El sector lechero atraviesa una nueva crisis. En las principales cuencas lecheras argentinas, los productores han puesto de manifiesto su descontento por la falta de rentabilidad con protestas frente a las plantas industriales, llegando incluso a impedir durante varios días la entrada y salida de los camiones con leche y productos elaborados.Ha hecho eclosión de esta manera una situación que se venía gestando por lo menos desde mediados de 2011, y sobre la cual las entidades del sector hemos venido advirtiendo públicamente por más de un año con el objeto de que las autoridades tomaran cartas en el asunto, anticipándose a un desenlace que resultaba, tarde o temprano, altamente probable.
No resulta sencillo encontrar la salida a una situación como la actual, donde se entremezclan cuestiones propias de la dinámica comercial de la cadena láctea con otras relacionadas con la situación de la economía argentina.
En este sentido, la existencia de un alto nivel de inflación, el creciente atraso cambiario, y las intervenciones distorsivas en materia de precios de los lácteos a salida de fábrica (con el consecuente y creciente incremento de la brecha entre éstos y los precios en góndola), han llevado al sector a una situación de deterioro que resulta imperioso y urgente revertir.
No se puede ignorar que el panorama mundial no resulta en estos momentos precisamente favorable. Debido a una serie de razones, entre las cuales se destaca el fuerte aumento de la producción de leche en los principales países exportadores y el debilitamiento de la demanda en la Unión Europea –principal región productora de leche a nivel mundial – los precios internacionales de los productos lácteos son en la actualidad por lo menos un 25% inferiores a un año atrás.
Diversas fuentes autorizadas estiman al respecto que recién hacia fines de 2012 o principios de 2013 esta situación habrá de experimentar un cambio favorable, posiblemente de la mano de una menor oferta de leche por parte de países cuyos productores se ven fuertemente afectados por una relación negativa entre el precio de la leche y el costo de producción.
Algunos informes dados a conocer en los últimos días sostienen que la mejora de precios podría adelantarse al cuarto trimestre de este año, dadas las serias consecuencias de la sequía en Estados Unidos sobre la producción de leche de este país, primer productor de leche y tercer exportador de 2 productos lácteos a nivel mundial. Los resultados positivos de las subastas de Fonterra correspondientes al mes de agosto parecerían confirmar esta tendencia.
En el marco de una situación de conflicto como la actual, resulta difícil mantener el equilibrio y evitar que el legítimo descontento de muchos tamberos, que ven peligrar el futuro de su actividad, lleve a algunos representantes del sector a proponer soluciones de corto plazo que terminen, a la postre, agravando el problema que se pretende solucionar.
Es preciso entender que no hay atajos ni soluciones mágicas para esta situación, y por eso es necesario intentar una mirada abarcadora sobre la actividad lechera, que permita captar en su compleja integridad sus principales aspectos, sin dejar de tener en cuenta, sobre toda otra consideración, a las miles de personas involucradas en el esfuerzo diario de producir, procesar y distribuir cada litro de leche que llega, en sus diversas variantes, al consumidor.
QUÉ SE DEBERÍA HACER
La situación a la que se ha llevado a la lechería en los últimos tiempos requiere de todos los sectores – incluyendo desde ya al Estado- un esfuerzo de proporciones, destinado en primer lugar a superar el impacto negativo del escenario de crisis que está haciendo eclosión en estos momentos y, en segundo término, a plantear alternativas de mediano y largo plazo capaces de poner a esta actividad en la senda del crecimiento sobre la base de reglas de juego compatibles con ese objetivo.
Para ello es necesario contar con un marco político – institucional propicio para la gestión del negocio lechero, en un contexto de reglas de juego estables y de confianza entre los actores de la cadena y entre éstos y el sector público.
La consigna debiera ser trabajar en pos de encontrar soluciones para una actividad que necesita recuperar rentabilidad y previsibilidad como elementos fundamentales para su desarrollo sostenido, adecuando rápidamente los instrumentos de política sectorial a la cambiante realidad de los mercados.
En ese sentido, y a raíz de la creciente preocupación por una situación en progresivo deterioro, en el mes de junio de 2011 la MESA NACIONAL DE PRODUCTORES DE LECHE (MNPL) presentó una propuesta de 23 puntos, adjuntada al pedido de audiencia al entonces Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Andrés Domínguez.
