#Argentina: Un año difícil para el sector primario y un 2013 más alentador

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No fue un buen año para el sector primario de la lechería este 2012 en Argentina. Los bajos precios para aquellos que deben ordeñar todos los días 1.700.000 vacas (promedio) no fueron un estímulo para producir más, todo lo contrario. Aún así, si se mira el vaso medio lleno, los productores aplicaron estrategias para no perder rentabilidad y más aún, algunos sectores que siguen apostando a la lechería, continuaron mejorando instalaciones y ampliando la capacidad de producción concentrando los rodeos.
Las vaquillonas terminaron el año demandadas en las ferias a valores que oscilan en $ 8.000 y $ 9.000, es decir que con 5.200/5.500 lts se puede comprar un animal para reposición o para seguir creciendo. Como dato alentador se debe decir que no hubo prácticamente cierre de tambos debido al mal momento, los casos puntuales de liquidación de rodeos se debieron a cuestiones de sociedades familiares, problemas de continuidad por falta de sucesores y algunas situaciones por altos alquileres que obligaron a cerrar. En todos los casos las vacas en ordeño fueron a otros tambos.
A lo largo del año hubo insistentes reclamos hacia las industrias y hacia la Subsecretaría de Lechería de la Nación para que mejoren los precios y se frene la baja ante el incesante aumento de costos para producir. El mal humor de las entidades tamberas llegó al punto de haberse tomado la decisión de tirar la producción durante un par de días (septiembre). Un conflicto que no tuvo su efecto y que terminó dividiendo aún más a las entidades (Mesas, Cámaras, MNPL) con un duro cuestionamiento hacia la política del Gobierno. Hubo muchos anuncios y escasos resultados, ni la llamada liquidación única por calidad y su parcial aplicación han permitido en términos generales mejorar la situación del productor. Hay industrias que aún trabajan en su implementación. La anunciada Ley de Lechería es sobre este fin de año un misterio, poco se sabe de ella ya que aún no ha sido puesta a consideración de los actores de la cadena. El informe sobre la competitividad de la cadena láctea tampoco apareció. Demasiadas reuniones y debates para una lechería de enorme potencial cuyo crecimiento en 10 años fue exiguo.
No obstante, si se pueden rescatar algunas señales alentadoras, hay que decir que a partir de noviembre comenzó una suave recomposición en lo que paga el sector industrial. Se está terminando el año con valores de $ 1,58/1,60 en la principal cuenca santafesina-cordobesa, mientras se habla que los precios en enero y febrero oscilarán en $ 1,70 y $ 1,75. El otoño podrá ser mejor siempre y cuando los precios internacionales se recompongan y oscilen en los U$S 3.300/ U$S 3.500 la tn. de leche en polvo y la producción de leche acuse su tradicional baja estacional que llega a su piso allá por en abril. Nada nuevo.
Según los últimos informes de organismos como el Rabobank, se ha desacelerado la producción en los principales países productores de leche. Lentamente van cayendo los stocks y la demanda sigue creciendo. Tampoco se espera un crecimiento significativo de producción en Argentina, por lo tanto la industria nacional estará obligada a una sostenida demanda de materia prima para atender el mercado interno que se encuentra sostenido aún con altos valores y caída del poder adquisitivo de los asalariados. En síntesis, esto significa que habrá que exportar alrededor de 4.000 millones de litros para no sobreofertar el mercado interno.
Los datos de los balances presentados por las industrias tampoco son buenos. Hay números en rojo para ser analizados detenidamente. El incremento de los costos internos de la mano de una inflación que transita por un 25% y una relación peso-dólar que evidencia un claro retraso, impacta en los negocios. No obstante, si bien se paralizaron algunos planes de inversión del sector industrial, hubo anuncios durante noviembre y diciembre (ver pág. 38). Se pondrán en marcha varios emprendimientos que permitirán ampliar la capacidad instalada del sector, particularmente en secado de leche y suero. Si estas ampliaciones de plantas se concretan, en 2014 la capacidad instalada estará pasando de 12.000 millones a 14.500 millones anuales.
«Superada la crisis del 2001/2002, la lechería argentina se fue reacomodando dejando en el camino tambos que se cerraron particularmente por ineficiencias productivas y vacas que terminaron en la feria. Este proceso quedó superado y puede hablarse de una estabilidad relativa desde 2008 al 2011», según analiza un informe del INTA, que aporta interesantes datos a tener en cuenta.
