A pesar del freno que tuvo la inflación, acumula 14 meses de bajas.
La desaceleración de la inflación no alcanzó para reactivar el consumo. En febrero el costo de vida había registrado la menor suba de la era Kicillof, pero igual no se detuvo la caída de las ventas de alimentos, bebidas y el resto de los artículos de la canasta básica, que ya acumularon catorce meses ininterrumpidos con números negativos.
Según la medición de la consultora CCR sobre la base de datos aportados por las cadenas de supermercados, los mayoristas y las empresas fabricantes, la demanda de los artículos de la canasta básica bajó en febrero 0,4% en unidades y, así, el primer bimestre del año cerró con una caída de 0,3% y sin mostrar señales de recuperación.
El dato más preocupante no fue la baja generalizada del consumo, sino lo que está pasando con las ventas de la categoría de alimentos secos, que es un buen termómetro para ver cómo viene la demanda en los hogares más populares. Según CCR, esta canasta tuvo un retroceso de 1,2% interanual, y de los 44 rubros 27 registraron números en rojo. Las bajas fueron encabezadas por azúcar (-11,6%), galletitas (-7,8%), leche en polvo (-6,3%) y panificados (-6%), aunque también hubo caídas importantes en fideos secos (-4%), yerba mate (-3,9%), aceites (1%) y arroz (-0,3%).
Por canales de comercialización, en febrero se acentuó el proceso de migración de los clientes hacia los grandes supermercados. Las cadenas tuvieron un segundo mes con números positivos y, en promedio, cerraron el mes con un alza de 2,9% en sus ventas en unidades, lo que no alcanzó para compensar la baja que sufrió el canal tradicional, que incluye almacenes de barrio y pequeños autoservicios, que en promedio sufrieron bajaron 3,1 por ciento.
«El canal tradicional no dispone de las herramientas de seducción que tienen los supermercados como las promociones, los medios de pagos o Precios Cuidados», explicó José Amodei, director de CCR.
La capacidad de las grandes cadenas para sobrellevar mejor la baja en la demanda también da cuenta de la estratificación cada vez mayor en el consumo. En CCR destacan que 60% de los hogares de los niveles medio y alto asisten a los hipermercados, mientras que sólo 29% de las familias de menores recursos son clientes habituales del canal.
En los supermercados, el rubro estrella continúa siendo el de las bebidas, que, motorizado por la gran cantidad de lanzamientos, tuvo fuertes alzas en sus ventas. La categoría bebidas sin alcohol cerró con un alza de 14,3% y la de bebidas alcohólicas ganó 7,2%. En CCR explican que esa buena performance en los supermercados se explica, parcialmente, por una migración de consumidores, «tanto de clientes finales como de comerciantes atentos a las acciones promocionales» de los grandes supermercados.
Por Alfredo Sainz | LA NACION