El objetivo principal de la propuesta de la Mesa Nacional era el de lograr una verdadera competencia por la compra de la leche cruda, a través del funcionamiento de un mercado transparente, libre de intervenciones distorsivas y con disponibilidad de información simétrica para todos sus actores. Se consideró entonces prioritario instrumentar las siguientes medidas:
1) Suprimir los Registros de Operaciones de Exportación de Lácteos (ROEL).
2) Desarticular las distorsiones generadas por los controles sobre los precios mayoristas de los productos lácteos.
3) Elevar los reintegros de exportación a los niveles máximos permitidos por los acuerdos internacionales.
4) Devolución automática del IVA de exportación.
5) Prefinanciación de exportaciones, financiación de stocks y crédito a la producción.
6) Garantizar un comercio fluido de lácteos en el MERCOSUR, liderando las negociaciones comerciales con Brasil.
7) Optimizar el sistema de compra de lácteos por parte del Gobierno Nacional.
Además de resolver con la mayor premura los temas antes planteados, se consideró de suma importancia establecer una agenda de trabajo supervisada por el Ministro de Agricultura, con el objeto de lograr la concreción de las acciones y medidas que requiere la actividad.
En forma paralela, la Mesa Nacional elevó el mencionado documento a los ministros de agricultura de las provincias lecheras, con algunos de los cuales (Buenos Aires, Santa Fe) se concretaron reuniones para evaluar en forma directa la situación del sector y procurar el apoyo de los gobiernos provinciales a los reclamos de las entidades, trasladando los mismos al Consejo Federal Lechero.
Un año después, y sin haberse tomado en cuenta las peticiones elevadas por el sector de la producción, las condiciones en que se desenvuelve la actividad se han deteriorado de tal manera que amenazan con hacer inviable la permanencia en el tiempo de muchos tamberos que hoy se encuentran en situación límite.
Factores macroeconómicos de competitividad, sumados a la rentabilidad de cultivos que compiten ventajosamente con la producción láctea, hacen que ésta se vea seriamente afectada por el aumento de sus costos de producción, sin la rentabilidad mínima que toda empresa necesita para su desenvolvimiento.
Ante la amenaza cierta de una baja del precio del litro de leche cruda para la producción del mes de junio, en los primeros días de julio los productores tamberos se manifestaron frente a diversas plantas lácteas con el objetivo de reclamar la recomposición de los precios de la materia prima a un nivel que permita mantener la continuidad de su actividad.
Negociaciones desarrolladas durante las horas del conflicto dieron lugar, días después, a una reunión en el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca presidida por el Secretario de Coordinación Político Institucional y Emergencia Agropecuaria.
A su término, se firmó un acta donde las autoridades nacionales “se comprometieron a procurar todos los medios a su alcance para atender las demandas planteadas por el sector en el término de 10 días”.
Los pedidos planteados por los representantes de la producción en el encuentro fueron los siguientes:
Recomposición del precio de la leche cruda a partir del mes de julio;
Aporte no reintegrable a los productores tamberos a través de un importe en centavos/litro por los primeros 3.000 litros que permita sostener la rentabilidad de los productores lecheros y por el tiempo que fuera necesario;
Financiamiento al sector de la producción por un monto equivalente a un mes de producción de leche, teniendo en especial consideración las situaciones particulares de los productores;
Atención específica y especial a la situación de los pequeños productores y PYMES Lácteas;
Implementación del Formulario de Liquidación Única a los fines de contar con la información fidedigna que permita generar las estadísticas oficiales.
El acta firmada por todos los presentes expresa que “dentro de los próximos 30 días se acordará una agenda de trabajo para el tratamiento de los temas estructurales según las presentaciones de las Cámaras de Productores de Leche y la Mesa Nacional de Productores de Leche”.
En los primeros días de agosto, el Ministro de Agricultura –Norberto Yauhar – se puso al frente de las negociaciones. En forma paralela, los productores retomaron sus medidas de protesta, reclamando por una mejora en el precio de la leche que la industria láctea declara no poder satisfacer.
Tras varios días de tensión, entre gallos y medianoche y con la exclusión de la mesa de negociaciones de buena parte de la dirigencia sectorial, la protesta se levantó sin que se haya alcanzado un genuino principio de solución para los requerimientos de los tamberos.
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