Los resultados estarán listos el año que viene.
La genómica está transformando los procesos de selección de genética bovina. Y la Argentina no quiere quedarse atrás en esa movida.
La Asociación Criadores Holando Argentino (Acha) envió recientemente 118 muestras genéticas de toros a EE.UU. para que sean analizadas en laboratorios de la compañía Pfizer Animal Health (las muestras se toman de pelos de la cola de los animales).
Los resultados de las muestras –provenientes de cañabas y centros de inseminación– estarán disponibles en 2013 y permitirán comenzar a realizar una validación genómica local de los ejemplares más destacados de la raza Holando Argentino.
Todo comenzó en 2004, cuando un consorcio internacional logró secuenciar el primer borrador del genoma de un bovino (Bos Taurus). A fines de 2007, a partir de un desarrollo conjunto del USDA y las Universidades de Missouri (EE.UU.) y de Alberta (Canadá), la compañía estadounidense Illumina comenzó a comercializar test genómicos para bovinos con 50.000 marcadores genéticos (SNP50). Desde entonces la industria de la genética bovina en el Hemisferio Norte ingresó en una carrera frenética.
A partir de 2009, EE.UU. y Canadá comenzaron a incorporar la información genómica en las evaluaciones de progenie. Esta tecnología comenzó así a emplearse en la selección entre hermanos.
Es decir: con el sistema tradicional de selección, se suponía que los hijos de un mismo padre y una madre tenían una similitud genética, mientras que ahora es factible determinar qué grupo de genes heredó cada uno de los hijos para determinar cuál es el ejemplar más destacado (y por así descartar al resto).
En EE.UU. ya existen unos 3500 toros con datos genómicos que fueron validados con datos proveniente de pruebas de progenie. A partir de esa información, se pudo comprobar una correlación del orden del 70% entre los datos de campo versus los aportados por los marcadores genéticos (los aspectos más buscados por los mejoradores genéticos son producción de leche, longevidad, fertilidad y células somáticas, entre otros).
La genómica aplicada a la lechería, además de permitir detectar de manera temprana a la oveja negra de cada familia, posibilita incrementar la velocidad del mejoramiento genético.
Eso porque dicha tecnología permite tomar terneras con buenos índices genómicos para hacerles fertilización in vitro con semen de toros genómicos que tiene apenas un año de edad. De esta manera, los avances genéticos, que antes tardaban cinco años, ahora es posible lograrlos en sólo dos.
Este tema será tratado en el Foro de Genética Bovina que tendrá lugar el próximo 23 de julio en la Expo Rural de Palermo.
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