ITH, herramienta para mitigar el estrés calórico

El Indice de Temperatura y Humedad que elabora el INTA ayuda a prevenir la merma productiva causada por el calor en vacas lecheras. Desde enero será online.
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Aunque este comenzará de una manera más gradual, en los últimos años los veranos en los tambos deben estar acompañados de muchos recaudos. No sólo se trata de tener en cuenta la evolución de los forrajes, de los acumulados en las precipitaciones, sino que la clave está en los registros de temperaturas, que tiene consecuencia directa en los animales y la producción total diaria.

El tambo es el último en incorporar tecnología en el sector agropecuario y quizá anclado en las tradiciones sigue costando hoy que se multipliquen las aguadas en los lotes y la instalación de sombras, más allá de los árboles ocasionales. La falta de rentabilidad no motiva a las inversiones, pero el retroceso en las liquidaciones debe empujar a definir este tipo de trabajos.

La lechería nacional está basada en la raza Holando Argentino que muestra su mejor comportamiento en temperaturas ambiente entre 5 y 23 grados, que de superarse no permiten la refrigeración corporal adecuada a través de la respiración y es así que se genera estrés calórico. Esto tiene consecuencias en la ingesta de alimento y de líquido, por la disminución de desplazamientos, pero sobre todo por el aumento del ritmo respiratorio, de 35 a 50 movimientos por minuto, hasta 80 en los picos de estrés.

Desde hace unos cinco años el INTA Rafaela trabaja con especificidad en la contemplación de la variable del calor elaborando un Indice de Temperatura y Humedad (ITH). Con el inicio de diciembre, los lunes y jueves se emiten dos informes semanales, que durante tres meses apunta al estrés calórico, colaborando en la concientización periódica de los productores sobre la importancia de darle confort a los animales para evitar la caída productiva y su consecuente impacto económico.

Este trabajo de relevamiento de ITH “tiende a anticipar los eventos de calor para que los productores puedan ajustar detalles de dieta, para poner más cuidado en la sombra que se dispone para los rodeos y el agua”, explican desde la Experimental Rafaela. “Medido en los ensayos, estamos hablando de medio litro de leche perdida por cada punto del Indice de Temperatura y Humedad que monitorea este análisis, al pasar por encima de 72 unidades, ya que ahí comienza el estrés”, mientras que la recuperación de estos picos de estrés por la ola de calor puede demandar hasta cuatro días, siempre dependiendo de la perdurabilidad de la combinación de las altas temperaturas y porcentajes de humedad, sobre todo con gran cantidad de horas diarias expuestos a índices elevados.

La elaboración parte de la combinación de datos meteorológicos de estaciones automáticas, que cada diez minutos emiten variables climáticas constantes, tomando el horario de las 15 como muestra para el promedio de temperatura y humedad.

“En la campaña 2018-2019 de pronósticos y monitoreo de ITH será atípica, dado que vamos a mutar de los informes en pdf a una plataforma de consulta online del ITH que funcionará dentro del portal de INTA”, indica la Lic. Laura Gastaldi, en referencia al portal donde se pueden hallar todas las estaciones agrometeorológicas del país.

“Hasta mediados de enero 2019 vamos a emitir los informes en pdf y a partir de la segunda quincena de enero 2019 estará disponible la consulta online permanente. Es decir que los productores podrán consultar durante todo el año el comportamiento pronosticado y pasado del ITH”, agregó una de las responsables del monitoreo que tendrá pronto un manual para los usuarios de esta herramienta que apunta a aminorar las pérdidas de producción, aportando pronósticos y registros de la variable con comportamientos diarios y horarios.

Quienes quieran consultar toda la información disponible pueden ingresar en https://inta.gob.ar/documentos/ith-campana-2018-2019-boletines-de-monitoreo-semanal-de-estres-calorico.

Se estima que durante los veranos, en la principal cuenca lechera del país que comparten Santa Fe y Córdoba, la merma en la producción de leche es de diez a 25 por ciento, pero de hasta 40 por ciento en circunstancias extremas, ya que además de disminuir la cantidad de litros también se demuestra una menor concentración de proteína y la materia grasa de la leche, se disminuye la tasa de concepción, aumenta el peligro de muerte de embriones, disminuye el peso al nacer, e incluso hay riesgo de muerte animal.

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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