Solo en 2016, hubo un 15% de tambos que cerraron sus puertas en la provincia, un 11% más que en el resto del país; Así lo manifestó Jorge Chemes, Vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas – CRA – según datos de la Fucofa.
«Volvemos a recibir, el tambo, una piña climática. En el mes de abril, la pasamos mal, y ahora, en algunos lugares llovieron 300 milímetros. El tambo venía bien, pero no sé si después de esta lluvia nos vamos a poder recuperar. Es lamentable ver el estado en el que están los cultivos y las vacas», relató Jorge Chemes, a Radio La Voz.
«En Entre Rios no hemos tenido que tirar leche. Lo que sí está muy grave, y tuvieron que tirar leche, es la cuenca lechera de Santa Fe. En Entre Ríos, concretamente, no ha habido casos importantes de tener que tirar leche», se reconoció.
«Como mínimo, hoy un productor cobra 4,20, con promedios de 4,60, y algún productor grande, 5 pesos. Hoy es muy difícil producir por debajo de los 5,80, por lo que estamos casi un peso abajo de pérdida. Y ese litro se paga 20, 23 pesos. O sea que la brecha, que es abismal entre el productor y el consumidor, sigue existiendo».
«Hay una crisis internacional de precios, lo que es real. Pero el 90% de la producción va al mercado interno. Lo que pasa es que los industriales cuando el precio internacional sube, dicen que no tiene influencia, y cuando baja, lo usan para ajustar los valores. Pero hoy por hoy, la producción argentina tiene poca influencia de lo extranjero», remarcó.
En cuanto a los datos, no existen números exactos. «Sí diría que la Fucofa dice que en Entre Ríos hay un 15% de desaparición de tambos, y que la provincia está un 11% por encima de la media en cierre de tambos. Los números, dentro de poco tiempo, mostrarán cuantos litros menos tenemos».
En esto, «sin dudas que el grano de maiz es un costo importante en el tambo. Pero tampoco podemos salvar a los tamberos, a costa de que se fundan los productores de maíz. El problema no es que el maíz esté caro, sino que las ineficiencias en la cadena las absorbe el productor, que es el que se termina fundiendo.
Para dar una solución, «lo que habría que hacer es sentar a toda la cadena láctea, para poder ajustar porcentajes de ajuste en los que tenga participación el productor. Y por otra parte, también hay que institucionalizar el mercado de leche, así como lo hay para los cereales y la carne, para que muestre un precio de referencia. Hoy, un productor que factura 300 mil pesos por mes, está entregando la leche sin saber cuánto va a cobrar», finalizó.
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