Crisis en SanCor: radiografía de la madre de las cooperativas

La posible venta de la empresa más emblemática de la Provincia. ¿Cómo se llegó a esa situación? Investigación exclusiva de NexoDiario.
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Por Guillermo Borella
Tras el inicio de una semana agitada para SanCor, que el lunes anunció el cierre de cuatro de sus 15 plantas dejando a 500 empleados en la calle, el viernes trascendió la noticia sobre el interés de una empresa extranjera en comprar la compañía láctea, que atraviesa el peor momento en sus casi 80 años de vida.
La posible venta de SanCor es una de las alternativas que se maneja por estos días como posible salida a la grave crisis estructural que vive desde hace años la firma con sede central en la ciudad de Sunchales, en el límite entre Santa Fe y Córdoba.
Meses atrás, la compañía Lactalis había dado a conocer su interés en comprar SanCor. Por entonces, si bien los directivos de SanCor no dieron una respuesta cuando supieron del interés de Lactalis, quedó abierto un canal de diálogo que volvió a reactivarse en estos días, según trascendió el viernes. La firma francesa, que nació en 1933 como productora de quesos y que hoy es el mayor grupo lácteo del mundo, tiene 75.000 empleados en 220 fábricas distribuidas a lo largo de 43 países.
Si bien al ser una cooperativa no puede ser vendida, existe la posibilidad de convertir a SanCor en una sociedad anónima, una idea que se evaluó en 2006 para afrontar una crisis que ya se presentaba inevitable, pero que luego fue descartada cuando el entonces presidente Néstor Kirchner optó por otra salida: un acuerdo con Venezuela (ver abajo).
Ante el complejo escenario actual, el directorio de Sancor trabaja estos días contrarreloj para frenar una deuda que se tornó impagable y que cada día es mayor a causa de la acumulación de intereses que adeuda y de la fuerte carga de gastos corrientes que debe sortear la tradicional cooperativa.
Para tener una idea, SanCor cerró su último ejercicio contable con una pérdida de $ 2421,4 millones y en el primer trimestre del 2017 sufrió pérdidas por 1.527 millones de pesos, según comunicó ayer el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, quien manifestó que el problema que tiene SanCor es “un profundo endeudamiento que hace que el costo financiero sea altísimo”, advirtió.
Especialistas del sector consultados por NexoDiario sostienen que la empresa “tiene un plantel sobredimensionado”. Mientras que debería procesar 2000 litros por empleado, hoy apenas ronda los 500, es decir, cuatro veces menos. Además, en el último tiempo, reprogramó pagos a los tamberos (1.400 en total). En estos días se está terminando de pagar leche de diciembre y lo producido en enero planea cancelarse a fines de abril.
Ante semejante panorama, los directivos de la compañía vienen trabajando en un doloroso plan de reestructuración que ya se manifestó esta semana cuando se conoció que cuatro establecimientos recibieron la orden de no recibir materia prima para comenzar a desactivar la producción.
Estas cuatro plantas -ubicadas en las localidades de Brinkman (Córdoba), Coronel Charlone (Buenos Aires), Moldes (Córdoba) y Centeno (Santa Fe)- empleaban en conjunto a unas 500 personas. Su cierre constituye el primer paso para reducir de 15 a 9 establecimientos operativos y reducir la nómina de 4.000 a 2.500 trabajadores. De ahí que aún peligran los puestos de otras 1.000 familias.
Tras el anuncio del cierre de las plantas, la firma reconoció que trabaja para afrontar “los desafíos que se le presentan” dentro de un proceso de reconversión y restructuración y que “diferentes circunstancias vienen afectando en forma severa la actividad del sector lácteo nacional en general y la de SanCor en particular”, manifestó el directorio de SanCor a través de un comunicado difundido esta semana.
Entre esas circunstancias, según el mismo documento, se encuentran “cuestiones de mercado (doméstico e internacional); el clima adverso (con inundaciones que golpearon en forma recurrente las principales cuencas productivas); problemas de infraestructura, que impiden sobrellevar de mejor manera los contratiempos; y desfasajes en los costos que hacen al funcionamiento del sector”, detallaron.
Frente a la gravedad de la situación, Buryaile, acompañado del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y funcionarios del Ministerio de la Producción, recibieron ayer a los directivos de SanCor y dirigentes del gremio lechero Atilra. En dicho encuentro, Buryaile expresó la voluntad del Gobierno de ayudar a SanCor, siempre y cuando se presente un plan de saneamiento definitivo. Si bien el Gobierno le refinanció $250 millones a la empresa y le otorgó otro crédito por $ 250 millones en 2016, parece ya no estar dispuesto a continuar sosteniendo la histórica cooperativa.
