#Argentina: Tres lecherías, un mismo desafío

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Según los especialistas de los tres países, las cadenas lecheras sufren problemas estructurales similares, aunque difieren en la manera de buscar las soluciones. Si bien Argentina es el país de menor crecimiento regional, anticipan un escenario favorable de precios a nivel mundial
La idea fue escuchar las opiniones de dos vecinos para ver cuán mal estaba la economía en casa. Por eso, vino bien escuchar a un uruguayo y a un chileno, quienes nos “refregaron por la cara” el apoyo a la producción lechera en sus países, reflejado en líneas de financiamiento concreto y un genuino interés político en ordenar la cadena.
“Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”, dice Serrat. Y, según opinaron los especialistas, Argentina, poseedora de la cuenca lechera más bendecida por la naturaleza en América Latina, y acreedora del mayor acervo tambero en los pueblos de la región, sigue postergando su alta productividad, por múltiples motivos.
“La idea fue sacar la argentinidad de lado y poder ver cómo estaban nuestros vecinos, países que están lanzados a la exportación, y ver si teníamos los mismos desafíos o dificultades. Estamos mirando al mismo norte: buscando una mayor producción de forrajes por hectárea, mayor carga y mayor producción de litros por hectárea” le dijo a Campolitoral Alejandro Sanmartino, moderador del debate organizado en el INTA Rafaela en el marco de las jornadas de capacitación de la empresa Forratec.
Sin embargo, no todas son rosas en el jardín de los vecinos. Es más, asoman problemas que aquejan a todo el “barrio”, aunque -claro está- difieren las maneras de resolverlos: la concentración productiva en pocas manos, el estancamiento del stock, y la necesidad de ajustar el manejo para aliviar los vaivenes del mercado, asoman como problemas comunes.
Chile crece
Si bien no es un jugador importante en el mercado mundial, Chile duplicó su producción en los últimos 20 años, aunque -paradójicamente- con una importante pérdida de productores. “De 48.000 tambos bajamos a 19.000 en 2007”, expresó el Méd. Vet. Roberto Dunner Worner, de la consultora Todo Agro, de Chile. Más allá de esto, remarcó las buenas perspectivas del negocio en materia global. “Los resultados dan confianza en cuanto al crecimiento de América Latina en materia de producción lechera. En Chile hemos logrado una reactivación fuerte del consumo interno de lácteos”, agregó.
Además, destacó como un paso trascendente la implementación de un proceso de transparencia aceptado por la producción y la industria, como única salida para saber los costos de cada eslabón. “Hemos logrado un cambio cultural, compartiendo y mostrando las cifras de costos y de crecimiento. Rediseñamos los campos y construimos un modelo basado en pastoreo; reubicamos las salas de ordeño, mejoramos los caminos, la infraestructura de agua”. Para Dunner, Argentina bien podría estará aportando en la discusión de la lechería global con una política seria. “A nivel mundial, el comercio apunta a productos secos, leche en polvo entera y descremada. La industria lo tiene claro y en 2011 se invirtieron U$S 3.200 millones en instalaciones. De ese monto, 150 millones fueron en América, porque las grandes compañías ven la oportunidad y están invirtiendo”.
En el país trasandino las pautas de pago avanzaron y los sólidos pasaron a ser relevantes, aunque queda una brecha por recorrer. El especialista apuesta a una empresa tambera que implemente una estrategia, con liderazgo y objetivos que apunten al éxito del modelo. “Falta una mirada de largo plazo, mayor gestión predial y en la gestión industrial, es bueno y sano que todos conozcamos las cifras de ambos eslabones”, remarcó.
Uruguay apuesta a la leche
El Ing. Gabriel Bagnato, de INALE, hizo hincapié en las variaciones del sector lechero uruguayo, el que notablemente, también mantiene estable su rodeo desde 1997. Según destacó, las mayores amenazas del sector están dadas por el tipo de cambio, la volatilidad de los precios internacionales, un bajo poder “buffer” frente a eventuales crisis regionales, la competencia de otros rubros, y una escasa y costosa tecnología para atenuar el clima. Al igual que acá, la falta de recursos humanos es un obstáculo para crecer “hoy es cada día más difícil conseguir un tambero”, dijo.
Bagnato también remarcó las debilidades de la lechería oriental: “ser un neto exportador de commodities, carecer de escasos tiempos de ajustes en los costos de producción, sufrir una alta competencia por la tierra, carecer líneas de financiamiento adecuadas”.
Por otro lado, se ilusionó con las oportunidades y fortalezas que presenta: alta inserción internacional, flexibilidad de los sistemas de producción, adaptabilidad a suelos marginales. Además, se esperanzó con profundizar el perfil exportador de su país. “Tenemos favorables expectativas en los mercados internacionales, manteniendo el prestigio uruguayo a nivel internacional (ayuda la reciente legislación sobre plan de uso de suelo), aunque para lograrlo debemos superar la brecha tecnológica, ya que todavía el país presenta una gran cantidad de productores bajo los 2.000 litros”.
Para Bagnato, la forma en la que el mercado se comporta genera volatilidad. “La volatilidad de los precios internacionales aumenta el riesgo del sector, el que queda expuesto a serios desfasajes entre costos de producción y precios captados”, dijo. “Estas variaciones obligan a profundizar la gestión; tranqueras adentro hay mucho para hacer. El productor necesita tener más certezas, y para logralas, debemos transitar ese camino en la región”, expresó.
¿Y por casa?