Las estimaciones de crecimiento para la cuenca santafesina en 2012 se estima que girará en el 3% por sobre 2011, pero a nivel nacional ese cálculo puede ser escaso, apenas un 1%. Este bajo incremento es consecuencia del comportamiento climático en el comienzo de la primavera y las inundaciones en grandes áreas de la provincia de Buenos Aires. Hay que dejar en claro que las estadísticas andan muy flojas debido a una lenta recopilación de datos y a un desmanejo de las anotaciones oficiales.
Menos vacas y más producción
Teniendo en cuenta un reciente informe producido por un equipo de profesionales del INTA, analizando el período 2008-2011 y que se concluyó en agosto de 2012, se rescatan interesantes conclusiones del 2do. productor de leche en Sudamérica y 11º en el orden mundial. Argentina contaba hasta fines de 2011 con 11.282 Unidades Productivas (UP), 10.453 establecimientos y 1.690.581 vacas. El saldo para 2011 es negativo en un – 0,2% para las UP, -2% para los establecimientos y un -5% para el número de vacas. El 60% de las UP concentra más de 100 vacas y la provincia con mayor cantidad de vacas es Córdoba con el 35%, siguiéndole Santa Fe con 30% y Buenos Aires con 28%, luego Entre Ríos con un 4%. En cambio Santa Fe, cuenta con el 35% de UP, Córdoba con 31%, Buenos Aires con 24% y Entre Ríos con el 6%. Las 5 provincias productores totalizan 14 cuenas lecheras, con la mayor cantidad de vacas y Unidades Productivas concentradas en las cuencas de Santa Fe, Noreste de Córdoba, Villa María y Buenos Aires Oeste (ver Mapa y Gráficos).
Consideraciones finales del INTA
La producción de leche argentina se desarrolla en una amplia región del país. La evolución reciente de algunos indicadores de escala, refleja una dinámica diferente en los distintos territorios. Del análisis de datos realizado en este trabajo del INTA surgen las siguientes consideraciones:
El aumento de la producción nacional se produce con un menor número de vacas, establecimientos y unidades productivas lo que manifiesta un aumento en la producción individual.
En los tambos pequeños y en los estratos superiores a las 751 vacas hubo concentración en el número de vacas en los últimos años. Situación similar ocurre respecto a los establecimientos y Unidades Productivas.
La provincia que concentra la mayor cantidad de vacas es Córdoba con un 35%, continúa Santa Fe con un 30% y Buenos Aires con un 28%, alejados se encuentran Entre Ríos con un 4% y La Pampa con porcentaje inferior.
La provincia que concentra la mayor cantidad de unidades productivas es Santa Fe con un 35%, seguida por Córdoba con un 32% y Buenos Aires con un 24%, y por último Entre Ríos con un 6%, el resto con valores menores.
Las provincias productores pampeanas tuvieron disminuciones de stock de vacas y de unidades productivas en el período 2008-2011, a excepción de Buenos Aires que tuvo incrementos del 3% en la número de vacas y del 9 % en las UP.
Aproximadamente el 50% stock de vacas y de las UP de las provincias de Córdoba y Santa Fe se concentran en el estrato de 101-250 vacas. Por otro lado, los tambos pequeños es el estrato donde se aglomera más del 70% de las UP en Entre Ríos.
Cada provincia productora de leche organiza su producción en 2 o más cuencas a excepción de Entre Ríos que tiene una sola cuenca. Las 5 provincias productores totalizan 14 cuencas lecheras.
La mayor cantidad de vacas y unidades productivas, 73 y 71% respectivamente, están concentradas en las cuencas de Santa Fe Centro, Noreste de Córdoba, Villa María y Buenos Aires Oeste.
Hubo caída en el stock de vacas en las principales cuencas, a excepción de Buenos Aires Oeste (3% de incremento). Las dos principales cuencas pampeanas sufrieron disminuciones del 3 y 8 %, respectivamente, en la cantidad de UP.
El trabajo aporta elementos para conocer la realidad del sector lechero argentino y la evolución diferencial de sus regiones y actores. Estos elementos contribuyen en el planteo de estrategias tecnológicas y políticas sectoriales y regionales acordes a las particularidades existentes en las distintas provincias y cuencas lecheras.
Fuente: Nuestro Agro

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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