La crítica situación que atraviesa el sector lechero en nuestro país se alivió parcialmente a partir del acuerdo para el «salvataje» de Sancor que firmaron la semana pasada el gobierno de Mauricio Macri junto al Centro de la Industria Lechera (CIL), la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel) y el gremio lechero Atilra.
La entrega de $450 millones a la cooperativa lechera -que se fijó con condiciones para evitar nuevos «desmanejos» internos- se produjo a cambio de otros dos requisitos en los que el sindicato debió ceder en beneficio de una mayor rentabilidad para los sectores empresarios.
Por un lado, se acordó alivianar las cargas patronales que las pymes y grandes empresas realizaban a Atilra. Según explicó el vicepresidente en Buenos Aires de Apymel, Nicolás Vincenti, «se fijo un valor máximo de 750 pesos para pymes de hasta 70 empleados y de 1500 para empresas más grandes. Era una demanda que desde las pymes teníamos desde aproximadamente 2013 cuando se desvirtuó el valor, que era desorbitante y muy representativo en la carga de las compañías».
Además Vincenti precisó que sólo el 3% de las pymes realizaban de hecho estos aportes –que desde Apymel nunca reconocieron como legítimos-, y que se sumaban a las contribuciones por el Fondo Solidario y el Fondo de Subsidio. En el acuerdo se estableció también una condonación de la deuda que las empresas mantenían en concepto de aportes patronales con Atilra hasta el momento, y se acordó que los nuevos montos están vigentes a partir de mayo.
Otro punto importante del acuerdo firmado con los ministros Ricardo Buryaile (Agroindustria) y Jorge Triaca (Trabajo) fue la discusión de un nuevo Convenio Colectivo de Trabajo para el sector, que reemplace el de 1988, y facilite la rentabilidad de la industria lechera.
El vicepresidente de Apymel –que en Buenos Aires nuclea a 80 pymes lácteas- precisó que las dificultades que atraviesa el sector «dependen del mercado externo porque en Argentina se produce más leche que la que el mercado consume».
«Hace ya más de un año y medio en que la problemática de leche es mundial, ha habido una producción mayor de lo que se consume a nivel mundial y eso afectó», afirmó Vincenti y agregó que también «la baja de consumo en el mercado interno siempre afecta porque son personas que se van del sector del consumo lácteo”.
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