A su turno, el Ing. Miguel Taverna, de le Experimental Rafaela, fue el encargado de resumir la realidad argentina. Y deslizó dos claves insoslayables: precio y clima. “La variabilidad de precios mundial es un fenómeno estructural y se seguirá manifestando. Los precios se ubican por arriba de los históricos y no bajarán en el tiempo”. Otra coincidencia.
“En el mercado internacional, hay un fenómeno marcado de crecimiento de las exportaciones. Argentina también tiene una curva de crecimiento, aunque muy leve, pero seguimos ocupando el quinto o sexto lugar como exportador mundial”, sostuvo.
Para Taverna, el cambio climático ya registra un gran impacto en los sistemas productivos. “Hay evidencias concretas del aumento de la temperatura media del globo. En 2010 se midió un impacto de U$S 300 millones, sin considerar el impacto sanitario o reproductivo. De 8 a 20 tenemos riesgo de estrés calórico muy marcado”, sentenció.
Además, tenemos los eventos climáticos extremos. “Especialistas dicen que éstos se darán con mayor frecuencia que en el pasado (se han incrementado 2,5 veces en los últimos años). En nuestra región, se dan con mayor frecuencia e impacto en la zona norte de la provincia. Las lluvias superiores a los 150 mm., por ejemplo, vemos que la frecuencia se incrementó 3 veces, pese a que la constante anual siga en términos similares. El tema de la disponibilidad de agua será central en cuanto a las posibilidades de crecimiento e impacto productivo”. Para adaptarse, sugiere estrategias: evaluación de pronósticos, seguimiento y uso de info específica de clima. De yapa, “ajustes del modelo productivo, diversificación, cobertura para tambo y planes contingenciales”.
El valor de la tierra y la mano de obra también en nuestro país tienen mayor incidencia. “China tiene un costo muy bajo, pero una eficiencia también muy baja, lo que encarece el costo final. NZ y Australia por otro lado, tienen un costo alto, pero han trabajado mucho en darle las condiciones para que esa mano de obra sea eficiente, lo que la hace muy competitiva internacionalmente. Adecuación de instalaciones y estructura son muy necesarias en Argentina, una lechería caracterizada por los ciclos de la producción”.
Según el analista, los crecimientos de la producción de leche nacional se dan por variaciones de producciones individuales y no por crecimiento de carga o stock. Los mismos están asociados al uso de insumos externos al sistema, y que el productor puede o no hacer uso. A nivel macro, al incrementarse la cantidad de leche, se incrementan los costos de producción.
Finalmente, advirtió sobre futuras barreras, como las emisiones de GEI versus el nivel de productividad. “Hay una relación entre las emisiones y la productividad del la vaca”. Y coincidió en la importancia de la gestión empresarial cada vez más profesionalizada. “Argentina tiene muchas posibilidades pero es el de menor crecimiento en la región”.
Números que duelen
Santiago Fariña, coordinador de la Comisión lechería de AACREA, brindó su punto de vista. “La transformación es global: menos tambos, más leche. De 30.000 tambos en 1988 a 11.800 en 2012. El 75 % de los tambos tiene menos de 250 vacas y producen el 50 % de la leche. Seguimos manteniendo 2 millones de vacas desde 1988. Como país no podemos crecer si no resolvemos el crecimiento del rodeo”, manifestó. “Si bien la carga aumentó un 26%, junto con el uso de los concentrados, todavía estamos siendo ineficientes en la cosecha de forraje por hectárea”.
“El 54% de los costos productivos son de la alimentación, y el 70 % de eso es concentrado. La recría (16%), personal (12%) son menores. El concentrado pasó del 25 al 40 % del gasto directo en los últimos años. Se percibe una gran disparidad de precios de leche, una gran amplitud del precio recibido. La diferencia la hacen las personas y la gestión empresarial. La renta está marcada la productividad es la gestión entre los productos y los insumos. Hay mucho para hacer dentro de cada sistema productivo”.
Moderador
Alejandro Sanmartino sostuvo que “el nuevo modelo lechero indica que se debe ser sustentable también en lo social y en lo ambiental. Da envidia el nivel de apoyo político y financiero que tienen Chile y Uruguay. Eso les permitió un progreso en inversiones mayor que nosotros. El tambero uruguayo cobraba menos que el argentino porque ellos exportan casi el 70 % de la producción, y esa tendencia se revirtió. Se demostró que la exportación es un buen negocio, pero si somos exportadores coyunturales nunca podremos hacer buenos negocios”.
Gabriel Bagnato, Uruguay
“Tenemos favorables expectativas en los mercados internacionales, manteniendo el prestigio del país. Para eso ayuda la reciente legislación sobre plan de uso de suelo, aunque para lograrlo debemos superar la brecha tecnológica, ya que todavía el país presenta una gran cantidad de productores bajo los 2.000 litros”.
Roberto Dunner Worner, Chile
“Hemos logrado un cambio cultural, compartiendo y mostrando las cifras de costos y de crecimiento. Rediseñamos los campos y construimos un modelo basado en pastoreo; reubicamos las salas de ordeño, mejoramos los caminos, la infraestructura de agua”
Miguel Taverna, Argentina
“Hay una relación entre las emisiones y la productividad del la vaca. Argentina tiene muchas posibilidades pero es el de menor crecimiento en la región. Clima, precio de la tierra y recursos humanos serán las claves del futuro”
Federico Aguer
faguer@ellitoral.com
http://www.campolitoral.com.ar

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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