El tambo que funciona en el lugar menos pensado

Mientras el sector sigue inmerso en una crisis que diariamente genera cierre de unidades productivas, en la provincia de Buenos Aires sobrevive una inédita explotación lechera.
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En lo que es una experiencia única en el país, los internos de la Unidad Carcelaria 14 de General Alvear (Buenos Aires) llevan adelante la explotación de un tambo que produce unos 400 litros de leche diarios. En el predio también hay lugar para otras actividades productivas, entre ellas la fabricación de quesos, ganadería y apicultura.

La reinserción social de las personas alojadas en los centros penitenciarios es un desafío que cada Gobierno asume con variadas estrategias. En Santa Fe, por ejemplo, funciona el Instituto Autárquico de Industrias Penitenciarias (IAPIP), que desarrolla acciones para el aprendizaje de una variedad de oficios, que van desde herrería hasta sastrería, entre otros. En el caso de la unidad bonaerense, su gran superficie (222 hectáreas) permite el desarrollo de actividades agropecuarias.

En diálogo con Agrofy News, el director provincial de Lechería del Ministerio de Agroindustria, Juan José Linari, afirmó que la de General Alvear es la única cárcel del país que cuenta con una explotación lechera, la cual por sus características es “perfectamente compatible con un tambo promedio de la zona”.

El proyecto productivo cuenta con un rodeo compuesto por 190 cabezas totales, de las cuales algo más de 100 son vacas. Fue reinaugurado oficialmente el marzo de 2017, cuando el gobierno bonaerense invirtió en la compra de nuevas máquinas de ordeñe que permitieron darle nueva vida al lugar. Según se informó oficialmente, son 10 los internos que trabajan bajo la supervisión de un maestro quesero penitenciario.

Linari encabezó recientemente una visita al establecimiento agropecuario, donde se relevaron los principales indicadores para luego realizar un análisis exhaustivo y poder emitir una serie de sugerencias que apunten a mejorar los niveles de eficiencia del planteo productivo.

“Parte de nuestra respuesta tiene que ver con mejorar la base forrajera y el manejo del rodeo“, indicó el funcionario, quien también agregó la posibilidad de hacer reservas o silo bolsa, lo cual no estaba previsto. “El objetivo es que sea un tambo que funcione con niveles productivos razonables”, aseveró.

Más allá de esa afirmación, el responsable del área de Lechería del gobierno provincial recordó que no debe perderse de vista que se trata de una explotación con fines educativos antes que comerciales. “Son personas que están en la etapa final de su proceso y como lo que se busca es la reinserción, el tambo tiene que ser lo más representativo de lo que puede ser la actividad fuera de la cárcel”, aclaró.

En el predio funciona además del tambo una planta elaboradora de quesos, que si bien hoy se encuentra inactiva por problemas en la provisión de agua está siendo refaccionada para su reactivación. Asimismo, tiene lugar una pequeña explotación ganadera de porcinos y para la producción apícola (se cuenta con algo más de 100 colmenas).

La unidad penitenciaria está emplazada sobre un lote de 222 hectáreas, que antiguamente perteneció al Marqués José Rufino de Olaso (1839 – 1918). La propiedad fue expropiada en 1959 y en 1971 fue designada como Destacamento Penitenciario de Régimen Abierto. Recién desde 1979 funciona como cárcel.

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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