Como se deduce, el fin de la mayor y más antigua cooperativa argentina no sólo implicaría un duro golpe a la economía regional y un serio traspié para el gobierno nacional, sino que –ya en un plano más simbólico– significaría una derrota histórica para la valiosa cultura cooperativa argentina.
¿Cómo se llegó a esta situación?
En 2006, ante las graves dificultades financieras que atravesaba SanCor, el grupo Adecoagro ofreció pagar US$ 120 millones por el 62,5% de una sociedad anónima que, de ejecutarse el plan, iba a adoptar SanCor en reemplazo de la tradicional figura de la cooperativa.
Sin embargo, en ese momento el ex presidente Néstor Kirchner objetó la operación y optó por otra salida: digitó un acuerdo con Venezuela para constituir un fideicomiso binacional. ¿Qué significaba esto en la práctica? Muy simple: un préstamo de Caracas por US$ 80 millones a cambio de la entrega durante 15 años de 20.000 toneladas anuales de leche en polvo.
Pero la relación comercial no se agotó ahí. Cancelada la deuda, SanCor continuó vendiéndole a Venezuela leche en polvo, incluso a valores que llegaron a duplicar el precio internacional del commodity. La transacción incluyó además el envío de comitivas hacia Venezuela con el fin de brindar asesoramiento para desarrollar la actividad lechera en Venezuela tal como deseaba el presidente Chávez.
Si bien el acuerdo con Venezuela le significó a SanCor cierto alivio financiero transitorio, esto llevó a que la cooperativa láctea -consciente o inconscientemente- se volviera totalmente dependiente de la República Bolivariana.
En consecuencia, y frente a la abrupta caída del precio del petróleo a partir de 2015, se profundizó la crisis económica en Venezuela. Esta realidad no tardó en impactar en la relación comercial al punto de que hoy el país caribeño es quien le debe a SanCor. Según afirmó ayer Buryaile, la factura impaga a la cooperativa ronda los $ 1000 millones de pesos (unos US$ 63 millones).
El año pasado, en medio de una nueva situación financiera acuciante, SanCor le vendió al grupo local Vicentin una planta ubicada en la provincia de Buenos Aires que produce productos frescos, transmitiéndole así el 90% del negocio de yogures, flanes y postres a cambio de US$ 100 millones que sirvieron como un nuevo aliciente a SanCor, permitiéndole extender su larga agonía. En ese momento, Vicentin además propuso hacerse cargo de 500 de los 4.700 empleados de la cooperativa. Pese a ceder un año atrás esa unidad de negocios (pasando de 16 a 15 plantas), las cuentas de SanCor continuaron en rojo.
Madre del cooperativismo
SanCor, la madre del cooperativismo argentino, nació en 1938 de la fusión de 16 cooperativas de Santa Fe y Córdoba (de allí su nombre). En 1940 instaló la primera fábrica de manteca en la localidad de Sunchales, y tres años más tarde abrió su segunda fábrica en Brinkmann (Córdoba).
Desde entonces, la cooperativa nunca dejó de extenderse territorialmente al tiempo que fue produciendo una diversidad de productos lácteos cada vez más amplia, llegando a contar con plantas industriales distribuidas en las provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires. En momentos más y en otros menos, SanCor alcanzó a recibir la leche de unos 1.400 tambos que entregaban su producción a diario. También llegó a contar con 4.700 empleados directos y posibilitó que un gran número de personas montaran sus pequeñas empresas desarrollando tareas para SanCor.
Estos datos buscan dimensionar todo lo que está en juego cuando hablamos del posible fin de la mayor y más antigua cooperativa del país. La escala de SanCor y su influencia vital sobre la economía regional hizo que siempre resulte casi inimaginable pensar que algún día dicha cooperativa podría llegar a desaparecer.
La crisis de SanCor no es nueva. Nobleza obliga, Mauricio Macri no es el primer presidente que debe lidiar con los problemas de esta compañía lechera, sino que es algo que viene de largo y fueron muchos los mandatarios que eventualmente debieron intervenir de un modo u otro para lograr mantener esta mega cooperativa a flote.
De esta forma se fue alimentando con los años en el imaginario social la creencia de que “A SanCor nunca la van a dejar caer”, o “Es imposible que cualquier gobierno permita que desaparezca la mayor cooperativa del país”.
Más allá de esto, hoy por hoy la alternativa que suena más firme es la posible venta y de SanCor, reestructuración mediante, es decir, dejando a miles de familias en la calle y agravando así una delicada situación económica y social cuyo final pareciera estar en un horizonte cada vez más lejano.

Crisis en SanCor: radiografía de la madre de las cooperativas

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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