Efectos del desabastecimiento
Su precio es de 2.125 bolívares, un 22% del salario mínimo. Es uno de los productos que faltan en las góndolas en virtud de un fenomenal desabastecimiento.
La noticia corrió rápido, de celular en celular, en una Venezuela estragada por la escasez. El rumor era cierto: el kilogramo de leche en polvo había llegado a las góndolas de la capital del Estado de Zulia, que produce buena parte del petróleo del país, a unos 2.125 bolívares. Para los que no conocen las realidades de la economía bolivariana, una simple comparación da cuenta del absurdo: ese precio equivale a una semana de un sueldo mínimo.
El diario local Versión Final explica un detalle importante. El precio regulado por el gobierno del mismo kilo de leche en polvo es de 70 bolívares. Pero como el producto disponible en los comercios contiene calcio extra y vitaminas, esa composición especial permite que su precio sea “liberado” y se ofrezca a los potenciales compradores en un nivel cercano a su costo de producción.
Los consumidores de la leche en polvo, con todo, reconocen que el valor a costo regulado es muy bajo. El precio final de 2.125 bolívares representa el 22% del sueldo mínimo.
El caso, rayano en el disparate, es una muestra de la magnitud del descalabro de la economía venezolana dirigida por el chavismo, que desde hace años -y de una manera que se agrava día a día- sufre de un descomunal desabastecimiento de productos esenciales. Según las cámaras empresarios y los datos oficiales que el Banco Central entregaba hasta antes de fines del año pasado, faltan en el país entre el 50 y el 70 por ciento de los productos esenciales, como queso, arroz, harina, lecha, entre otros. Para conseguirlos, los venezolanos se han acostumbrado, con estoica paciencia, a largas colas de horas en supermercados y comercios o bien a la compra racionada de elementos esenciales.
Ante una consulta, el vicepresidente de Fedenaga, Luis Hernández Guanipa, dijo desconocer cuál era la firma que había logrado colocar leche en las góndolas a a un precio 30 veces más elevado que el regulado, aunque indicó que el sector agroindustrial sería el responsable, en el cual se encuentra el mismo gobierno. Según su explicación, el aparato estatal chavista cuenta con el 60% de la capacidad instalada de pulverización de leche, mientras que sólo un 40% queda en manos de la empresa privada. Esto considerando que en términos generales, el 90% de la leche en polvo que consumen los venezolanos es importada.
La importación no es un tema menor en un país que sufre de una sequía notable de dólares y que debe comprar en el exterior casi el 90% de lo que consume. Pero lo más curioso en este caso es que el gobierno compró parte de la leche que vende pagando un precio muy superior al valor internacional. “De acuerdo a las cifras que han suministrado de Uruguay, por ejemplo, se compra en $4.800 la tonelada de leche en polvo. Pero el precio internacional está alrededor de $1.500 la tonelada”, dijo Hernández Guanipa, dejando en el aire la duda de por qué el Gobierno de Nicolás Maduro compra leche casi al doble del precio internacional.
Hernández recordó que entre adquirir los alimentos para el ganado, las medicinas veterinarias, mano de obra y otros gastos de operatividad, los productores de leche obtienen más bien pérdidas al intentar llevar al mercado leche, pues los precios justos a los que están sometidos a vender están por debajo incluso del costo de producción.
En tanto, en el mercado negro, el precio de la leche en polvo frisa los 2.500 bolívares. Por este motivo, las familias que recurren al “bachaquero” (el revendedor) para adquirir sus productos básicos, tienen una opción que además está dentro del precio que se paga en góndolas.
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