El laberinto lechero busca una salida ante el Ministro Buryaile

El pedido de una reunión desde las entidades de productores, ayer abrió una nueva alternativa para escapar de la crisis que se profundiza cada vez más en el sector.
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Por Elida Thiery – Hoy la lechería es un espacio intrincado. Crisis, baja rentabilidad, caos climático, poco alimento para los animales, mercado saturado, bajos precios internacionales, baja demanda. Así la situación no tiene indicios de poder repuntar.
Un laberinto al que sólo se le puede encontrar una salida mirándolo desde lo alto, hace pensar en aquel mito. El Minotauro encerrado allí tuvo pocas posibilidades de sortear los obstáculos, eso sí siendo Dédalo que llegó a destino y con alas; y no Icaro que se encandiló con el vuelo y al estar tan cerca del sol, por no seguir los consejos esenciales, quedó en el intento.
Las enseñanzas mitológicas sirven a veces para reflexionar.
Puede que un poco de esta mesura se haya aplicado ayer en el encuentro que las entidades de productores mantuvieron en Buenos Aires, cumplido el plazo de espera por parte del Gobierno Nacional, luego del pedido de generación de un fondo de compensación histórico, que con un caudal concreto de dinero pueda reactivar al sector, paliar deudas y sacar la cabeza en una marea de complejidades.
Con la cotización internacional actualizada el martes para los lácteos sin modificaciones en promedio, pero con un alza ínfima para la leche entera en polvo de 1,9 por ciento, quedando en 2.079 dólares por tonelada, las perspectivas no son alentadoras, al menos hasta bien entrado 2017, con una clara declinación de cantidades de producto a nivel global.
Un actitud dialoguista marcará las próximas semanas, pero sin actitud debilitada.
La actitud del Gobierno fue leída tal como fue expresada, con un rechazo de negociación, ahora desde el encuentro que la Mesa Nacional de Productores de Leche, junto a entidades como Apla, Meprolsafe y Caprolec, es la de solicitarle al Ministro de Agroindustria, ser recibidos, porque que fue el propio Ricardo Buryaile, quien en estos días salió a apaciguar el ánimo al decir que va a ayudar a los tamberos, luego de los malos humores que se alzaron en la función pública cuando se leen palabras dichas.
Las entidades le recomiendan a sus representados que sean muy cautelosos con las inversiones, e incluso con cualquier ínfimo movimiento económico a hacer en el corto plazo, por los riesgos que esto conlleva y si bien no se llama a una protesta nacional, Santa Fe ya planifica su propio movimiento en este sentido.
Al término del cónclave de productores se escuchó ayer “queremos agotar las instancias de diálogo, porque sabemos que el dinero que necesitamos está adentro de la cadena y lo que hay que hacer es una redistribución”.
Así se resume lo que quieren los tamberos, pero también manifiesta lo que se precisa en el sector, más competitividad en todos los eslabones, porque en cuanto se sigan cayendo más productores, harán lo mismo las pymes y así el negocio no sólo va a cambiar como lo venimos planteando en este espacio, sino que se va a achicar de la manera menos conveniente.
La desazón es lo que abunda y la búsqueda está puesta en ínfimas respuestas que le puedan cambiar el panorama a los productores, pero también a los consumidores, que padecen al pivot comercial.
Orgullo y prejuicio
La herida de la reunión de jueves 7 está muy abierta, para ambas partes. En el Gobierno se desplomó el orgullo, cuando el desplante en el encuentro retrotrajo a hechos de la gestión anterior, en muchos sentidos; y entre los tamberos el tema está puesto en la falta de realismo en los planteos, porque cuando muchos tiene descubiertos en los bancos imposibles de tapar, el encuentro se pretendía utilizar para hablar de “la evolución de las células somáticas”. La falta de concordancia es la que hoy tiene a la lechería en una contienda inentendible desde la racionalidad, donde el poder real estará dado a quienes puedan resolver una crisis de años, complicaciones actuales y se deje de lado la intención de mejorar los contextos, permitiendo así el salvataje de muchos, que son eficientes, pero a los que los números igual no les cierran, tanto en industrias, como en tambos.
Más allá de eso, la reunión con el supermercadismo, prometida a mediados de diciembre, firmada en el acuerdo de enero, recordada por los tamberos el 4 de abril –pero para todas las partes de forma conjunta, no por separado- se habría llevado a cabo ayer. El potencial es por los fracasos anteriores, además del hermetismo fundado en Agroindustria, Producción y Hacienda.
La desconfianza ante el sector comercial, no sólo está dada entre tamberos, industrias y gobiernos, sino también en el consumo, hecho por el cual poder negociar en este sentido puede ser la clave del éxito que esta administración nacional precisa para menguar las desconfianzas.
Diario Castellanos

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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