A pesar de una producción en los tambos que en 2011 fue récord y que sigue a full, los aumentos en las góndolas de los productos lácteos se sienten y mucho.
La escalada de precios de los alimentos derivados de la leche no se detiene. El año pasado algunos productos -yogures, postrecitos y quesos- acumularon incrementos de hasta un 42%, según apuntaron propietarios de supermercados de la Región, y en lo que va de 2012 ya llegan a más del 5% en ciertas mercaderías.
A la hora de explicar las causas de estas fuertes subas, los actores de la cadena comercial hasta que las mercaderías llegan al consumidor final no se ponen de acuerdo.
Que un kilo de determinado queso cueste $50 o que algunos yogures ya superan los $6, no se condice con la altísima producción de leche, que en todo el país llega a un promedio de 11 mil millones de litros anuales.
Junto a la carne bovina, los lácteos son los alimentos que mayores porcentajes de aumento han registrado desde principios de 2011 hasta la fecha.
Lejos de los porcentajes mencionados que afectan directamente al consumidor final, los tambos que integran el primer eslabón de la cadena comercial (para que se entienda los que ordeñan) subrayaron que el precio al que venden ellos la leche a las usinas lácteas -industrias productoras como La Serenísima o Vacalín- casi no aumentó en el último año, inclusive bajó (ver nota central).
“Eso a pesar de que los incrementos del costo de la producción fueron del 32%, subieron los fertilizantes, las semillas y los alimentos para las vacas. Es decir que estamos bastante desfasados”, expresó Tomás Bohner que es vicepresidente de la Sociedad Rural de Coronel Brandsen y además posee un tambo que produce 10 mil litros de leche por día.
RECLAMO AL GOBIERNO
Sostuvo que “por el tema precios la Sociedad Rural viene reclamando tanto al gobierno como al resto de la cadena láctea porque sin dudas el resto de los aumentos se produce en la parte de la comercialización de productos, allí es donde se hace la diferencia”.
“Nosotros no recibimos más ganancias. Las producciones de leche han aumentado un 12% a nivel nacional, y eso hace que sean las usinas lácteas las que nos dicen cuanto nos van a pagar el litro, de lo contrario le compran a otros ya que es un alimento perecedero que hay que retirarlo todos los días porque se pierde”, indicó Bohner.
Para redondear su idea, el directivo rural aclaró que “los aumentos de los lácteos que llegan a la gente no tienen nada que ver con la producción en los tambos. Se generan de la industria en adelante, el productor no puede opinar…lo miramos desde afuera”.
LA VOZ DE LAS EMPRESAS
Para la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (APyMEL), “lo que se mide en las góndolas de los hiper, supermercados y almacenes de barrio nada tiene que ver con lo que sucede a la salida de las fábricas”, y ponen un ejemplo concreto: “Hay quesos que salen a un valor de $35 el kilo y en los mostradores está a $70, es decir un margen de ganancia interesante, del 100%”.
Los responsables de la entidad coincidieron en el sentido que “hay mucha oferta porque ahora la producción de leche es muy alta, por eso los tamberos están débiles, pues existe mucha competitividad y eso hace que sino venden les compren a otros. De todos modos esta situación es muy fluctuante durante el año, hay épocas donde los precios de la leche en el primer eslabón suben porque se obtienen menos cantidades”.
Para cerrar, las fuentes de APyMEL consideraron que “de acuerdo a lo que subieron los costos de producción, el precio de la leche al salir de los tambos debería haber subido, sin embargo eso no sucedió en la misma medida que crecieron los valores de los insumos. Por eso es difícil de explicar el precio final de las mercaderías cuando se encuentran en las góndolas”.
http://www.eldia.com.ar