El escondido negocio del «estiercol argentino»: el nicho ya vale U$S 1500 millonees

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LOS DESECHOS DE LOS ANIMALES PODRÍAN SER UNA VALIOSA PARTE DEL NEGOCIO DE LA GANADERÍA Y LA CIENCIA TIENE LA RESPUESTA.

Por Enrique Garabetyan – 10 de Julio 2018

El escondido negocio del "estiércol argentino": el nicho ya vale US$ 1.500 M

En las últimas dos décadas, el campo argentino desarrolló dos grandes negocios: uno es conocido: el complejo agrícola-industrial sojero. El otro, de bajo perfil, viene experimentando un crecimiento sólido y con excelentes perspectivas a futuro. Los feedlots, una forma de ganadería intensiva, nacieron tímidamente hace apenas un cuarto de siglo y ahora están atravesando un proceso de plena expansión.
Según declaraciones periodísticas de José Luis Triviño, actual directivo de la Cámara Argentina de Feedlots (CAF), “a fines de la década de 1990, este sistema de cría aportaba el 2 o 3 por ciento de la faena total de ganado bovino. Pero para el próximo lustro calculamos que esta cifra podría extenderse al 80 por ciento”. Con una visión algo más objetiva y abarcadora, un informe publicado por el Senasa en 2016 destacaba que “el promedio anual de faena procedente de los establecimientos de ‘engorde a corral’ (los feedlots) giraba en torno del 25 por ciento de la faena bovina total”.
Con esas perspectivas de negocios es fácil olvidar que esta actividad de engorde intensivo, que se basa en producir más carne manteniendo a los animales en corrales reducidos y espacios confinados, no está exenta de problemas. “Es un sistema productivo que genera un impacto sobre el suelo, en los cuerpos de agua y que, si no es tratado en forma correcta, puede dañar al medio ambiente en general”, resume la doctora Ana Rosa García, profesora de la cátedra de Química Inorgánica y Analítica en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba).
El gran inconveniente de este tipo de producción lo explica licenciado en Ciencias Ambientales y becario doctoral en el Conicet Santiago Fleite, que enfocó su investigación en esta temática. “En un feedlot, las vacas se crían en un espacio pequeño, se les da mucho alimento balanceado y se logra que engorden en muy poco tiempo. El problema es que en los corrales en los que se las mantiene también se acumulan grandes cantidades de estiércol. Y removerlo representa un costo relativamente importante en la producción —desde el gasoil para las máquinas a encargados de la ingrata tarea— por lo que muchas veces simplemente se lo deja ‘acumular’, a punto tal que en muchos establecimientos de este tipo la capa de estiércol sobre el suelo puede llegar a tener más de un metro de espesor”, detalla Fleite.
Con el tiempo esta situación comienza a generar un riesgo para el ambiente y para la salud, tanto de las personas como de los propios animales. “Si esos desechos se vierten en un río sin tratamiento previo, pueden aportar materia orgánica y bacterias tóxicas que podrían ser el origen de enfermedades transmitidas por el agua. Por otra parte, si estos efluentes se usan para riego en forma descontrolada, su alta carga de contaminantes pueden infiltrarse hasta las napas y afectar su calidad. Y, finalmente, si el establecimiento está asentado en una zona árida, el estiércol se reduce a polvo y es llevado por el viento, situación que puede dar origen a enfermedades respiratorias”, detalla García.
Por esto, los profesionales de la agronomía proponen lidiar con este problema tratando estos residuos para neutralizar la contaminación y separar y concentrar los componentes valiosos de esta mezcla antes de verterlos o acumularlos, ya purificados, en una pileta de contención o a un curso de agua. Y lo atractivo de esta tarea poco atractiva es que —haciendo el filtrado y recuperación de materiales de manera inteligente— es posible aprovechar el desecho y el productor del feedlot puede generar un nuevo y lucrativo negocio.

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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