De cualquier manera al productor lechero, el dinero no llega

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Hoy repasamos tres ejemplos de la falta de aportes nacionales prometidos para la lechería, incluso por el propio Ministro de Agroindustria.
Por Elida Thiery – ¿Estarán todos ocupados pensando en elecciones, o habrá alguien intentando ampliar el Fondo de Emergencia Agropecuaria Nacional?
Esa es sólo una de las tantas preguntas que surgen de las ayudas pendientes de la Nación.
Pasamos años escuchando reclamos similares en la gestión anterior, sin embargo, en este mandato no se varió en nada el Fondo del que deberían surgir auxilios para quienes padecen al clima, mientras intentan producir sin techo, en todos los sentidos.
Hablando con funcionarios de la nación se puede entender que la contraposición con las provincias es mucha, que la competencia entre territorios preocupa más que el propio sufrimiento de los productores.
Con Santa Fe la cuestión se torna más particular aún.
Vamos a tomar tres casos concretos.
El primero es la pedrada que caía allá por mediados de noviembre de 2016, afectando a la franja central del territorio. En la oportunidad, con un recorrido por los campos afectados, con rostros compungidos se los veía a los enviados de la Nación prometer en el auditorio de la Cooperativa Guillermo Lehmann en Pilar, una ayuda extraordinaria, que ni siquiera se ejecutaría desde el agotado y mencionado Fondo, pero que llegaría para aliviar a quienes ya venían de sufrir las inundaciones de abril de ese año. Pero, nada ocurrió.
Fue en ese momento que casualmente Santiago Hardie, secretario de Coordinación y Desarrollo Territorial, deslizaba infelizmente que la lechería ya no estaba en “emergencia”, cuando se le empezaba a sugerir que se introduzcan cambios al presupuesto nacional, que desde 2009 tiene sólo 500 millones para asistir a un territorio cada vez más castigado.
Sabiendo que no alcanza, pero prometiendo sin cumplir, se suman dos casos de relevancia más.
Aunque desde el Ministerio de Agroindustria se insista en debatir si era enero o febrero, exactamente el día 16 del primer mes del año el propio Ricardo Buryaile hablaba en la Casa Gris de “liberación de fondos”, para mitigar los efectos del clima y para “que esto no vuelva a suceder”. Al día siguiente en la Sociedad Rural de Rafaela reafirmaba que «en la cuenca lechera hay muchos más problemas», por eso ya estaba «analizando las distintas herramientas desde la Nación y qué necesitan los productores, tratando de compatibilizar eso».
Para el fondo de 400 millones que la Provincia estipuló para ayudar con dos mil pesos por vaca hasta 200 cabezas por rodeo, con un año de gracia y tres de devolución, nada llegó. Se dice “en breve” desde hace unos tres meses. El error se reconoce en Santa Fe por no haber hecho firmar nada, ningún papel, más allá del registro mediático.
Sigue la espera por los 250 millones del préstamo nacional, aunque sea el propio Alejandro Sammartino quien nos confirmara que sería esta semana cuando se comience a “transitar la transferencia”, ya que “la plata está, existe, el compromiso está, la resolución está firmada ya y en breve, en pocos días, podrá ser transferida”, todo pareciendo depender de la voluntad de Rogelio Frigerio.
Para añadir más paciencia en esta salida de la crisis y jugando con la voluntad de los que demuestran querer quedarse en el negocio, también se confirmó que el desembolso de 250 millones de pesos prometido como préstamo para SanCor Cooperativas Unidas Limitada, depende ahora y otra vez de Atilra.
Un gremio que por lo bajo en el Gobierno reconocen que deberían intervenir, ahora se usa como excusa mientras se intenta conseguir algún cambio en el convenio colectivo de trabajo. Si no se firma eso, no hay dinero para SanCor.
Este tipo de condiciones hace que más de la mitad del fondo para poder estabilizar a una de las dos mayores lácteas del país, se pierda con valores que se diluyen y con una recuperación que se complejiza con semejantes demoras.
Así se entiende con ejemplos que para la lechería no hay dinero, que no interesa dar muestras de cambios en las políticas, señales concretas, golpes de efecto que complementen los avances en los datos. Mientras no hay controles o sanciones, en ningún sentido, la emergencia sectorial no cambia, las necesidades siguen estando y el goteo de la confianza se acrecienta.
La lechería necesita un sostén, precisa de ayudas que no son sólo dinero y reclama una atención que vaya más allá de las reuniones. Todavía hay tiempo de reaccionar, lo que falta quizá es el empeño para hacerlo.
Elida Thiery

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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