Por Elida Thiery – A pesar de las diferencias entre los más grandes y los más chicos, entre los terratenientes y los arrendatarios, entre cada una de las entidades y también cada uno de los productores, la pista inuagural de la exposición de la Sociedad Rural de Palermo es una postal clásica e ineludible del campo nacional.
Cada año, a lo largo de casi dos semanas todas las razas bovinas, equinas, ovinos, porcinos, caprinos, de aves y de cada sector eligen a sus mejores animales, para que el sábado previo a la conclusión de la muestra, en el acto inaugural se muestren a los grandes campeones.
Este año, después de muchos años, donde más allá de las ausencias de los presidentes en la tribuna, se pueda dar un discurso un poco más conciliador, en la voz de Luis Miguel Etchevehere como anfitrión de una entidad que cumple 150 años en consonancia con el Bicentenario de la Independencia, pero también por parte de Mauricio Macri, como presidente de la Nación, habrá detalles nada menores que completen un panorama que hablará de las falencias estructurales del campo, pero también de la combinación con las políticas.
Concretamente, desde el palco central, Macri no verá a ningún ejemplar de Holando en la pista.
Carencias
Con una intensificación desde el año pasado con la caída de precios, pero con la crisis eterna de la lechería, este es un ciclo muy duro para el sector. Con 1.100 millones aportados por este Gobierno en subsidios, que al llegar tarde no lograron concretar el objeto de ayuda concreta para los productores, sin ideas aplicadas a la lechería que se transformen en políticas positivas, hacen que el pozo profundo en el que hoy se está marque un hito, insólito.
CASTELLANOS conoció hace unos días que iban a ser muy pocos los inscriptos para la jura de Holando Argentino, que el viernes 29 de julio va a tener lugar en Palermo. El rumor era más grande que la realidad y es así que cerradas las inscripciones, son siete los animales que se expondrán al ojo del jurado.
Dos cabañas bonaerenses, con cuatro y tres ejemplares respectivamente, son las únicas audaces, capaces de invertir en algo más de dos semanas de estadía en la exposición, con el costo de trasladar animales, mantener personal, e incluso ordeñar a las vacas en el medio de la Capital Federal.
Desde la Asociación de Criadores de Holando Argentino liberaron la asistencia, entendiendo la situación financiera de la lechería y de las cabañas, que son en general empresas familiares que combinan la apuesta a la genética, sostenida con tambos. Se pidió en su momento a la SRA que permitan un ingreso tardío de los ejemplares, para reducir en una semana la estancia en la Rural, llevando a la mitad un costo imposible de afrontar y no hubo permisos para tal caso. La idea se tomó del Congreso Internacional de Holando que se hiciera en marzo en el mismo lugar y por primera vez en nuestro país, donde incluso se llegó a pagar nueve pesos el litro de leche resultante del ordeñe, para tentar a más participantes. Hoy por hoy, una cabaña tiene que disponer de unos 150 a 200 mil pesos por cabaña, con diez animales, con el dato saliente de los cinco mil pesos la inscripción para el concurso.
Siendo siete los animales, habrá una mínima jura, pero no concurso tal como se lo conoce, ya que para considerar a un gran campeón se tienen que tener al menos a 30 ejemplares en la pista.
“No va a haber grandes campeones y no va a haber ningún Holando en la pista el día de la inauguración”, confirmaron desde ACHA.
Así será que el Presidente podrá corroborar a simple vista que la crisis lechera no se resolvió con una firma, a la que él no llegó a tiempo, a comienzos de año y que la fórmula aplicada al momento desde la política, sumada a las condiciones climáticas y la influencia de una cadena viciada no resultan más que en el deterioro dado por el vacío de una raza de la cual se apropió el país, que hoy parece no poder sostener.
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