena, y explicó las razones que los posicionan en el liderazgo del mercado. “El sector está en proceso de purificación, de purga, donde muchas de las industrias y tambos que están hoy no van a estar más”. A nivel industrial, citó el caso de Sancor “y de ahí para abajo puedo mencionar a 5 empresas que hoy ya no existen más o que están con graves problemas financieros”. También aseguró que a nivel productivo pasa lo mismo, como consecuencia de que la cadena de valor “es improductiva”.
Bertin aseguró que “tenemos productores primarios cuyos volúmenes o estructuras productivas no son viables en el largo plazo, y en la industria lo mismo”. Y enumeró las causas: “escalas, gastos fijos, estrategia y diferenciación de productos. Son cosas que hacen que lamentablemente pasado este proceso haya una lechería mejor y es lo que tiene que ocurrir. Salvo que haya una política de Gobierno orientada a subsidiar una cadena de valor improductiva”. Y sentenció que “si nos preguntamos porqué los lácteos son tan caros en la Argentina, es por eso, porque la improductividad la termina pagando el consumidor”.
Exportar valor agregado
San Ignacio es un caso particular, por que en general las exportaciones del sector lácteo argentino son commodities. “Nosotros no exportamos eso, exportamos un producto diferenciado. En el exterior el dulce de leche es un producto gourmet, no de consumo masivo como acá. Y eso nos permite acceder a precios superiores a los del mercado doméstico en general. Y es un producto de alto valor agregado, con el que estamos exportando leche, azúcar, glucosa, frascos de vidrio, tapas, etiquetas, todo mano de obra local, más energía, gas, etc. Y una de las características del producto es que no lo vinculan con un subproducto lácteo, lo que lo despega de las fluctuaciones del precio del commodity”.
Bertin aclara que el caso del queso azul es distinto, comparable con quesos azules de todas partes del mundo, “y si bien nosotros tenemos la ventaja de exportar a Rusia, el excedente de la producción europea se está volcando en el mundo y cuando vamos a vender a Chile, Perú o Brasil nos encontramos con el queso azul francés y ahí tenemos que competir y eso nos pone un precio en el techo”. Pero aclaró que como Pyme es difícil encontrar una empresa que maneje 100 mil litros de leche por día que cuente con un departamento de comercio exterior y exporten. Generalmente son queseras que venden al mercado interno. Nuestra diferenciación viene por ahí”, explicó.
En este sentido, aclaró que el crecimiento de las ventas a nivel mundial es lento, pero el reconocimiento del producto en el mundo crece y se asocia con Argentina, incluso más que la carne vacuna. “El mundo gourmet lo vincula con nuestro país. De hecho, hay una cadena de retail extranjera en el país que realizó un comercial difundiendo los productos autóctonos para contar con qué producto asociaban a cada país, y en la Argentina eligieron el dulce de leche (y a San Ignacio) por sobre la carne”.
Oportunidad
Según Bertin, el trabajo que vienen desarrollado en exportación estuvo ligado a la visión de querer ampliar las fronteras de venta de sus productos. “Para lograrlo invertimos y trabajamos mucho en la capacitación del personal”. Y sostuvo que el dulce de leche “tiene una oportunidad enorme en el mercado internacional. Nosotros somos una rareza a nivel empresarial, pero creemos que nuestro producto es una alternativa muy interesante. De hecho, el no poder crecer más está ligado a los recursos que ponemos en esto en tanto Pyme más que a otra cosa. En el caso del queso azul encontramos una demanda creciente y muy interesada en los países de la región y Rusia, un mercado importante para nosotros, muy grande”.
A futuro, avizora un mercado externo sin techo, “y en la medida que la demanda aparezca estamos dispuestos a seguir invirtiendo para poder acompañarla. Eso es tiempo, trabajo en Ferias recibiendo gente del exterior, etc. Hemos adquirido una talla que nos mantiene en contacto con los gobiernos, las agencias comerciales, hemos certificado varias normas de aseguramiento de calidad que son las exigidas por los mercados de destino, y eso nos pone en un lugar de preferencia”, aseguró.
Mercado “verde”
En Argentina, la producción de dulce de leche se destina mayoritariamente al consumo interno (más de un 90 % promedio). En cuanto a la exportación, un trabajo de la UNL habla de un “mercado que está en sus inicios, poco concentrado y con marcas diferenciadas”.
Actualmente San Ignacio cuenta con un personal de 109 empleados distribuidos en 2 plantas (Sauce Viejo e Hipatia), en las que elaboran 1.000 tn de dulce de leche por mes, de las cuales exportan de 100 a 150. En la planta de Hipatia producen de 60 a 65 tn por mes y exportan el 45 % de esa producción.
Autor: Federico Aguer
Fuente: CampoLitoral
Link: http://www.campolitoral.com.ar/?m=interior&id_um=175051-la-improductividad-la-paga-el-consumidor-en-la-cadena-lechera-campolitoral.html

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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